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Ciudad del Vaticano (Miércoles, 15-03-2017, Gaudium Press) En diálogo con la Agencia ACI Stampa, el Penitenciario Mayor de la Iglesia, Cardenal Mauro Piacenza, expresó que «todos los sacramentos son ‘grandes exorcismos’ «.
«La confesión y la Santa Comunión tienen siempre un extraordinario valor capaz de renovar al hombre, pero celebrados en la Pascua tienen objetivamente un valor espiritual y litúrgico objetivamente más evidente y, si me permite, también un valor exorcístico», recalcó.
Los exorcismos son sacramentales, recalcó el purpurado. Pero estos toman fuerza de los sacramentos, que establecidos por Cristo, prolongan «su presencia salvífica a través de la Iglesia hasta el final de la Historia».
El purpurado se refirió particularmente a la confesión, al señalar que «el pecado mortal es siempre una esclavitud, y cada vez que el sacerdote pronuncia la fórmula de absolución, el fiel es liberado de las garras del maligno y reintroducido en la comunión plena con la vida trinitaria».
Es la confesión «el único y verdadero punto de reinicio para cada uno de nosotros. En toda confesión el bautizado es renovado interiormente, y su vida espiritual vuelve a comenzar, con todos los infinitos dones de la gracia que el sacramento porta».
Ejercicios cuaresmales
El Cardenal Piacenza habló también del ayuno, el rezo del Viacrucis, el hacer espacios de silencio durante el día, como «gestos cuaresmales que sostiene lo concreto del acto de fe y que corroboran su objetividad», además de favorecer la humildad, virtud necesaria particularmente al hombre de nuestros días.
Con información de ACI Stampa
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