jueves, 28 de marzo de 2024
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Ciudad en Río celebra los 53 años del Instituto Nuestra Señora del Buen Consejo

Río de Janeiro (Jueves, 19-05-2016, Gaudium Press) La ciudad de Maricá, localizada a 60 kilómetros de la capital del Estado de Río de Janeiro, Brasil, celebró recientemente el 26 de abril una misa en acción de gracias por los 53 años del Instituto Nuestra Señora del Buen Consejo, así como los primeros votos de la juniorista Joyce Rodrigues Ponciano. En este día, la ceremonia tuvo lugar en la capilla de la Casa General y fue presidida por el director de la congregación, el obispo emérito Mons. Karl Josef Romer.

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El Instituto Nuestra Señora del Buen Consejo nació en 1963, a través de un deseo de la Madre María Bernadete en la ciudad de Cajazeiras, en el estado de Paraíba. En aquella época, la religiosa del Carmelo de las Hermanas Misioneras, que acabara de ser electa madre general en esa congregación, quería colocar en las constituciones un compromiso específico de las religiosas, que sería el de rezar y sacrificar sus vidas por la santificación de los sacerdotes.

Entonces, al ser aconsejada por el fundador del Carmelo a escribir una carta a Roma con la finalidad de recibir la autorización del pedido, luego, juntamente a la respuesta, vino la orientación para que la madre se desligase de la congregación de origen para fundar una nueva.

En el año de 1957, acompañada de las hermanas María del Santísimo Sacramento, María Violeta, María de los Ángeles y María Teresita, la Hermana María Bernadete partió de la región del Nordeste y desembarcó en la Arquidiócesis de Río de Janeiro, siendo acogida por el entonces Cardenal Mons. Jaime de Barros Câmara, considerado el padre espiritual del instituto y responsable por ofrecer las directrices que las religiosas precisaban para la fundación.

Iniciando sus trabajos para la edificación de la obra, la primera tarea fue la de confiar al Padre jesuita Flávio da Veiga los cuidados espirituales del instituto. Y a partir del apoyo de la Compañía de Jesús, así como la fervorosa devoción por María Santísima, la Madre Bernadete descubrió quién sería la patrona de la institución: Nuestra Señora del Buen Consejo.

Después, hubo la elección del espacio para ejercer el trabajo misionero. Y en esta parte, Mons. Antônio de Almeida Moraes Júnior, obispo de la Arquidiócesis de Niterói, ofreció a las hermanas una casa en Maricá, lugar del cual asumieron la catequesis en la Parroquia Nuestra Señora del Amparo, siendo auxiliares del párroco, Canon Joaquim Antônio de Carvalho Batalha.

Próximo al final de los años 1970, la residencia ya no era suficiente para las nuevas jóvenes que fueron ingresando a la congregación. Y de esta forma, algunos sacerdotes resolvieron auxiliar, levantando recursos por la construcción de un predio para ser sede del instituto.
Y así, la congregación creció y se pudo consolidar por medio de las misiones esparcidas por Río de Janeiro y por los demás estados brasileños.

Actualmente, las hermanas del Buen Consejo promueven sus trabajos en el Seminario de San José, en la Casa del Padre, en la comunidad Santa Teresita, en el Palacio San Joaquín, y en la Comunidad Nuestra Señora de la Esperanza, en el barrio carente de Ititioca, en Niterói.

En el estado de Minas Gerais, las religiosas son responsables por una casa de misión situada en Señora de los Remedios, en la Arquidiócesis de Mariana. Y en San Pablo, están a cargo de la residencia de Mons. Eusebio, Cardenal Emérito de Río. (LMI)

De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Río de Janeiro

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