jueves, 28 de marzo de 2024
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Mes Misionero 2019 renovará impulso apostólico en Corea

Seúl – Corea del Sur (Viernes, 27-10-2017, Gaudium Press) En declaraciones hechas para la agencia misionera Fides, el sacerdote de la diócesis surcoreana de Daejeon, P. Agostino Han, recordó la historia y la actualidad de la evangelización de la Iglesia en Corea.

En la ocasión, el sacerdote afirmó sobre el «Mes Misionero Extraordinario» que fue convocado por el Papa Francisco para el mes de octubre de 2019, que él será ocasión para renovar el impulso apostólico en la comunidad católica coreana y será un estímulo para proseguir en la obra de anuncio del Evangelio, que en Corea tiene sus raíces en la experiencia de los mártires:

«Nuestra historia recuerda el pasaje evangélico de San Marcos, cuando dice: el Reino de Dios es como un hombre que lanzó la semilla en la tierra; él duerme y se despierta, de noche y de día, pero la semilla germina y crece, sin que él sepa cómo (Mc 4,26-27)», dijo el P. Agostino Han.

Corea vio florecer el Cristianismo

«Al final del S. XVIII algunos eruditos entraron en contacto con los libros bíblicos y con la obra ‘El verdadero significado del Señor del cielo’ de autoría de P. Matteo Ricci, en chino, y comenzaron a estudiar autónomamente la doctrina de la Iglesia».

«Conquistados por la verdad explicada por el misionero jesuita, enviaron uno de ellos a Pekín, para que recibiese el bautismo. Sucesivamente, misioneros chinos y franceses vinieron a Corea. Muchos de ellos fueron martirizados profesando la fe corajudamente», historió el sacerdote coreano recorriendo el camino del florecimiento de la Iglesia en la península coreana.

Sangre de los mártires, semilla de nuevos cristianos…

Corea tiene sus raíces cristianas alimentadas en la sangre de sus mártires, dijo el sacerdote que continuó narrando hechos históricos que nadie podrá negar:

«Algunos de ellos fueron asesinados pocos meses después de la llegada a la península coreana: eso significa que fueron muertos por odio a la fe (in odium fidei) después de haber viajado durante más de un año, atravesando los océanos. Muchos tenían solamente treinta años en el momento del martirio».

«En aquel momento habría sido muy difícil imaginar que la Iglesia en Corea alcanzaría, siglos más tarde, la admirable cifra de cinco millones de personas que profesan la fe católica, como hoy ocurre. Hoy es una Iglesia que envía a los cuatro rincones del mundo más de mil misioneros entre sacerdotes, religiosos y laicos», subrayó.

No murieron, fructificaron, esparcieron la buena nueva del Evangelio

P. Agostino observó además en sus declaraciones a la Fides: «Aunque los misioneros hayan sido martirizados después de un breve tiempo de la obra de evangelización, el sacrificio de ellos no fue inútil. Fueron hombres que lanzaron las semillas del Evangelio en tierra coreana. Los frutos de las semillas no se ven en seguida después de la siembra». «La misión de Jesús, así como la de los misioneros que van a tierras lejanas, no es realizar un gran proyecto de carácter humano, sino hacer la voluntad de Dios en la propia vida, confiando totalmente en la Providencia de Dios.»

Oyendo los pasos de la Providencia Divina

«Hoy, nosotros cristianos coreanos, preparando y viviendo el Mes Misionero Extraordinario, debemos tener confianza en la providencia de Dios, como siendo un fundamento sólido de todas nuestras actividades evangelizadoras, dijo el sacerdote surcoreano para, luego a seguir, ponderar con fe»:

«Dios es el Señor de la historia, ya sea de la salvación de todos los pueblos y los atrae a sí, mediante la colaboración de todo bautizado, en su Providencia». (JSG)

 

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