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París (Viernes, 28-09-2019, Gaudium Press) En octubre próximo, se conmemora el centenario de la consagración de la basílica de Montmartre, en París, basílica dedicada al Sagrado Corazón. Tal vez esta efemérides, o tal vez una gracia que recorre los corazones, hace que sean no pocos los católicos que quieran que Francia se consagre al Sagrado Corazón de Jesús.
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| Basílica de Montmartre, París |
Famille Chrétienne habló con Laurent Landete sobre el tema. Landete es autor de À Jésus par Marie (A Jesús por María), de la editorial Emmanuel.
Dice Landete que consagración fundamental es la del bautismo, por el cual «somo consagrados a Cristo por la unción del Espíritu Santo, para vivir una nueva alianza con Dios y anunciarlo a todo hombre». Entretanto, consagrarse al Corazón de Jesús es «disponer el propio corazón a una renovación profunda de la fe, de la esperanza y de la caridad».
«La consagración de una país, de una comunidad o de una familia es un acto humilde de ofrenda a Dios y una oración de intercesión. Es el sentido de las palabras de San Pablo, cuando llama a ‘ofrecerse en hostias vivas’ (Rm 12, 1)», continua. «Consagrar un país es simplemente orar para que cada uno de sus habitantes – y particularmente los cristianos – responda a su vocación a hacerse muy próximos ‘de las alegrías, las esperanzas las tristezas y las angustias’ de los hombres de su tiempo (cf Gaudium et Spes). En este mundo que sufre, en nuestra Iglesia que pena y que algunos de sus miembros han tan gravemente manchado, busquemos los caminos nuevos de la esperanza…».
¿Cuál sería la forma específica de esa consagración que ya imaginan numerosos franceses? Es algo que aún está por ser inspirado.
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