martes, 23 de abril de 2024
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"Edith Stein es un doble paradigma", afirma el Obispo Emérito de Passo Fundo, Brasil

Passo Fundo (Lunes, 13-10-2014, Gaudium Press) Mons. Urbano Allgayer, Obispo Emérito de la Arquidiócesis de Passo Fundo, en el Estado de Río Grande del Sur, escribió un artículo sobre Edith Stein, santa de origen hebreo. Recuerda el prelado que Edith nació en Alemania, en Breslau, en el año 1891, tornándose más tarde una famosa profesora de Filosofía en una universidad alemana.

El Obispo afirma que la madre de Edith intentó educarla en la religión judaica, pero ella se declaró atea, sin creer en Dios. Pero, un cierto día cae en sus manos la autobiografía de Santa Teresa de Ávila. Conforme Mons. Allgayer, Edith leyó el libro y concluyó: «Aquí está la plena verdad». En seguida, el Prelado recuerda que ella leyó el catecismo católico y entró por primera vez a una iglesia para participar de la misa, ocurriendo el milagro de la conversión súbita y radical.

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Después de eso, Edith recibió el bautismo y, a los 42 años, dijo a la madre que entraría para la vida religiosa, en la Orden de las Carmelitas Descalzas. De acuerdo con el Obispo, en el Convento de Colonia, en 1933, ella pasó a llamarse Teresa Benedicta de la Cruz y, buscando, en el recogimiento interior, la fuente de su dinamismo. Edith, declaró: «Cuanto más profundamente alguien es atraído para Dios, tanto más intensamente debe salir de sí para irradiar en el mundo la vida divina».

«Para escapar a la persecución nazi, fue transferida al Carmelo en Holanda, en 1940. Pero cuando esta nación fue ocupada por los nazis de Hitler, el Carmelo fue invadido y la Hermana Teresa, y su Hermana Rose, también carmelita, fueron llevadas al campo de exterminio de Auschwitz, Polonia, donde las dos murieron en la cámara de gas, juntamente con 998 judíos», explica el Prelado.

Mons. Allgayer destaca que Edith fue beatificada en 1987 y canonizada en 1998 por el Papa San Juan Pablo II. Ella siempre afirmaba: «No hay cristianismo verdadero, genuino, sin participar, en el misterio de la Cruz. Los santos comprendieron esta realidad y la Cruz los elevó hasta las cumbres del amor de Dios: dar la vida. Cuanto más profundamente alguien es atraído a Dios, tanto más intensamente debe salir de sí para irradiar en el mundo la vida divina».

Para concluir, el Obispo resalta que para judíos y cristianos Edith Stein es un doble paradigma: como filósofa judía, honró la vida y el martirio, el holocausto del pueblo electo, en la cámara de gas, y como cristiana carmelita, murió con su hermana Rose y millones de descendientes de Abraham, víctimas del nazismo, una de las peores ideologías ateas y sanguinarias del siglo 20. (FB)

 

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