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Se conmemoran 15 años de la canonización de San Josemaría Escrivá

Redacción (Viernes, 06-10-2017, Gaudium Press) Un día como hoy, hace 15 años, era canonizado en Roma San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, quien es conocido por ser el «Santo de lo ordinario». Cientos de miles de personas se dieron cita en la Plaza de San Pedro y en la vía de la Conciliación de la Ciudad Eterna, para ser testigos de este momento histórico, que fue presidido por otro gran santo: el Papa Juan Pablo II.

«Hoy, por tanto, en una solemne Misa en la Plaza de San Pedro y ante una ingente multitud de fieles, hemos pronunciado la siguiente fórmula: En honor de la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y crecimiento de la vida cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Nuestra, después de haber reflexionado largamente, invocado muchas veces la ayuda divina y oído el parecer de numerosos hermanos en el Episcopado, declaramos y definimos Santo al Beato Josemaría Escrivá de Balaguer y lo inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sea devotamente honrado entre los Santos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo», indica la Bula de Canonización del Beato Josemaría, leída durante la ceremonia ocurrida el 6 de octubre de 2002.

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El fundador del Opus Dei es conocido como el «Santo de lo ordinario» / Foto: Oficina de Información del Opus Dei.

Durante la homilía de la celebración Eucarística, que contó con la especial presencia de los hijos e hijas del Opus Dei, San Juan Pablo II destacó que Josemaría Escrivá «se dejó guiar dócilmente por el Espíritu, convencido de que sólo así puede cumplir plenamente la voluntad de Dios».

«Elevar el mundo hacia Dios y transformarlo desde dentro: he aquí el ideal que el santo fundador os indica, queridos hermanos y hermanas que hoy os alegráis por su elevación a la gloria de los altares», prosiguió el Papa polaco, para luego añadir: «Siguiendo sus huellas, difundid en la sociedad, sin distinción de raza, clase, cultura o edad, la conciencia de que todos estamos llamados a la santidad. Esforzaos por ser santos vosotros mismos en primer lugar, cultivando un estilo evangélico de humildad y servicio, de abandono, en la Providencia y de escucha constante de la voz del Espíritu».

San Josemaría Escrivá nació en Barbastro, España, el 9 de enero de 1902. Su llamado al sacerdocio ocurrió cuando era muy joven luego de que su familia se trasladara a Logroño en 1915. El propio Josemaría contó que en aquella ciudad, tras ver unas huellas de los pies descalzos de un religioso en la nieve, sintió que Dios tenía algo para él y pensó que la mejor manera de averiguarlo era haciéndose sacerdote. Su ordenación sacerdotal llegó el 28 de marzo de 1925.

Estando en la capital española, el 2 de octubre de 1928, el Señor le muestra la misión a la que lo llamaba y funda el Opus Dei. «Se abría así en la Iglesia un nuevo camino caracterizado por difundir entre los hombres y mujeres de toda raza, condición social o cultura, la conciencia de que todos están llamados a la plenitud de la caridad y al apostolado, en el lugar que cada uno ocupa en el mundo», dice la Bula de la Canonización de San Josemaría.

Años después, tras vivir los tiempos difíciles de la Guerra Civil Española -conflicto que lo obligó a salir de Madrid en una larga travesía por los Pirineos-, se traslada a Roma donde tiene contacto directo con el Vaticano. Es nombrado consultor de las Congregaciones de la Santa Sede, así como miembro honorario de la Pontificia Academia de Teología y prelado de honor del Santo Padre. Es en la Ciudad Eterna donde Escrivá acompaña todos los preparativos para el Concilio Vaticano II ocurrido en los años 1962 a 1965.

Es justamente desde allí, en la Ciudad Eterna, donde Josemaría da un mayor impulso al Opus Dei expandiendo la Obra de Dios a otras partes del mundo. Tras un deterioro de su salud, fallece con fama de santidad el 26 de junio de 1975. Algunos años después, el 17 de mayo de 1992, es beatificado por San Juan Pablo II, y luego canonizado por él el 6 de octubre de 2002.

Con información de Opusdei.es.

 

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