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Paraguay celebró a su primera Beata

Paraguay – Asunción (Martes, 26-06-2018, Gaudium Press) El prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, presidió en este sábado 23, la ceremonia de beatificación de la religiosa carmelita María Felicia de Jesús Sacramentado Guggiari, conocida como «Chiquitunga».

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El acto contó con la participación de más de 40 mil paraguayos, que se reunieron en el estadio Cerro Porteño, en Asunción.

En su homilía, el Cardenal Amato afirmó que María Felicia de Jesús Sacramentado «es una gran figura de joven generosa y alegre en vivir integralmente su Bautismo y su consagración religiosa a la luz de la gracia de Dios y al servicio del prójimo».

«Era una persona que respondía 100% al llamado de su Bautismo. Su Fe era sólida, viva y obrante. Los testimonios hablan de una Fe inmensa, convencida, expansiva, que se manifestaba diariamente en su obediencia, en su requintada caridad y en el pedir perdón por los errores propios y de los demás».

Chiquitunga, que era llamada así por su pequeña estatura, quería «ofrecer la vida por el Señor, inclusive derramando su sangre en el martirio».

«La nueva Beata alienta a la juventud paraguaya a permanecer siempre fieles al amor de Jesús y a siempre servir a los más necesitados», concluyó el Cardenal.

María Felicia Guggiari Echeverría nació el 12 de enero de 1925, en la ciudad de Villarrica del Espíritu Santo, en Paraguay. En 1941, entró a la Acción Católica de Villarrica, en la cual sirvió a Dios dando catecismo a los niños, ayudando a los jóvenes trabajadores y estudiantes universitarios y sirviendo a los pobres, enfermos y ancianos en sus necesidades materiales y espirituales.

La Sierva de Dios jamás se descuidó de los actos de piedad, aconsejados por su director espiritual: meditación, Misa y comunión diaria, además de la oración de los quince misterios del Rosario. Era un alma acostumbrada a vivir en íntima unión con Dios.

Chiquitunga se dedicó al apostolado y a la oración. Su lema era: «Serviros con integridad de vida, donde quiera que sea, sin embargo, os consagro mi pureza y virginidad».

A los 30 años, el día 2 de febrero de 1955, entró al monasterio de las Carmelitas Descalzas, en Asunción, donde recibió el hábito religioso de la Virgen Santísima y adoptó el nombre María Felicia de Jesús Sacramentado. Falleció el día 28 de marzo de 1959, un domingo de Pascua. En 2010 fue declarada venerable por el Papa Benedicto XVI. (EPC)

 

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