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Washington (Sábado, 07-10-2017, Gaudium Press) El mandato antinatalista del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, una controvertida norma que causó un clima de confrontación entre la Iglesia y el Estado durante la administración Obama, fue finalmente enmendado por la administración Trump, cumpliendo lo ordenado por la Corte Suprema del país. Las nuevas directivas retiran la presión ejercida sobre las instituciones de inspiración religiosa que se encontraban obligadas bajo cuantiosas multas a incluir fármacos abortivos, esterilización y anticonceptivos en los planes de cobertura de salud de sus empleados.
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| Diversas manifestaciones alrededor del país respaldaron la lucha de los Obispos en favor de la libertad religiosa. Foto: LifeNews |
La decisión fue celebrada por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), que emitieron una declaración sobre la materia el pasado 06 de octubre. La enmienda «reconoce que el espectro completo de organizaciones basadas en la fe y conducidas por la misión, así como las personas que las administran, tienen creencias religiosas y morales profundamente arraigadas que la ley debe respetar», expresó en el texto el Presidente de la USCCB, Cardenal Daniel DiNardo, y el Arzobispo de Baltimore y Presidente del Comité Ad Hoc de la USCCB sobre Libertad Religiosa, Mons. William Lori, firmantes del texto.
«Esta excepción no es una innovación, sino en su lugar un retorno al sentido común, la práctica federal de largo tiempo y la coexistencia pacífica de la Iglesia y el estado», agregaron los prelados. «Ésta corrige una falla anómala por parte de los reguladores federales que nunca debió haber ocurrido y nunca debería repetirse». La noticia es un triunfo para las Hermanitas de los Pobres, cuya demanda fue llevada hasta la Corte Suprema en una larga lucha jurídica, y para los numerosos demandantes entre quienes se encuentran Diócesis, organizaciones católicas de todo tipo y creyentes particulares que eran excluidos del estrecho margen de excepciones incluidos en la llamada «acomodación» anterior de la norma.
Pero más allá de las instituciones protagonistas de la controversia con motivo de la imposición, los Obispos señalaron que la enmienda «es también una buena noticia para todos los americanos». «Un mandato gubernamental que obliga a las personas a hacer una elección imposible entre obedecer sus conciencias y obedecer su llamado a servir a los pobres es dañino no sólo para los católicos sino para el bien común», comentaron los Obispos en su conclusión. «»La libertad religiosa es un derecho fundamental para todos, así que cuando es amenazado para algunos, está amenazado para todos».
Con información de USCCB.
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