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Nuevo Arzobispo de Bogotá revela su línea pastoral: "Jesús qué haría en mi lugar"

Bogotá (Lunes, 27-04-2020, Gaudium Press) Bogotá tiene un nuevo Arzobispo, Mons. Luis José Rueda Aparicio, hasta ahora Arzobispo de Popayán, en el sur de Colombia. Ha sido elegido por el Papa como Arzobispo de la capital colombiana, lo que lo constituye en Arzobispo Primado de Colombia.

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Cargos anteriores

Mons. Rueda Aparicio, entre varios otros cargos pastorales, fue Vicario Episcopal de Pastoral de la Diócesis de Socorro y San Gil, trabajó en el Secretariado Diocesano de Pastoral Social de esa jurisdicción, fue Rector del Instituto Técnico para el Desarrollo Rural.

El 2 de Febrero de 2012 Benedicto XVI lo hizo obispo de Montelíbano, y el 19 de mayo de 2018 Francisco lo hace Arzobispo de Popayán, sede cuya posesión canónica asumió el 7 de julio de 2018.

En entrevista con Cristovisión el día de ayer, el nuevo Arzobispo primado relató -entre diversos otros tópicos- sus recientes diálogos con el Cardenal Rubén Salazar, quien ocupaba la sede bogotana hasta ahora: «Le decía yo que me impactó la primera vez que lo ví [al Cardenal]; la primera vez que vi a Mons. Rubén Salazar en toda mi vida, lo vi en la casa de retiros de San Gil. (…) Y lo vi con un computador de aquellos antiguos, trabajando y escribiendo todas las estrategias de evangelización para la diócesis que él conducía, que era la de Cúcuta. Eso me impactó, un pastor organizado, un pastor lleno del deseo de servir, pero de manera organizada».

Una leve angustia que se deshace en la oración

El nuevo prelado de la capital colombiana también compartió con los televidentes una leve angustia que sintió cuando se supo Arzobispo Primado: «Yo viví después del nombramiento, después de que recibí la razón del Sr. Nuncio Luis Mariano Montemayor, como una angustia, como una preocupación, pero después de orar, de consultar con mi director espiritual allá en San Gil, y después de compartir con Mons. Rubén, en el diálogo fraterno, sentí mucha paz».

Pidió que se rezara un rosario por él

En la entrevista con Cristovisión se estableció también un diálogo con televidentes, que querían hacer preguntas al Arzobispo y darle la bienvenida a la sede bogotana. Una de las televidentes, le manifestó «Que Dios le dé sabiduría, Dios lo acompañe siempre; gracias por estar acá», a lo que Mons. Rueda Aparicio respondió: «Cecilia, muchísimas gracias, he escuchado su voz, su amable voz, y su voz de fe, dándome la bienvenida a Bogotá. (…) Esas palabras las tomo como las palabras de muchas mujeres, en Bogotá, en distintos lugares, en los sectores rurales y urbanos donde llega Cristovisión y le agradezco a Cristovisión esto, porque me está permitiendo dialogar. Cecilia, que el Señor la bendiga, y le pido un favor, a usted y a todos los Cristovidentes: recen un rosario, en estos días en casa por el nuevo Arzobispo de Bogotá. Quiero hacerlo con cariño, con la Virgen María y con San José, que en el silencio del hogar, encuentran el

Monsenor Rueda 2.pngplan salvador de Dios.

Atención a las periferias

El nuevo Primado de Colombia habló de la presencia de la Iglesia en las «periferias», que se encuentran en el pacífico colombiano, en el caribe, en los límites con Venezuela, en la Amazonía, pero también en Bogotá, «en nuestros barrios, esas periferias humanas las encontraremos en todos los lugares, y nosotros hacemos parte de esa periferia. No somos del centro sino de la periferia, caminando, gozándonos, sirviendo y recibiendo las consolaciones del Señor, para poder consolar» a los demás.

Monseñor Rueda envió un saludo a todas las autoridades del Bogotá y de todo el país, y ofreció la colaboración de su gestión para alcanzar el bien común, y para tender puentes entre los diferentes sectores.

Actuar como Jesús actuaría

Acerca de su misión proclamando la verdad de la Iglesia, el nuevo Arzobispo de Bogotá dijo que seguirá una metodología propuesta por el P. Ignacio Larrañaga en sus Talleres de Oración y Vida: Actuar como actuaría Jesús, buscar seguir la línea de acción que seguiría el Salvador en cada situación concreta: «Jesús qué haría en mi lugar si encuentra alguien que no cree, si encuentra alguien que lo rechaza. Y uno mira los evangelios y encuentra la manera como Jesús los acogía, como Jesús los miraba, como Jesús los amaba. Y el amor de Jesús no es solamente por aquellos que tenemos la dicha de seguirlo, sino incluso por aquellos que no tienen la felicidad y el gozo todavía de conocerlo, pero que el Señor sí los conoce y los ama».

«La Iglesia sigue siendo madre y maestra, y es vieja, y es anciana, y es más vieja que yo, y entonces yo no puedo inventar una doctrina, sino beber de la doctrina, de esa leche materna que me da mi madre que es la Iglesia, y ponerla al servicio del encuentro». concluyó.

 

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