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El padre Michael Sinnott, que realizaba trabajos misioneros en Filipinas, está desde el día 11 de octubre en poder de los criminales

San Pablo (Lunes, 26-10-2009, Gaudium Press) El padre Michael Sinnott, irlandés de la Sociedad Misionera de San Columbano, secuestrado el día 11 de octubre en Pagadian, necesita urgentemente de medicamentos, debido a su precario estado de salud. La información es del obispo de Pagadian, en Filipinas, Mons. Emmanuele Cabajar, que pidió «oraciones por su salvación» y suplicó a los secuestradores «que lo liberen y lo traten con compasión».

El misionero, de 79 años, fue operado recientemente del corazón. Él fue secuestrado el domingo por la noche cuando dejaba su casa. Siete hombres armados lo colocaron en un vehículo, que después fue encontrado quemado y abandonado en una playa.
Mons. Cabajar publicó una manifestación titulada «El padre Michael Sinnot, un hombre de paz», en la cual expresa su tristeza por el secuestro. «Nuestra prioridad hoy es hacerle llegar los medicamentos que necesita para salvar su vida. Estamos intentando por todos los modos establecer un canal de comunicación con los secuestradores».

«Esperamos que el padre sea liberado en breve, teniendo en vista su estado físico que puede no resistir al largo y extenuante esfuerzo en manos de los secuestradores, que con frecuencia obligan a las víctimas a marchas forzadas», agregó el vicario general de la diócesis, Mons. Gilbert Hingone.

El padre Michael Sinnott coordinaba un proyecto de rehabilitación para niños con problemas especiales en Filipinas. Al inicio del secuestro, los líderes militares de la región comunicaron que el misionero había sido visto en la zona de Lanao del Sur.

Sobre los secuestradores, el padre Gilbert explicó que «las sospechas se dirigen a pandillas dedicadas al comercio de los secuestros por extorsión; quieren dinero para financiar su lucha». «Pero la política de la Iglesia en el Sur de Filipinas es no ceder a pedidos de rescate», agregó.

El Padre Sinnot trabaja en la región hace 30 años y es muy conocido y querido por la población del lugar.

Según informaciones de las autoridades locales, desde 1993 por lo menos 15 sacerdotes y pastores protestantes – 8 extranjeros y 7 de nacionalidad filipina – fueron secuestrados en Mindanao.

El padre Giancarlo Bossi

En otro caso emblemático de secuestro en Filipinas, el padre Giancarlo Bossi se dirigía hacia la iglesia donde celebraría la Misa dominical cuando fue raptado por varios hombres cerca de la aldea de Bulawan, en la provincia de Zamboanga Sibugay, el día 10 de junio de 2007. Los asaltantes lo obligaron a subir a un barco y huyeron.

En la época, el Papa Benedicto XVI se refirió a los frecuentes «pedidos para ayudar a las personas, entre ellas padres católicos, que son secuestrados por diferentes razones en varias partes del mundo». «Yo llevo a todos en mi corazón, incluyo a todos en mis oraciones, y pienso en muchos casos de Colombia», dijo.

En la ocasión, el padre Bossi era el tercer misionero a ser raptado en la zona de Mindanao en 10 años. En las ocasiones anteriores, los padres católicos terminaron siendo liberados al final de algunos meses de cautiverio
Él fue liberado después de 40 días de cautiverio. Según el jefe de la policía de Mindanao, no fue pagado ningún rescate por su liberación.

El Padre Bossi, que perdió cerca de cinco kilos durante el secuestro, declaró haber sido bien tratado por los secuestradores y que nunca temió por su vida. Él anunció en la época que deseaba volver a ejercer el sacerdocio en Payao, la parroquia de la isla de Mindanao donde fue secuestrado.

 

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