jueves, 18 de abril de 2024
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En el Ángelus, el Papa reflexionó sobre la unión íntima de todo matrimonio

Ciudad del Vaticano (Lunes, 08-10-2018, Gaudium Press) En el Ángelus del día de ayer, el Papa Francisco reflexionó sobre la indisolubilidad matrimonial, que había sufrido una dispensa en la ley mosaica debida a la dureza de los corazones del pueblo judío, según afirma el propio Jesús. Entretanto, Cristo demuestra que la indisolubilidad es el plan original de Dios, y lo restaura.

Jesús «redimensiona la ley mosaica», dice Francisco.

El Señor recuerda lo dicho en el libro del Génesis, según relata el evangelio de San Marcos: «Desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer; por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne», concluyendo Jesús: «Por tanto, el hombre no debe dividir lo que Dios ha unido».

«En el proyecto original del Creador, no existe el hombre que se casa con una mujer y, si las cosas no van bien, la repudia. ¡No! En cambio, sí hay un hombre y una mujer llamados a reconocerse, a completarse, a ayudarse mutuamente en el matrimonio», dijo el Papa, quien añadió un comentario sobre la claridad de esa enseñanza.

El Pontífice resaltó también la importancia trascendental de la gracia para mantener toda unión matrimonial: «Lo que permite a los esposos permanecer unidos en el matrimonio es un amor de donación recíproca sostenido por la gracia de Cristo. Si por el contrario prevalece en los cónyuges el interés individual, su propia satisfacción, entonces su unión no podrá resistir».

La Iglesia, enseñó el Papa, «no se cansa de confirmar la belleza de la familia tal como nos ha sido transmitida por la Escritura y la Tradición; a la vez que se esfuerza por hacer sentir su cercanía materna de manera concreta a quienes viven la experiencia de relaciones rotas o llevadas a cabo de una manera dolorosa y cansada».

El Papa Francisco resaltó la acción caritativa y misericordiosa ante tantos matrimonios en problemas.

«Invoquemos a la Virgen María, para que ayude a los esposos a vivir y renovar siempre su unión a partir del don original de Dios», concluyó el Pontífice.

 

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