martes, 16 de abril de 2024
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"Preparemos la Navidad con un buen examen de conciencia": Cardenal Cipriani

Lima (Lunes, 15-12-2014, Gaudium Press) Es importante vivir los días previos a la Navidad realizando un exhaustivo examen de conciencia, una buena confesión y realizando actividades de voluntariado que transmitan la alegría del nacimiento de Jesús. Es la invitación que hizo el pasado sábado 13 de diciembre el Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani, durante su intervención en el programa ‘Diálogo de Fe’.

Al reflexionar sobre los días que anteceden a la Navidad, el purpurado animó a realizar acciones concretas que ayuden a vivir y expresar la cercanía de Jesús. «¿Cómo estará tu clima interior? Preparemos bien la navidad con un buen examen de conciencia, acudiendo a la lavandería del alma que es la confesión y preguntándote: si tienes alguien a quién puedes perdonar, perdona; si conoces a alguien a quien ayudar, ayuda; y si puedes agradecer a alguna persona, agradece», alentó.

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«Preparemos bien la navidad con un buen examen de conciencia, acudiendo a la lavandería del alma», dijo el Card. Cipriani / Foto: Arzobispado de Lima.

En este sentido, animó a todos a abrir un espacio dentro del alma «donde Jesús pueda entrar y estar más presente», y recordó que para ello «hace falta crear el clima en la propia casa, en el nacimiento que uno prepara, en el recordar a los familiares», especialmente a los enfermos y aquellos que han fallecido.

El Cardenal dijo, además, que una de las mejores maneras de vivir la Navidad es por medio de acciones generosas y solidarias, como los voluntariados, que son ocasión propicia para llevar el mensaje de esperanza del nacimiento de Jesús a quienes más necesitan. «Tenemos en el arzobispado voluntariado en todas las parroquias. Algunas están yendo al interior del país, otras a Manchay, a El agustino o a Chorrillos. Toda esa actividad de personas que en un momento pueden decir con claridad: «mira y preocúpate por quienes están a tu alrededor». ¿A quién puedes llevar alegría? Haz un espacio en tu alma. ¿A quién puedes llevar una gota de esa presencia de Jesús con una llamada, una oración o un pequeño detalle?», añadió.

En otro momento, el purpurado abordó el tema de la maternidad de la Virgen María, resaltando el don de la maternidad. «Dios en la eternidad quiso que la salvación, su Hijo, viniera al mundo en el vientre de una madre. Escogió el camino natural del vientre de María siempre pura y virgen, que fue concebida sin pecado. Cómo no vamos a inclinarnos con devoción ante la mujer madre por excelencia, María santísima. Por eso, cuando hablamos de la navidad cómo no vamos a estar reverentes delante de la mujer madre, para decirle: ‘bendita la madre que te trajo al mundo'», dijo.

Luego agregó: «Quién no recuerda a su madre con agradecimiento. Hay que quererlas más. Bendita responsabilidad de las mamás que ha querido Dios como colaboradoras privilegiadas. Dios ha querido que la vida humana, con la colaboración del esposo, venga en el vientre de la madre, por eso la mujer tiene una dignidad y respeto que todos debemos incrementar, no con una ideología de género o con el feminismo».

En este sentido, el Cardenal también lamentó que muchas personas vivan como si Dios no existiese, por lo que animó a poner a Dios en el camino: «Date cuenta que si ponemos a Dios en el camino nos invade una paz y al mismo tiempo una mayor urgencia de amar a los demás. Ponte los anteojos de la fe y verás que todo es diferente, como que se enciende una luz, como que entiendes mejor las cosas, hay paz y en tu interior un lugar en el que Dios va iluminándote (…) El adviento precisamente es prepararte y ampliar ese espacio en tu alma para Dios».

El Arzobispo de Lima, quien el pasado sábado 13 también presidió la celebración Eucarística en la Parroquia de Nuestra Señora del Consuelo en Lima -donde se encontraba de visita pastoral-, invitó igualmente a los fieles a reconocer el valor del silencio en este tiempo de Adviento: «El silencio hace crecer la oración. Es bueno cultivar el silencio, meditar y conectar con la eternidad; salir del apuro del mundo y del agobio. En ese silencio de la eternidad uno ve las cosas de otro modo y levanta la mirada a Dios».

Asimismo, les animó a vivir la fe en todas las situaciones de la vida, no de manera encerrada: «Nuestro Dios no es un Dios de sacristías. En muchos lugares han querido engañarnos al decir que la Iglesia es un lugar para sus templos y sus sacristías. Que no nos vengan con ese cuento. Bendito sea Dios y salgamos a las calles, también en nuestras casas, porque nuestra patria es católica. Y lucharemos siempre para que sea católica. La identidad de este pueblo nace en Jesús. No pierdan la calle, no nos dejemos, que nos arrinconen».

Con información de la Oficina de Comunicaciones y Prensa del Arzobispado de Lima.

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