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Phoenix (Lunes, 19-09-2016, Gaudium Press) El Obispo de Phoenix, Estados Unidos, Mons. Thomas Olmsted, meditó en una reflexión sobre la pastoral de las familias publicada el pasado 18 de septiembre en el periódico diocesano The Catholic Sun sobre la importancia de la formación de la conciencia, que «garantiza la libertad y engendra la paz del corazón», como lo expone el Catecismo de la Iglesia Católica.
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| Mons. Thomas Olmsted, Obispo de Phoenix, Estados Unidos. Foto: The Catholic Sun |
El prelado explicó varios apartes de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco sobre la Alegría del Amor en la Familia y destacó la importancia de que las familias avancen en su camino de integración de los dones de Dios. «En este viaje hacia la plena madurez en Cristo, la iglesia acompaña a las parejas casadas y asiste en la tarea permanente de formación de la conciencia que, como el Catecismo dice ‘garantiza la libertad y engendra la paz del corazón'», expuso el Obispo.
«Dos dones de Dios son necesarios en esta tarea permanente de formación de la conciencia: la Palabra de Dios y la enseñanza autorizada de la Iglesia», recordó Mons. Olmsted, quien propuso, como ejemplos, las enseñanzas sobre el amor expuestas en el capítulo 13 de la Primera Carta a los Corintios, y la aplicación detallada de los principios evangélicos en la doctrina de la Iglesia sobre la fecundidad y apertura a la vida de los matrimonios.
A la luz de estas fuentes, explicó, se comprende el llamado de la Iglesia a quienes «participan en su vida de modo imperfecto: pide para ellos la gracia de la conversión». El Obispo recordó que el perdón está siempre al alcance de los fieles y que «es posible, con la gracia de Dios, conocer su plan, a aceptar en la fe y a vivir con alegría y profundizando siempre en amor». El prelado recordó la continuidad del Magisterio de la Iglesia en este tema, y citó la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio de San Juan Pablo II y la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis de Benedicto XVI en sus numerales 84 y 29 respectivamente como ejemplos.
«Con sabiduría, el Catecismo enseña que ‘es preciso … que examinemos nuestra conciencia atendiendo a la cruz del Señor … asistidos por los dones del Espíritu Santo'», concluyó el prelado. «Sin abrazar la Cruz de Cristo, no podemos tener vida en Él. Sólo cuando ‘tomamos nuestra cruz cada día’ y lo sigamos podemos ser sus discípulos. El Señor nos da el comando y también la gracia para ello, cada día, comenzando dentro de la familia en que por la gracia de Dios vivimos».
Con información de The Catholic Sun.
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