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Recife (Lunes, 16-05-2016, Gaudium Press) La capital Recife celebra los ocho años de la tradicional fiesta de San Félix de Cantalicio, considerado el Santo que nació, vivió y murió en la extrema pobreza material.
La celebración ocurrió el domingo 15, en la Basílica de Nuestra Señora de la Peña, localizada en la Plaza Mons. Vital, en el barrio de San José. La misa fue presidida por Fray Luís de França Fernandes y concelebrada por otros sacerdotes arquidiocesanos.
En la celebración eucarística, los sacerdotes presentes bendijeron el óleo de San Félix de Cantalicio, un rito celebrado por la fecha en especial y en protección al pueblo de Dios.
En seguida, se realizó una procesión con la Imagen de San Félix en torno a las calles de la basílica. Centenas de fieles agradecieron las gracias alcanzadas durante todo el año.
San Félix de Cantalicio
Hermano laico capuchino, fue canonizado por la Iglesia Católica y se tornó el primer hermano de la orden a ser reconocido como Santo por la Iglesia Católica.
San Félix de Cantalicio nació de una pareja de campesinos y vivió la infancia y juventud en el campo. En su adolescencia, trabajó como pastor y labrador en una gran propiedad, al mismo tiempo que guardaba consigo el deseo de cada vez aumentar su Fe, practicando penitencias, oración contemplativa y la caridad.
Entonces, resolvió dejar la vida que llevaba para seguir el camino religioso. A los 27 años fue admitido al convento de los capuchinos en Roma como hermano laico. En el año 1545 profirió sus votos religiosos en el Convento de Monte San Juan.
En los primeros años, sirvió tanto a este convento cuanto a los conventos de Tívoli y el de Palanzano de Viterbo. Más tarde, en 1547, se transfirió a la capital italiana y comenzó a residir en el Convento de San Buenaventura.
Viviendo de forma humilde y simple, San Félix de Cantalicio se dedicaba más precisamente a los menos favorecidos. Con un rosario en las manos y cargando una bolsa en la espalda, se trajeaba con un viejo hábito y fue mendicante por mucho tiempo. Y siempre cuando alguien lo ayudaba, respondía «Deo gratias», que significa Gracias a Dios. Hecho este que lo hizo ser reconocido como el «Fray Deo Gratias».
El religioso, incluso siendo analfabeto, llegó a tener contacto con San Felipe Neri y San Carlos Borromeo, además del futuro Papa Sixto V.
El día 18 de mayo de 1587, San Félix de Cantalicio falleció en Roma. Después de su muerte, el Papa Sixto V inició el proceso de su beatificación, concedida en 1625 por el Papa Urbano VIII. Y años después, en 1712, fue canonizado por el Papa Clemente XI. (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Olinda y Recife
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