viernes, 29 de marzo de 2024
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Conferencia Episcopal de Filipinas compone oración obligatoria para pedir la lluvia

Manila (Jueves, 14-04-2016, Gaudium Press) La Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas emitió una oración especial para pedir el don de la lluvia para el país, el cual se encuentra afectado por una grave sequía debida al fenómeno de El Niño. La «Oratio imperata» fue publicada el pasado miércoles y transmitida a los Obispos quienes tienen la potestad de implementarla en sus respectivas jurisdicciones pastorales.

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Los Obispos pidieron a Dios cesar la sequía e inspirar la caridad cristiana para atender a los damnificados. Foto: Pallavi Damera.

«La sugerencia es debida a la sequía prolongada causada por el fenómeno de El Niño que ha arrasado varias partes de nuestro país, particularmente en Mindanao» explicó el Secretario general de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas, Padre Marvin Mejía. Según indicó, la Oratio Imperata es una oración ordenada que suplica una intención en especial.

La oración para pedir la lluvia en Filipinas fue publicada en dos lenguajes: inglés y cebuano. El texto de la oración en idioma inglés, según una traducción libre, implora: «Oh Dios, lleno de gracia y misericordioso, Creador, fuente y dador de todas las cosas. Todopoderoso en el cielo y en la tierra, te damos el honor y la gloria. Te agradecemos por nuestra casa, la Tierra; por nuestra luz, el sol la luna y las estrellas; por nuestro descanso: nuestra familia y amigos, nuestra comunidad, nuestros vecinos. Unidos como tus hijos venimos a Ti, implorando nos laves con la lluvia, nos concedas el agua que necesitamos. Padre, tus hijos están suplicando para sobrevivir, escúchanos, deseamos vivir».

«La sequía prolongada nos está privando de los frutos de nuestra tierra. Las bajas reservas de agua significan hambre y sed para la mayoría de nosotros. El Niño continúa amenazando nuestra relación mutua. Señor, este es un fenómeno muy hostil que te suplicamos que detengas. En este tiempo de sobreviniente catástrofe, querido Señor, habita en nuestros corazones. Enséñanos a ser más generosos, saca lo mejor de nosotros, dirige nuestros ojos y oídos hacia las necesidades de los otros, en particular los pobres. Muévenos a compartir más, cuidar más, servir más y amar más. Santo Dios, Tú santificas esta tierra para ser nuestro hábitat sagrado. Concédenos la valentía de tomar en nuestra mano los sufrimientos del entorno. Concédenos fuerza para salvar y proteger la belleza de la naturaleza. Danos sabiduría para restaurar lo que hayamos destruido».

«Oh amoroso Dios, escúchanos a nosotros, tus amados hijos, siéntenos. Permite que los cielos lloren y que sus lágrimas sean nuestra lluvia bendita. Ten misericordia sobre nosotros, ten misericordia. Te suplicamos, Dios lleno de gracia y misericordioso, permite que llueva. Amén».

Con información de Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas.

 

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