jueves, 25 de abril de 2024
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Papa envía al cardenal Francis Arinze a Filipinas para la apertura de la asamblea de Obispos de Asia

Manila (Miércoles, 12-08-2009, Gaudium Press) La importancia de la Eucaristía y la atención a los pobres: éstos fueron los principales mensajes llevados por el cardenal Francis Arinze, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, enviado especial del Papa a la IX Asamblea Plenaria de la Confederación de las Conferencias Episcopales asiáticas, que inició ayer en Manila, capital de Filipinas. El tema de esta versión de la asamblea es «Vivir la Eucaristía en Asia».

«En el increíble desarrollo económico y tecnológico, Asia ve aún a su pueblo pobre y sufrido, oprimido y reprimido, sin techo y necesitado». Así el cardenal Arinze invitó a los obispos reunidos en la asamblea, para reflexionar el contexto en el cual la Iglesia vive en el continente que cubre cerca de 60% de la población mundial y que es blanco de diversos desastres naturales. «La Eucaristía es el bien espiritual de la Iglesia y es un bien que nos transforma», pregona el Cardenal Arinze.

«La Eucaristía nos lleva en dirección a los pobres». La beata Madre Teresa de Calcuta y sus hermanas «viven la fuerza transformadora de la Eucaristía» y es esta fuerza transformadora que debe estimular «la búsqueda de una forma de ayudar a los pobres a salir de sus condiciones de pobreza y a vivir una vida humana lo más digna posible», dijo el cardenal nigeriano. «Dios no quiere que algunos tomen posesión de las cosas buenas de este mundo, creando un oasis de satisfacción y de consumo excesivo, mientras la mayoría permanece en un desierto de necesidad y de miseria», prosiguió.

Otro punto central abordado por el cardenal Arinze fue la «importancia de la unidad de comunión entre el Papa y los obispos y, después, entre los propios obispos, sacerdotes, laicos, consagrados». Y, enseguida, también la relación con los demás: «Con otros cristianos que no comparten aún de la plena unidad católica y con las muchas otras personas de otras religiones».

En lo que se refiere a la administración de la Eucaristía, el cardenal es claro: «la celebración eucarística no es un servicio ecuménico», sino una celebración que «pide comunión eclesiástica plena». Así, explica, la posibilidad de administrar la comunión a un cristiano cuya familia religiosa no se adhirió completamente al catolicismo es rara y estrictamente subordinada a las condiciones establecidas por la Iglesia en sus documentos oficiales.

«Cuando se trata de musulmanes, hindúes, budistas o fieles de otras religiones, es evidente la imposibilidad de comunión». El cardenal recomienda que éstos no sean enviados a las celebraciones sin las debidas explicaciones. Además, resalta que «evangelización no es proselitismo».

Las reuniones de los episcopados asiáticos prosiguen en Manila hasta el próximo día 16 de agosto.

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