viernes, 29 de marzo de 2024
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La familia, bien necesario e imprescindible para toda la sociedad

Redacción (Jueves, 29-03-2012, Gaudium Press) La familia es un bien necesario e imprescindible para toda la sociedad, núcleo y realidad natural, fundamento de la propia sociedad, y tiene el derecho de ser protegida y reconocida por la sociedad y el Estado. Ella tiene una dimensión social única, por su naturaleza, puesto que la procreación se sitúa como principio «genético» de la sociedad, como lugar primario de transmisión y cultivo de valores y, consecuentemente, como principio de la cultura y garantía de la propia supervivencia de la sociedad. Podemos decir con toda la seguridad que el matrimonio tiene sus propias leyes, no dependiendo del arbitrio de las personas o de la sociedad. No es un fenómeno meramente cultural y dependiente del «sentir» subjetivo de la época actual, sino tiene como fundamento al propio Dios.

La necesaria estabilidad del matrimonio

Sin título.pngEs preciso tener presente que la estabilidad del matrimonio y de la familia no está exclusivamente confiada a la intención y a la buena voluntad de los implicados; el mismo tiene un carácter institucional, adquiere carácter público, inclusive después del reconocimiento jurídico por parte del Estado. Está en causa la propia dignidad del (de los) generado(s) ser el fruto de uniones íntimas permanentes, provenir de padres unidos, estabilidad esa que debe ser del interés de todos, sobre todo velando por estos que son los más débiles: los hijos.

«Con el matrimonio se asumen públicamente, mediante el pacto de amor conyugal, todas las responsabilidades del vínculo establecido. De esa asunción pública de responsabilidades resulta un bien no solo para los propios cónyuges e hijos en su crecimiento afectivo y formativo, como también para los otros miembros de la familia. De esa forma, la familia que tiene por base el matrimonio es un bien fundamental y precioso para la sociedad entera, cuyos entrelaces más firmes están bajo los valores que se manifiestan en las relaciones familiares que encuentran su garantía en el matrimonio estable. El bien generado por el matrimonio es básico para la propia Iglesia, que reconoce en la familia la «Iglesia doméstica» (Lumen gentium n.11, Decr.Apostolicam auctositatem, n.11). Todo eso se ve comprometido con el abandono de la institución matrimonial implícito en las uniones de hecho».1

Por el Padre Álvaro Mejía Londoño, EP.
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1. Conselho Pontifício para a Família. Família – Matrimônio e «Uniões de fato». 26 jul. 2000.

 

 

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