jueves, 25 de abril de 2024
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Músicos católicos hacen llamado a un mayor cuidado de la música sacra

Londres (Martes, 07-03-2017, Gaudium Press) Una declaración internacional sobre la Música Sacra titulada «Cantate Domino Canticum Novum» fue firmada por más de 200 músicos, sacerdotes, liturgistas y académicos para llamar la atención sobre este importante componente de la liturgia y denunciar lo que consideran son «graves preocupaciones» sobre su cuidado y promoción. La declaración coincide con el aniversario número 50 de la Instrucción Musicam Sacram, promulgada el 05 de marzo de1967. El texto publicado en seis idiomas y divulgado por New Liturgical Movement expresa el gran amor de los firmantes «por el tesoro de música sagrada de la Iglesia» y la «profunda preocupación por su lamentable estado actual». La declaración recuerda la gran valoración de la música para la adoración de Dios en la Sagrada Escritura y la Tradición, respaldada por los santos, los teólogos, los Papas y los laicos de la Iglesia Católica, en un testimonio constante en todas las épocas de la historia de la Iglesia .

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Foto: Mater Gloriosa.

«Hemos reflexionado sobre una importante fecha, el quincuagésimo aniversario de la promulgación de la Instrucción sobre la Música en la Liturgia, Musicam Sacram, el 5 de marzo de 1967, durante el pontificado del Beato Pablo VI. Releyendo hoy dicho documento, no podemos menos que pensar en la vía dolorosa de la música sagrada en las décadas que siguieron a Sacrosanctum Concilium», recordaron los firmantes. «En realidad, lo que ocurrió en algunos sectores de la Iglesia de aquel tiempo (1967) no estuvo siempre de acuerdo ni con Sacrosanctum Concilium ni con Musicam Sacram: en efecto, se forzó una implementación, en ocasiones sin vigilancia por parte del clero o de la jerarquía eclesiástica, de ciertas ideas que no estuvieron jamás presentes en los documentos del Concilio. En algunos países, el tesoro de la música sagrada, cuya preservación el Concilio había pedido, no sólo careció de protección sino que incluso se lo impugnó.

El texto denuncia la pérdida de la comprensión de la música sacra como «parte inherente de la esencia misma de la liturgia como culto público, formal y solemne de Dios». Esta comprensión exige que los fieles se unan a las partes cantadas de la Eucaristía en la forma apropiada determinada por la Liturgia. El no cantar la Liturgia, el reemplazo de la música sacra por «música utilitaria» y la falta de formación sobre la tradición y patrimonio de la Iglesia fueron calificados como señales del «vicio de ‘pereza litúrgica'».

Además, los redactores indicaron que «el secularismo de los estilos musicales populares ha contribuido a la desacralización de la liturgia, mientras que el secularismo de tanto comercio orientado al lucro ha impuesto con mayor rigor a las parroquias unas mediocres colecciones de música». El peligro de esta influencia es que la Iglesia no haga uso de su riqueza cultural para evangelizar, sino que «en gran parte está siendo ella misma usada por la cultura secular predominante, que nació en oposición al cristianismo, y que desestabiliza el sentido de adoración que está en el corazón de la fe cristiana», alertaron. Los firmantes advirtieron sobre los efectos negativos de un entendimiento errado de la inculturación de la fe y el descarte de los mejores recursos artísticos como el canto gregoriano en favor de otras tendencias. «Si deseamos que los hombres busquen a Jesús, necesitamos preparar la casa con lo mejor que la Iglesia puede ofrecer», explicaron. «No invitamos a los hombres a nuestra casa, la Iglesia, para ofrecerles un subproducto de la música o del arte, puesto que se puede encontrar música de estilo pop mucho mejor fuera de la Iglesia».La declaración lamentó la falta de valoración de la tradición de la Iglesia en algunos ambientes y el clericalismo que impone la visión de algunos sacerdotes con escasa preparación en música sacra.

Los firmantes propusieron «in spiritu humilitatis, con el propósito de restaurar la dignidad de la liturgia y de su música en la Iglesia», una serie de iniciativas. La primera de ellas es reafirmar la dignidad de la música sacra, seguida por la «educación del buen gusto musical y litúrgico» que comience desde los niños. La declaración pidió «abrir espacios a un laicado bien preparado en áreas vinculadas con el arte y la música» y mejorar los estándares de las catedrales y basílicas en cuanto repertorio y competencias musicales y en las celebraciones de las dos formas del Rito Romano. «Para los obispos debiera ser una prioridad la educación litúrgica y musical del clero», de forma que los sacerdotes puedan «aprender y practicar las melodías litúrgicas». Finalmente llamaron a los editores a no difundir «música inapropiada para la liturgia» con intención comercial. » Los editores católicos debieran tener como objetivo principal la educación de los fieles en la sana doctrina católica y en las buenas prácticas litúrgicas, y no el ganar dinero».

El documento completo puede consultarse en español a través del siguiente enlace.

Con información de New Liturgical Movement.

 

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