martes, 23 de abril de 2024
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Arzobispo de La Plata, Argentina, habla sobre el aporte que el Estado da a la Iglesia del país

5.jpgBuenos Aires (Viernes, 04-05-2018, Gaudium Press) En comunicación dirigida al diario La Nación, titulada «El sueldo de los obispos… y algo más», Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata – Argentina, se ha referido al tema de los aportes que el Estado da a la Iglesia argentina, tema que ha saltado a la palestra en varios medios de comunicación.

El prelado afirmó que muchas de las discusiones sobre esos temas son «otra cortina de humo» que se juntaron al debate que vive Argentina en relación al aborto, y recordó que «a esa cuestión se han referido varios legisladores, que aprobaron sin chistar el nacional, en el que se incluía el gasto del Estado en el sostenimiento del culto católico».

En qué se gasta el sueldo el arzobispo…

«Comienzo con el cuestionamiento acerca de nuestro sueldo, confesando en qué lo gasto. Once o doce mil pesos se convierten en nafta [combustible], y no en la más refinada; el territorio de la arquidiócesis suma 4.652 km2, y para cumplir mi oficio como corresponde debo trajinar continuamente», expresó. Además hay «personas a las que ayudo, pobres de veras, más algunos sacerdotes y seminaristas».

«Gasto muy poco para mí mismo, en compra de libros sobre todo. Me gusta la ópera y el año pasado pude frecuentar el Colón porque me regalaron un abono. Hay gente dadivosa que se inquieta si sabe que falta algo, o pone en mis manos ofrendas para obras de caridad», dijo.

Los legisladores podrían también regular su sueldo

«Algunos legisladores han propuesto que se nos reduzca el sueldo; me parece bien, podría llevárselo al nivel de lo que cobra un diputado. Después de todo, unos y otros somos servidores del pueblo y debemos dar ejemplo de austeridad; además los obispos y sacerdotes no tenemos secretarios y asesores pagados por el Estado. Sugiero encarar la cuestión con objetividad, sentido común y deponiendo prejuicios ideológicos», invitó.

Tras recordar que «el artículo segundo de la Constitución Nacional establece que el Estado sostiene el culto católico apostólico romano», manifestó que «no me opongo a una supresión del aporte financiero del Estado. Habría que recordar, no obstante, las históricas exacciones al patrimonio de la Iglesia; los laicistas actuales son rivadavianos. En realidad, el Estado paga por los bienes que usurpó, y esa cuota representa un porcentaje ínfimo de lo que la Iglesia gasta», explicó.

La Iglesia desarrolla una labor social gigantesca

El prelado también hizo hincapié en que se debe «reconocer la tarea de la Institución eclesial y sus ministros en favor de las víctimas de una pobreza estructural que en algunos sectores habría que denominar miseria», y agregó «por no hablar de la obra educativa, sobre todo cuando la escuela de gestión estatal se ha ido precipitando desde hace varias décadas hacia un abismo sin fondo».

«Lo segundo consiste en una cavilación mía. Quizá le vendría bien a la Iglesia un cambio de situación en lo que hace al sostenimiento por el Estado. Me refiero a la escasa conciencia de la mayoría de los católicos acerca de su obligación de sostener la obra evangelizadora como un rasgo normal de su identidad», expresó.

«No hemos logrado, o quizá ni siquiera intentado, por pudor, educar a los fieles en este deber suyo; el de los pastores es recordárselo. En el Código de Derecho Canónico se lee: los fieles tienen el deber de ayudar a la Iglesia en sus necesidades, de modo que disponga de lo necesario para el culto divino, la obras apostólicas y de caridad y el conveniente sustento de los ministros», recordó.

«El inciso siguiente recuerda el deber de promover la justicia social y de ayudar a los pobres con los propios bienes. Muchos lo hacen, pero tengo la impresión de que no existe una plena conciencia en los católicos argentinos».

Con información de Aica

 

 

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