Acuerdo de cese al fuego en Sudán del Sur trae esperanza, dicen eclesiásticos

Yuba (Martes, 03-07-2018, Gaudium Press) Sudán del Sur se convierte en nación independiente tras el plebiscito que definió su existencia en el año 2011, y así se constituyó en el país más nuevo de la Tierra. Pero desde el año 2013 sufre una guerra civil que puede estar llegando a su fin, con la firma, el pasado 27 de junio en Khartoum, de un acuerdo de paz entre el presidente Salva Kiir y Riek Machar, antiguo diputado que controla las fuerzas rebeldes.

El P. James Oyet, manifestó su optimismo por el acuerdo: Tras la firma «hubo algunos enfrentamientos en algunas áreas, pero considero esto como el resultado de retrasos en la transmisión de las órdenes de alto el fuego a las líneas de frente. Algunas de las áreas son remotas y las redes de comunicación son pobres. (…) Quiero ser optimista».

Por su parte el Padre Ferdinand Lugonzo, secretario general de la Asociación de Miembros de las Conferencias Episcopales del Este de África, expresó su esperanza: «Desde (la) ruptura del conflicto, hemos seguido de cerca los desarrollos en el país. Vemos esto como un buen punto de partida «, Para el sacerdote, lo alcanzado muestra que los desacuerdos deben resolverse durante las negociaciones y no con conflictos armados.

«Los líderes políticos deberían tener la voluntad de terminar con el conflicto. Los países vecinos también deberían ofrecer apoyo a los líderes «, enfatizó el Padre Lugonzo.

Cifras terribles

Las cifras del conflicto civil, como suele ser, son dramáticas: Alrededor de 4.000.000 de personas han sido desplazadas de sus hogares y cerca de 2.000.000 han tenido que huir a otros países. Decenas de miles han muerto a causa de la guerra. Según datos de Naciones Unidas, cerca de 7.000.000 de personas requerían ayuda alimentaria, al finalizar el 2017.

Los acuerdos establecen el cese de las operaciones militares, la separación de cuerpos armados contrarios que se encuentren cercanos, el retiro de tropas extranjeras que se hayan aliado a una facción, la apertura de corredores humanitarios y la libertad de prisioneros de guerra y prisioneros políticos. (SCM)