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Jerusalén (Martes, 25-06-2019, Gaudium Press) El miércoles 19 y jueves 20 de junio se celebró en Jerusalén la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Corpus Christi, que recuerda nuevamente la institución de la Eucaristía del Jueves Santo.
La festividad, que fue instituida en la Iglesia católica por el Papa Urbano IV en el año 1264 para celebrarse el jueves posterior a la fiesta de la Santísima Trinidad, se vivió a partir de las primeras Vísperas solemnes del miércoles en la tarde, presididas por Mons. Pierbattista Pizzaballa, Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, quien de acuerdo con el ‘Status Quo’, entró solemnemente al Santo Sepulcro.
En entrevista con Christian Media Center, medio de comunicación de la Custodia de Tierra Santa, Mons. Pizzaballa, habló sobre el significado de la solemnidad:
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| Vigilia previa a la celebracion del Corpus Domini en Jerusalén / Foto: Nadim Asfour – CTS. |
«El Corpus Domini es la fiesta de la Encarnación: Los cristianos creemos que Jesús se hizo carne, se hizo hombre, como uno de nosotros. Y en la Eucaristía celebramos este misterio, que esta carne continúa haciéndose don para nosotros cada día en la Eucaristía».
Ya en la noche del miércoles, con la liturgia que está reservada también para la Cuaresma, Fray Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, presidió la Vigilia frente al Edículo del Sepulcro. Con esta celebración se preparó la festividad del Corpus Domini propiamente dicha, que tuvo lugar horas después con una concelebración Eucarística.
Al terminar la celebración Mons. Pizzaballa dirigió una solemne procesión con el Santísimo Sacramento. En la ocasión es tradición dar tres vueltas alrededor del Edículo.
La mañana del jueves comenzó con los Laudes y la conmemoración Eucarística que contó con la presencia del Padre Pietro Felet, liturgista del Patriarcado Latino de Jerusalén. El sacerdote felicitó de modo especial a los presbíteros que este año conmemoran sus 60, 50, 40 y 25 años de sacerdocio.
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| Procesion solemne de Corpus Christi guiada por Mons. Pizzaballa / Foto: Nadim Asfour – CTS. |
Ya durante la homilía, el Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, explicando el Evangelio proclamado en la fiesta del Corpus Domini, señaló:
«Jesús no nos salva con medios poderosos y ricos sino, al contrario, haciéndose pobre y el último, uno de nosotros (…) La salvación es tal cuando se lleva dentro, nos hace vivir nuestra pobreza, nos hace vivirla como una riqueza».
Añadió que Dios salva precisamente desde la pobreza, «porque en ella resplandece la verdadera riqueza, no de las cosas, de los medios, ni de las posibilidades, sino del don mutuo de nosotros mismos».
Un sinnúmero de peregrinos participaron también de la memoria del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Entre ellas se encontraba Wilma Baronio, procedente de Italia, quien comentó:
«Hace 13 años que vengo a Tierra Santa, he visto varias celebraciones pero es la primera vez que veo el Corpus Domini (…) me ha gustado muchísimo: Si un consigue recogerse y tener un pensamiento personal es muy emocionante».
Con información de Christian Media Center y Custodia de Tierra Santa.
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