jueves, 25 de abril de 2024
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San Pablo Miki: ejemplo de persona que transmitía la Fe de generación en generación

San Pablo (Lunes, 09-02-2015, Gaudium Press) La Iglesia Católica celebró el pasado viernes 6 la memoria de San Pablo Miki, el primer sacerdote jesuita japonés, y de sus compañeros. Este día, el Obispo Auxiliar de San Pablo y Vicario Episcopal de la Región Lapa, Mons. Julio Endi Akamine, comentó acerca del testimonio y vida de los mártires para el pueblo católico.

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Según Mons. Julio Endi, «los mártires San Pablo Miki y compañeros son un testimonio de la Iglesia Católica en Japón», pues «los católicos en Japón fueron muy perseguidos, pasaron más de dos siglos sin obispos, sin padres, sin misioneros, sin la Eucaristía. Pero mantuvieron la Fe católica durante todo este tiempo en medio de muchas persecuciones, viviendo casi en la clandestinidad».

El obispo auxiliar contó que en la época, cuando los misioneros retornaron al Japón, «encontraron varias comunidades que habían transmitido la Fe católica, de modo integral, de generación a generación», siendo que «ese testimonio de la Iglesia Católica en Japón es muy actual en los tiempos de hoy y nosotros somos llamados a ser discípulos misioneros. Nosotros también debemos comunicar la Fe».

«Ellos son para nosotros ejemplo de personas que transmitieron la Fe de generación en generación, de manera integral, y también, son nuestros intercesores. Vamos a pedir la intercesión de San Pablo Miki y Compañeros para que podamos transmitir con alegría la fe en Jesucristo», completó.

San Pablo Miki

En la época en que había una fuerte persecución a los cristianos católicos en Japón, el entonces sacerdote San Pablo Miki y sus compañeros defendían su Fe por encima de todo, teniendo que presenciar diversos momentos de dolor y sufrimiento.

Nacido en 1564, Miki era hijo de padres ricos. Luego, ingresó al colegio jesuita en Anziquiama, Japón. Al alcanzar la fase adulta, se ordenó padre jesuita, siendo el primer japonés de la compañía.

En aquel tiempo, debido a la conquista de Corea por España, el Japón entonces comenzó una persecución contra todos los cristianos occidentales.

Siendo así, Pablo Miki y otros jesuitas y laicos acabaron presos, recibiendo la sentencia de pena de muerte y siendo crucificados en Nagasaki, en 1597.

Ya considerado mártir, San Pablo Miki fue canonizado en 1862 por Pío IX. Cinco años después, fueron beatificados los compañeros jesuitas del santo japonés. (LMI)

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