Iglesia en Filipinas celebrará Año del Clero y la Vida Consagrada en 2018

Manila (Miércoles, 11-10-2017, Gaudium Press) La Iglesia en Filipinas se encuentra en un proceso de preparación para la celebración de los 500 años de evangelización del país y con este motivo 2018 fue declarado por la Conferencia Episcopal como Año del Clero y al Vida Consagrada. Para explicar este paso en la cercanía del quinto centenario, el P. Emmanuel Mijares escribió un artículo para el informativo de los Obispo, CBCP News. En el texto, el sacerdote insistió en la necesidad de la santidad de presbíteros y religiosos para que puedan a su vez guiar hacia la santidad a los fieles.

Los sacerdotes y religiosos están llamados de una forma especial a guiar a los creyentes a Dios a través de su propia santidad. Foto: Exe Lobaiza.

«Se sabe que la mejora o el empeoramiento de cualquier sociedad depende en mayor grado de sus líderes religiosos. Esto es cierto en Europa y esto también es cierto en Filipinas», explicó el P. Mijares. «Existe una relación directa entre el desarrollo de la sociedad con su clero y la jerarquía. Cuando el clero es corrupto, la sociedad se corrompe; pero cuando el clero o sus líderes religiosos son santos, el pueblo se hace santo». Por este motivo la Iglesia invita a la renovación de la búsqueda de la santidad en sus ministros y consagrados para lograr los frutos espirituales de la preparación de años anteriores.

El sacerdote recordó que la santidad no es un llamado exclusivo de los sacerdotes y religiosos. «Esta prioridad dada al clero ordenado y a las personas consagradas no significa en modo alguno que los laicos que constituyen la gran mayoría del Pueblo de Dios sean dejados atrás como si fueran ‘segunda’ clase en este año», aclaró. «Todos los miembros de la iglesia están llamados a ser santos juntos. En otras palabras, en esta nueva evangelización, todos están llamados a ser receptores y agentes activos de la evangelización».

«Al abrir este año por lo tanto, tú y yo debemos ser fieles a nuestro llamamiento a ser «santos juntos» como el único Cuerpo de Cristo», concluyó el sacerdote. «El año del clero y de los religiosos es una invitación a un mayor discipulado y comunión hacia un camino común hacia la santidad, pues ni el clero, ni los religiosos, ni los laicos (ni siquiera los consagrados) pueden hacerlo solos. De hecho, para amar, servir y perdonar, nos necesitamos no sólo como objetos, sino también como sujetos de este amor, servicio y perdón».

Con información de CBCP News.