jueves, 18 de abril de 2024
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Senadora en Congreso Pro Vida y Familia: "Yo soy católica no vergonzante, y no quiero engañar a mis electores"

1.pngMedellín (Domingo, 23-06-2019, Gaudium Press) ¿Cómo se es católico y se es político hoy por hoy? Fue ese el eje de la conferencia que la senadora colombiana Paola Holguín profirió en el Congreso internacional Pro Vida y Familia que se desarrolla en Medellín hoy y mañana, previo a la Asamblea 49ª de la OEA.

Contó la senadora que una vez le preguntó un político que cómo ella, estando en un país en que la Iglesia y el Estado, siempre iba con un rosario en su muñeca. «Y yo le dije ‘porque yo soy católica no vergonzante, y yo no quiero engañar a mis electores'». Ella quiere que quienes voten por ella sepan que ella es «católica pro vida».

De hecho, expuso la senadora, son muchos los políticos que no entienden que la política no se puede separar de la moral. Y «la moral dice qué está bien y qué está mal. Porque hoy estamos llegando a un relativismo, donde pareciera que nada es del todo malo ni del todo bueno, y sí hay cosas buenas y sí hay cosas malas», expresó la senadora.

«La defensa de la vida es buena. Por lo tanto abortar es malo, porque es matar a un bebé en el vientre de su madre, y eso no es negociable, eso no es relativo. Eso no es dependiendo del clima, o si está lloviendo mucho…».

Dice que los políticos pueden tener guías a la hora de hacer política, y que una de ellas es «la doctrina social de la Iglesia Católica». En concreto, la Doctrina Social de la Iglesia «determina unos principios. Primer principio: la dignidad de la persona humana, que no es negociable». Otro principio: «La primacía del bien común».

La doctrina social de la Iglesia «defiende la solidaridad. Defiende la subsidiariedad, y subsidiariedad es que los primeros que se tienen que organizar son la sociedad civil, y nosotros como Estado llegamos de manera subsidiaria, no a reemplazar a la sociedad civil, sino a coadyuvar a la sociedad civil organizada».

«Otro principio: es la cultura de la vida y de la calidad de vida. Y otro principio muy importante es la existencia de la ley moral, que es un principio fundamental de la doctrina social».

Recordó la senadora Holguín que San Pablo promovía las buenas relaciones con la autoridad civil. Y que en el mismo sentido, San Pedro establece que los ciudadanos deben una obediencia «libre y responsable a una autoridad que hace respetar la justicia asegurando el bien común».

Afirmó la senadora la doctrina católica que muestra el origen divino de la autoridad: Dios nos crea sociables por naturaleza, es por tanto Dios el autor de la sociedad. Pero necesitando toda autoridad de Dios, es por tanto Dios también el creador de la autoridad que debe gobernar la sociedad.

Por ello, y en tono jocoso, la senadora expresó que lo anterior debe mover a las personas a «que no les caigan tan mal los políticos. Y por eso es que ustedes en misa siempre oran por los políticos, por los dirigentes».

Entretanto, la senadora Holguín recordó que política viene de polis, ciudad, y por tanto son todos los ciudadanos los que tienen que ver con la política. Por ello, la senadora convocó a los cristianos a la acción ciudadana. «Todos estamos obligados a hacer política», dijo. Los ciudadanos cristianos deben organizarse para que sus principios sean «política».

Para aprender cómo se debe ser un buen político, y para orientar a cuáles políticos los cristianos se deben apoyar, la senadora citó las «bienaventuranzas del político», de autoría del Cardenal Van Thuan:

– Bienaventurado el político que tiene una alta consideración y una profunda consciencia de sus deberes.
– Bienaventurado el político cuya persona refleja credibilidad.
– Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés.
– Bienaventurado el político que permanece fielmente coherente.
– Bienaventurado el político que está comprometido con llevar a cabo el cambio radical.
– Bienaventurado el político que sabe escuchar.
– Bienaventurado el político que no tiene miedo.

La senadora convocó a los cristianos a lanzarse a la acción, también política, sin miedo. (SCM)

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