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Santa Sede aprueba Causa de Martirio de salesiano y laico indígena que dieron la vida en Brasil

Ciudad del Vaticano (Miércoles, 20-09-2017, Gaudium Press) Tal parece que la Congregación Salesiana es semilla de testimonios de santidad. Por lo menos esto es lo que indica la reciente aprobación por parte de la Santa Sede de la Causa del Martirio del sacerdote salesiano Rodolfo Lunkenbein, y del laico Simão Bororo, quienes fueron asesinados por odio a la fe en julio de 1976. Ambos hacían parte de la misión salesiana de Meruri en Mato Grosso, Brasil.

La noticia de la aprobación de la causa fue comunicada a Mons. Protógenes José Luft, Obispo de Barra do Garcas el pasado 7 de septiembre. Con el asentimiento de la causa, los siervos de Dios están más cerca de recibir pronto el honor de los altares.

Para el Padre Pierluigi Cameroni, Postulador de las Causa de la Familia Salesiana -quien es citado por la agencia informativa de los salesianos ANS- el martirio del Padre Lunkenbein y de Bororo, «testimonia que hay entre nosotros hombres que viven con radicalidad el Evangelio y que son más fuertes que el mal, más fuertes que aquellos que ganan dinero sobre las espaldas de la gente desesperada y pobre, que aplasta a los demás con la arrogancia y la prepotencia».

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La solicitud formal de la Causa de Martirio fue hecha por la familia salesiana en julio de 2016 / Foto: missaosalesiana.org.br.

«Los mártires no viven para ellos mismos, no luchan para afirmar sus propios ideales. Aceptan si es el caso, morir solo por la fidelidad al Evangelio», agregó el postulador, quien además se refirió a la manera sorprendente y a la fortaleza que tuvieron los siervos de Dios a la hora de asumir esa prueba. «Esta fortaleza es un signo esperanza que los animaba: la esperanza segura de que nada ni nadie puede separarnos del amor de Dios que nos Jesucristo», complementó.

El Padre Cameroni también dijo que precisamente el lema sacerdotal que el misionero salesiano escogió para su ordenación sacerdotal era «Vine a servir y dar vida». Testimoniando así su radicalidad en el seguimiento de Jesús.

Testimonio que recuerda muy bien la madre del Siervo de Dios, según relata el postulador de la Causa: «En su última visita a Alemania en 1974, su madre le rogó que tuviera cuidado, porque le habían informados de los riesgos que corría su hijo. Él le dijo: ‘Mamá, ¿por qué estás preocupada? No hay nada más hermoso que morir por la causa de Dios. Este sería mi sueño'».

El Padre Rodolfo Lunkenbein nació en Döringstadt, Alemania, el 1º de abril de 1939. Acercándose a la lectura de varias publicaciones salesianas, nació en él el deseo de ser misionero; un sueño que hizo realidad al participar de la misión salesiana de Meruri en Brasil, donde estuvo hasta 1965. Regresó a Alemania donde fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1969. Ya como sacerdote retorna a la misión brasileña de Meruri, donde conoció al pueblo indígena de los bororos quienes le dieron el nombre de «Koge Ekureu», que significa Pez Dorado. Allí participó en 1972 de la fundación del Consejo Indígena Misionero, defendiendo las reservas indígenas. Fue por esta razón que la muerte del martirio lo alcanzó el 15 de julio de 1976.

Simão Bororo nació el 27 de octubre 1937, siendo bautizado el 7 de noviembre. Era miembro de los bororos quienes acompañaron a los misioneros salesianos en Meruri. Se convirtió en un albañil experto, ayudando en la construcción de las primeras casas de ladrillo para las familias de su comunidad indígena, promovidas por las misiones salesianas. Encontró la muerte el 15 de julio de 1976 intentando defender la vida del Padre Lunkenbein. Cuentan que antes de su muerte perdonó a sus asesinos.

En 2016, al conmemorarse el 40 aniversario del martirio del salesiano y el laico indígena, la familia salesiana hizo la solicitud formal de la apertura de la Causa del Martirio de los Siervos de Dios al Obispo de Barra do Garcas, Mato Grosso, Brasil. Siendo aprobada este septiembre por la Santa Sede.

Con información de ANS.

 

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