jueves, 28 de marzo de 2024
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Nueva Venerable filipina es recordada por su persistencia para lograr la fundación de su comunidad religiosa

Ciudad del Vaticano (Martes, 30-07-2019, Gaudium Press) Durante una audiencia concedida al Cardenal Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el Papa Francisco reconoció las virtudes heroicas de la Madre Francisca del Espíritu Santo de Fuentes, la fundadora de la Congregación de las Dominicas de Santa Catalina de Siena de Filipinas. La religiosa es recordada por las dificultades superadas para hacer posible la obra del Beaterio que dio origen a la comunidad.

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Venerable Madre Francisca del Espíritu Santo de Fuentes.

La Venerable nació en 1947 del matrimonio de un nobel español, Don Simón de Fuentes, y una mestiza, Doña Ana María del Castillo y Tamayo. A los 19 años contrajo matrimonio, pero enviudó menos de un año después. En su particular condición de viuda sin hijos, que imponía dificultades en la sociedad de su tiempo, discernió el llamado de Dios a una entrega total, por lo que se dedicó al servicio de los enfermos e inició el proceso de fundación de un Beaterio, una organización de vida consagrada.

Al tener una visión sobrenatural en la cual vio a Santo Domingo y a San Francisco de Asís, la Venerable se comprometió a seguir los pasos del primero y consiguió ser admitida en la Tercera Orden de los Dominicos bajo el nombre de Francisca del Espíritu Santo. La fundadora comunicó a sus superiores la intención de crear el Beaterio y fue alertada sobre la resistencia que tendría que enfrentar. «Dios no puede ser resistido», fue la respuesta de la Venerable.

Los verdaderos obstáculos sobrevinieron con el nombramiento en 1697 de un nuevo Arzobispo de Manila, Mons. Diego Camacho y Ávila, quien generó una notable controversia al cambiar las reglas que regían a las comunidades religiosas. Los roces con las congregaciones incluyeron al Beaterio y la Venerable Francisca del Espíritu Santo fue acusada injustamente de conducta inadecuada, incompetencia administrativa y otras faltas. La religiosa fue víctima de censura eclesiástica, separación de su casa religiosa y finalmente un exilio de dos años, enfrentados con paciencia cristiana y espíritu de oración.

Finalmente, en 1706, el Arzobispo accedió a restituir el Beaterio a la plena participación en la vida de la Iglesia bajo la Tercera Orden de Santo Domingo, fruto de numerosas intervenciones de intermediarios. La fundación sobrevivió una cruz de nueve años y pudo florecer para convertirse posteriormente en la Congregación de las Dominicas de Santa Catalina de Siena de Filipinas. La Venerable Francisca del Espíritu Santo falleció el 24 de agosto de 1711.

Con información de Aleteia.

 

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