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Buenos Aires (Miércoles, 12-11-2014, Gaudium Press) En la fiesta de la dedicación de la basílica de San Juan de Letrán, el pasado domingo, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, recordó que cada cristiano es templo del Espíritu Santo, que están llamados a ser «piedras vivas» que animen, sostengan y anuncien el Reino de Dios a todos los hombres.
En alocución radial, monseñor Frassia explicó que la conmemoración litúrgica de la dedicación de la primera iglesia de Occidente tiene por fin recordar que el tempo es un lugar de encuentro con Dios, con uno mismo y con todos, y que cada cristiano también lo es por su bautismo. «Somos santos por la presencia de Dios», observó.
«Dios es luz, por eso no tenemos derecho a permanecer en las tinieblas y nuestras obras no pueden ser de muertos sino de vivos, y nuestro compromiso no puede ser superficial sino rotundo, concreto, real», añadió el prelado.
La conciencia de ser templos del Espíritu Santo, nos debe mover a la coherencia cristiana.
«Pidamos al Señor darnos cuenta que tenemos que vivir de acuerdo al Espíritu de Dios. Cristo ha edificado, Él es la piedra angular, es el Centro, Él tiene la primacía y no hay otro fuera de Él. Este Cristo está unido al Padre y con el Padre nos ha enviado al Espíritu Santo en Pentecostés, dando inicio a la Iglesia», recordó el obispo.
Monseñor Frassia recordó que el templo está sostenido por el Espíritu Santo y exhortó a los fieles a recordarlo y ponerlo en práctica:
«¡Somos piedras vivas, no piedras muertas! ¡Piedras calientes, no piedras frías! Que cada uno de nosotros viva de acuerdo al Espíritu que nos anima, nos ayuda a sostenernos y anunciar al Dios que está vivo y no muerto».
Con información de Aica
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