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Lisboa – Portugal (Miércoles, 04-12-2019, Gaudium Press) Ya hace algunos siglos, en la Isla de Madeira, en pleno Océano Atlántico, los católicos acostumbraban recordar la proximidad del Nacimiento del Niño Jesús de un modo especial dentro de la cultura madeirense.
Allí son celebradas, ya hace algunos siglos, las denominadas «Misas del Parto».
Misas del Parto
Las «Misas del Parto» son celebradas bien de mañana, nueve días antes del nacimiento del Señor.
Las Misas son una reminiscencia de las oraciones que, sin dudas, fueron hechas para impetrar a Dios el Buen Parto para la Santísima Virgen que habría de dar a luz al Niño Jesús.
Celebración oportuna
Una tradicional recordación religiosa muy oportuna para ser vivida en nuestros días, cuando las celebraciones de Navidad van siendo sustituidas por una fiestas de cumpleaños en las cuales todo es recordado, no falta nada, pero, donde el cumpleañero es sistemáticamente «olvidado».
Por eso mismo la Parroquia de Alfragide, en Lisboa, promueve la celebración de las Misas del Parto en la Iglesia de la Divina Misericordia, a partir del día 14 de diciembre, a las 06:30 horas de la mañana.
Iniciativa exitosa en Lisboa
La iniciativa de realizar esa secular tradición de la religiosidad popular y de la cultura madeirense en Lisboa, partió de un grupo de católicos madeirenses, hace seis años, y fue acogida por la comunidad parroquial y «va ya en su cuarto año» y «ha contado con un número creciente de participantes».
El hecho de que las Misas del Parto sean celebradas tan temprano, antes de nacer el sol, se debe a la «preocupación práctica de no interferir con el trabajo en los campos, que en la Isla de Madeira comenzaba temprano, y también al simbolismo de la preparación de la celebración de Jesús que nace para ser la Luz del mundo», informan los organizadores de las celebraciones.
Estas celebraciones han sido muy exitosas y traen características muy propias de la cultura madeirense, especialmente en la participación litúrgica, en los cantos y músicas.
Como también ocurría hace siglos, en Lisboa, al final de cada misa tiene lugar un momento de convivencia con comidas calientes y bebidas típicas de Madeira.
(JSG)
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