viernes, 29 de marzo de 2024
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Papa Francisco convoca a día mundial de oración por la Iglesia en China

Ciudad del Vaticano (Lunes, 23-05-2016, Gaudium Press) En su alocución con motivo del Ángelus en la Plaza de San Pedro el pasado 22 de mayo, el Papa Francisco recordó a los católicos del mundo la proximidad del día mundial de oración por la Iglesia en China, la cual sufre graves limitantes en su libertad religiosa y padece una compleja división a causa de la intromisión de las autoridades en la vida de la Iglesia.

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El Papa Francisco recordó el compromiso de oración por los católicos de China. Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press.

«El martes 24, nos uniremos espiritualmente a los fieles católicos en China, que ese día celebran con particular devoción la memoria de la Bienaventurada Virgen María ‘Auxilio de los Cristianos’, venerada en el santuario de Sheshan en Shanghai», explicó el Pontífice. «Pidamos a María donar a sus hijos en China la capacidad de discernir en cada situación los signos de la presencia amorosa de Dios, que siempre acoge y siempre perdona».

El Papa solicitó a los creyentes orar para que los fieles chinos «convertirse en signo concreto de caridad y de reconciliación. De esta manera ellos promoverán una auténtica cultura del encuentro y de la armonía en la entera sociedad, aquella armonía que tanto ama el espíritu chino». La petición por la recuperación de la unidad se relaciona con el desafío más notable de la Iglesia en China: la existencia de una comunidad católica «oficial», que cuenta con el reconocimiento y control de las autoridades, y una «subterránea», que debe ejercer su ministerio en la clandestinidad para poder mantener su fidelidad a la Santa Sede.

La referencia al Santuario de Sheshan es significativa, porque precisamente en el Seminario adjunto a este importante Santuario chino es donde se encuentra recluido el Obispo de Shanghai, Mons. Thaddeus Ma Daqin. Este prelado, nombrado válidamente por el Papa y reconocido por las autoridades chinas permanece en cautiverio por haber renunciado a su cargo en la «Asociación Patriótica» que controla la vida de la Iglesia en la llamada comunidad oficial.

La renuncia pública fue realizada por Mons. Ma en la misma ceremonia de su ordenación episcopal por considerar esta afiliación incompatible con su ministerio. Ese mismo día el Obispo fue enviado al Seminario e incomunicado de su Diócesis. Además se le prohibió emplear cualquier vestimenta propia de su dignidad de Obispo y ejercer su ministerio en forma alguna. Su reclusión continúa siendo emblemática de la difícil situación de la Iglesia en el país y los graves obstáculos para recuperar los canales de diálogo con la Santa Sede, rotos desde la llegada del régimen comunista al gobierno del país y la subsiguiente persecución activa de la Iglesia durante la llamada «revolución cultural».

Con información de AsiaNews.

 

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