jueves, 18 de abril de 2024
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La Guardia Suiza, vivida desde dentro: "Eres ciudadano del Vaticano"

Ciudad del Vaticano (Martes, 08-05-2012, Gaudium Press) La Guardia Suiza, el ejército del Estado del Vaticano, que presta su servicio al Santo Padre desde el siglo XV, es probablemente el más tradicional del mundo. Cuenta sólo con poco más de un centenar de miembros y luce el colorido uniforme cuyo diseño se atribuye a Miguel Ángel.

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La Guardia Suiza, al servicio del Santo Padre desde el siglo XV. Foto: Andreas Walker

El pasado 06 de mayo se llevó a cabo el juramento de cerca de 30 nuevos miembros que se comprometieron a servir «fiel, leal y honradamente al Sumo Pontífice». El acto recordó la heroica muerte de 147 guardias que, en 1527, salvaron con sus vidas al Papa Clemente VII, víctima de un ataque de cerca de un millar de soldados del emperador Carlos V. Gaudium Press obtuvo una entrevista con uno de estos jóvenes guardias, Luca Brunner, del Cantón de Zurich, quien reveló los detalles y el significado de hacer parte de este muy singular cuerpo militar:

¿Cuál fue la razón que lo decidió a hacerse Guardia Suizo?

Siempre estuve motivado. Escuche de esto en varias oportunidades y entonces me encontraba en el sur de de Suiza, donde se habla italiano. Era un sentimiento extraño no poder hablar en Suiza, en el país en el cual vivo. Así que esta fue una motivación, aprender el lenguaje, primero que todo. Además, estuve sirviendo a la Iglesia cerca de seis años. De forma que esta clase de experiencia era la otra motivación para estar en el centro del Catolicismo. Escuché muchas historias, hablé con algunos ex guardias. Ellos sólo podían contar buenas cosas acerca de los Guardias Suizos. Así que decidí experimentarlo por mí mismo, vivir en Roma, hacer esta experiencia de la forma de vida romana.

¿Los Cuerpos de la Guardia Suiza son populares en ese país, se conocen las reglas de reclutamiento?

Creo que no es demasiado popular. La imagen de la Guardia Suiza en Suiza es todavía la de alguien que se para con una alabarda en frente del Vaticano. Ahora, cuando vienes acá y lo ves es completamente diferente. Hay unos pocos lugares en los cuales podemos estar de pie de esa forma, y de hecho no es tan malo, porque uno conoce las razones por las cuales está allí de pie, conoce el servicio. De otro lado, en Suiza no es muy popular servir a la institución católica, si se es joven. Pero esto hace diferencia, lo hace más interesante para mí. No soy de los que van con la corriente. Para mí es una gran experiencia y es una gran escuela de vida.

¿Cuáles son sus impresiones de tres meses ya empleados en el servicio?

Me gusta verdaderamente porque uno tiene un sistema de ocho horas de trabajo y es libre el resto del tiempo, si no hay servicio extraordinario. De hecho se tiene mucho tiempo para pensar sobre el propio futuro, para usarlo en conocer más cosas, para salir a Roma y experimentar la ciudad, ver el Vaticano y explorarlo todo. Es una buena combinación de servicio y tiempo libre que puedes usar para ti. Puedes aprender un nuevo instrumento y unirte a la banda. Yo ya tocaba la guitarra y el piano. Pensé en ir a la banda y no puedo usar ninguno, ya que hay que marchar y con un piano sería algo difícil. La guitarra no combina. Pero es algo motivante involucrarse. También es motivante hacer ejercicio, simplemente ir a Villa Panfili a correr. En Roma hay lugares muy agradables para ir y visitar. Simplemente lo disfruto.

La Ciudad del Vaticano es un lugar misterioso para los foráneos. ¿Cómo se ve desde dentro?

En realidad creo que todavía hay muchos misterios, todos esos Archivos Secretos con toda su historia. Creo que debe haber algunos secretos, deben existir algunos misterios que la hacen más interesante. También la Guardia Suiza tiene algunos misterios que la hacen mucho más interesante, más poderosa, supongo. Es la imagen. Si no es un misterio malo, si es bueno y misterioso te hace pensar en eso. Creo que lo hace mucho más interesante para ir y visitarlo. Muchas personas llegan acá todos los días para ver, tal vez para descubrir el misterio.

¿Puede contarnos algo acerca de su día normal en el Vaticano?

Te levantas temprano para prestar servicio hasta medio día, o se hace en la tarde, o durante la noche. Siempre cambia. Me gusta tener mi «collazione», o desayuno, en las mañanas y entonces comenzar. Incluso cuando debo levantarme a las cinco de la mañana, debo primero comer el desayuno. Es una motivación. Cuando he prestado el servicio, tal vez duermo un poco. Salgo a correr, o a tocar los intrumentos, o voy a la «palestra». Siempre tengo algo qué hacer. Voy a Roma a comprar algunas cosas, hay muchos lugares para visitar. Ahora estoy interesado en ir a ver todos los museos para descubrir un poco más de historia.

¿Qué es lo más fascinante de ser un Guardia Suizo?

¡Eres un ciudadano del Vaticano! Por el tiempo que estás acá, eres ciudadano del Vaticano, que es un Estado como tal, que tiene sus propias reglas. Estás dentro de todos esos muros que hacen el misterio. Como un Guardia Suizo puedes explorar el Vaticano entero con pocas excepciones. Puedes explorar todo los lugares donde nadie puede entrar. Considero motivante que puedes ir todas las veces a los jardines, a la cúpula. La gente en las calles dice: «Debes ser un Guardia Suizo, porque hablas alemán». Es una parte interesante, la imagen misma de los Guardias. Vives en el Vaticano.

¿Y la emoción de ver y encontrarse con el Papa?

Yo estoy muy emocionado de encontrarlo. Yo he estado un par de veces de pie junto al elevador cuando el se dirige a su apartamento. Entonces el camina con algunas personas. Pasa apenas a un metro de ti, te mira y dice: «Que tenga buena tarde». Estaba muy nervioso la primera vez. Pero es en verdad una experiencia muy buena verlo de cerca, saber para quién trabajas. Estoy muy feliz de tener esta audiencia para verlo más de cerca, tal vez hacerle una pregunta. Aún no sé qué preguntaría, pero eso llegará en el momento.

Gaudium Press / Entrevista de Anna Artymiak

 

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