viernes, 19 de abril de 2024
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Monjes benedictinos de Silos son beatificados en Madrid

Madrid (Lunes, 31-10-2016, Gaudium Press) España cuenta con cuatro nuevo beatos. El pasado sábado 29 de octubre, en la Catedral de Santa María la Real de la Almudena fueron beatificados los monjes benedictinos de Silos, José Antón Gómez, Antolín Pablos Villanueva, Rafael Alcocer Martínez y Luis Vidaurrázaga, mártires de la Guerra Civil Española.

La ceremonia fue presidida por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, quien destacó los testimonios de santidad de los sacerdotes, quienes ofrecieron su vida por amor a Cristo. El purpurado estuvo acompañado por el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro; el Arzobispo Emérito de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco; el Obispo Auxiliar de la ciudad, Mons. Juan Antonio Martínez Camino; además de los arzobispos de Burgos, Tarragona, Bilbao, Alcalá de Henares; el Obispo benedictino argentino, Mons. Martín Elizalde; y el Nuncio Apostólico en España, Mons. Renzo Fratini.

«La Santidad es un don de Dios. Es Él que nos hace santos. No tengamos miedo de la santidad», expresó el Cardenal Amato, citando palabras del sacerdote Jacques Hamel, quien fue martirizado este año en Ruan, Francia. Para el purpurado, el sacerdote francés «no tuvo miedo a la santidad, no tuvo miedo al martirio, como tampoco estos cuatro benedictinos mártires. Ellos no tuvieron miedo al martirio, de entregar la vida como supremo testimonio de fe».

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La Catedral de la Almudena en Madrid, fue el escenario para la Beatificacion de los sacerdotes benedictinos / Foto: Cipri – Archidiócesis de Madrid.

Luego, recordó los hechos vivido en España en la década de los 30 del siglo pasado: «fueron fusilados en su patria a sangre fría, no por ser malhechores, sino por ser sacerdotes. ¿Cómo fue posible que hombres mansos e inocentes hayan sido brutalmente maltratados y asesinados? El clima sociopolítico de los años 30 se caracterizó por una manifestación de terror con la Iglesia, una persecución cruenta. Explotó el odio contra sacerdotes, religiosos y laicos. En aquel período hubo tinieblas sobre la tierra. En enemigo de Dios logró por breve tiempo bañar de sangre inocente esta tierra bendita».

Sobre lo cual el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos agregó: «¿por qué la Iglesia reabre esta página de la historia? (…) Porque quiere conservar la memoria de los justos, no de la injusticia que sufrieron».
Dijo también que dichos testimonios son una invitación a recordar a todos aquellos que han sacrificado su vida para impedir la descristianización, y también un llamado de atención para «no repetir más esta historia de horror y de muerte, a crear hoy gestos de vida y encuentro, de acogida y comprensión, al ejemplo de estos mártires».

La Misa de Acción de Gracias por la beatificación ocurrió el pasado domingo en el priorato de Nuestra Señora de Montserrat en Madrid. El sábado 5 de noviembre se celebrará otra Eucaristía de Acción de Gracias, esta vez en el Monasterio de Silos.

Dar la vida por amor a Dios y a la Iglesia

El Padre José Antón y sus compañeros mártires eran cuatro monjes que residían en el priorato de Santa María de Montserrat, que el Monasterio Benedictino de Silos tenía Madrid desde el año 1922. Todos dieron su vida por amor a Jesús y a su Iglesia a lo largo del año 1936 cuando España se debatía en la Guerra Civil y en una cruenta persecución religiosa.

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Reliquias de los monjes benedictinos de Silos / Foto: Cirpi – Archidiócesis de Madrid.

El Padre José Antón, quien nació en Hacinas en 1878, vivía en Madrid desde 1919 cuando fue nombrado prior. Bajo su tutela ocurrió la restauración material de la iglesia de Monserrat, así como la conformación de una pequeña comunidad de monjes benedictinos en la ciudad. En medio de la persecución de la década del 30, decidió disolver la comunidad buscando refugio en la casa de unos amigos el 20 de julio de 1936, y luego en una pensión donde fue retenido y posteriormente, el día 24, fusilado.

Sus compañeros mártires fallecieron en diferentes momentos del año 36. El Padre Antolín, quien ya había padecido en México la persecución Zapatista, fue fusilado el 8 de noviembre en Soto de Aldovea junto con cientos de detenidos de la cárcel Modelo; por su parte el Padre Rafael fue detenido en una librería en que se refugiaba y luego martirizado el 4 de octubre. Con él se hallaba también un sacerdote de la diócesis de Sigüenza. Y el Padre Luis fue muerto el 31 de diciembre al ser delatado y luego hallado en la casa de un amigo.

El pasado 27 de abril, durante la fiesta de Nuestra Señora de Montserrat, el Papa Francisco firmó el decreto de beatificación de los mártires benedictinos.

Con información de la Archidiócesis de Madrid.

 

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