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Nsukka (Miércoles, 22-06-2016, Gaudium Press) El Obispo de Nsukka, Nigeria, Mons. Godfrey Igwebuike Onah, presidió la difícil Eucaristía del funeral de las últimas víctimas de la masacre de Nimbus que aún esperaban ser sepultadas después de su trágica muerte el pasado 25 de abril. «Rogamos a Dios que nos de la gracia de perdonar y amar a nuestros enemigos», afirmó el prelado, al tiempo que exigió una mayor protección de los creyentes.
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| Mons. Godfrey Igwebuike Onah, Obispo de Nsukka, Nigeria. Foto: Diócesis de Nsukka. |
«Damos gracias a Dios porque algunos de entre nosotros todavía siguen vivos para enterrar y honrar a nuestros muertos. Si nuestros invasores hubiesen continuado por su camino, es probable que no hubiesen dejado a nadie vivo en Nimbo», recordó Mons. Igwebuike. «Pero gracias a Dios varios habitantes lograron escapar, y algunos de ellos están aquí hoy para dar su último adiós a sus hermanos caídos».
El Obispo insistió en la necesidad de perdón para superar la tragedia. «Aunque es difícil perdonar el ataque violento que nos ha causado tanto dolor, sabemos que un espíritu que no perdona no traerá la paz». El prelado animó a no tener miedo, pero hizo un llamado concreto a las autoridades para proteger a la población ante los rumores del retorno de los pastores Fulani, principales sospechosos del hecho.
«Parece que algunos elementos criminales están utilizando el movimiento de los pastores nómadas como cobertura para atacar a varios pueblos y perpetrar crímenes atroces», indicó Mons. Igwebuike, quien alertó sobre las tensiones por el control de las tierras de cultivo y pidió la garantía de seguridad de las autoridades, ante el riesgo de una degradación de la ya grave situación actual: «La sensación de inseguridad podría dar lugar a una escalada de la violencia y al colapso de la ley y del orden».
Con información de Fides.
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