viernes, 29 de marzo de 2024
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Quien quiere predicar el Evangelio, no se debe preocupar en tener éxito, recuerda el Papa en la Misa en Frascati

Ciudad del Vaticano (Martes, 17-06-2012, Gaudium Press) Persecución, acogida no favorable, ausencia de conversiones son los momentos bajos del ministerio apostólico de un cristiano, principalmente de un sacerdote, afirmó el Papa en la homilía de la Misa del domingo pasado en una breve visita a Frascati, localidad próxima a Castel Gandolfo, sede titular del Cardenal Tarcisio Bertone. La visita ocurrió en el contexto de las vacaciones del Pontífice en su residencia de verano de Castello. A partir de agosto Benedicto XVI retorna al pleno ritmo de la agenda de las audiencias generales y privadas.

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Jesús no desdeña la ayuda de los hombres para su obra, dijo el Papa

«La misión apostólica – dijo el Papa – debe siempre incluir los dos aspectos: predicación de la palabra de Dios y manifestación de su bondad con gestos de caridad, servicio y dedicación». El sentido y la naturaleza de esta misión fueron los temas de la homilía.

Meditando sobre las lecturas del domingo, Benedicto XVI resaltó el aspecto del rechazo de la misión apostólica. Jesús «no desdeña la ayuda que otros hombres puedan dar a su obra. Conoce sus límites, sus debilidades, pero no los desprecia, al contrario, les confiere la dignidad de ser sus enviados», observó.

En la lectura de los textos el Papa afirmó el carácter de los apóstoles que «no deben ser apegados al dinero y al confort».

«Ellos deben hablar en nombre de Jesús sin preocuparse en tener éxito», dijo el Santo Padre. Como ocurrió con el profeta Amós de la primera lectura, a veces rechazado o hasta perseguido, «esto no les debe impresionar: ellos deben hablar en nombre de Jesús y predicar el Reino de Dios, sin preocuparse en tener éxito», dijo.

Benedicto XVI recordó otro elemento importante del ministerio apostólico: no contentarse en predicar la conversión. Esta experiencia de los doce apóstoles es «la anticipación de una misión más amplia» y de «una predicación más rica», aquella del «gran designio divino de salvación». Con su amor gratuito «Dios buscó la redención, la salvación de los pecadores».

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