{"id":177747,"date":"2024-10-05T11:55:14","date_gmt":"2024-10-05T16:55:14","guid":{"rendered":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/?p=177747"},"modified":"2024-10-05T11:55:14","modified_gmt":"2024-10-05T16:55:14","slug":"santa-faustina-kowalska-secretaria-y-profetisa-de-la-divina-misericordia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/content\/santa-faustina-kowalska-secretaria-y-profetisa-de-la-divina-misericordia\/","title":{"rendered":"Santa Faustina Kowalska, Secretaria y Profetisa de la Divina Misericordia"},"content":{"rendered":"

Hablemos de la misi\u00f3n de Santa Faustina como vocera de la misericordia de Dios para nuestros d\u00edas.<\/i><\/p>\n

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Redacci\u00f3n (05\/10\/2024, <\/b><\/span>Gaudium Press<\/b><\/span><\/a><\/u>)<\/b><\/span> En <\/span>un<\/span>a situaci\u00f3n de aflicciones e inquietudes <\/span>como la que vive hoy el mundo<\/span>, una voz se yergue como un faro: \u201cDile a la humanidad doliente que se abrace a mi Coraz\u00f3n misericordioso y Yo la llenar\u00e9 de paz\u201d.1 <\/span>E<\/span>sa misma voz a\u00f1ade a\u00fan: \u201cMe queman las llamas de la misericordia; deseo derramarlas sobre las almas de los hombres. \u00a1Oh, qu\u00e9 dolor me dan cuando no quieren aceptarlas!\u201d.<\/span><\/p>\n

Estas son algunas de las revelaciones que el Se\u00f1or, para demostrar su inconmensurable amor por una humanidad que parece haberse olvidado de \u00c9l, hizo a un alma sencilla y modesta llamada a ser emisaria de su divina Misericordia: Santa Mar\u00eda Faustina Kowalska.<\/span><\/p>\n

Perteneci\u00f3 a la Congregaci\u00f3n de las Hermanas de Nuestra Se\u00f1ora de la Misericordia. Naci\u00f3 a principios del siglo XX y vivi\u00f3 profundamente unida a Dios, practicando cada d\u00eda, en el silencio y en el sufrimiento, las heroicas virtudes que la elevaron a la honra de los altares. Como lo afirm\u00f3 Juan Pablo II cuando la canoniz\u00f3: ella fue \u201cun don de Dios a nuestro tiempo\u201d.2<\/span><\/p>\n

Llamada por Dios desde su infancia<\/span><\/strong><\/p>\n

Elena Kowalska vino al mundo el 25 de agosto de 1905, en la aldea de Glogowiec, Polonia.<\/span><\/p>\n

Ella misma cuenta que con siete a\u00f1os de edad recibi\u00f3 \u201cla suprema llamada de Dios, la gracia de la vocaci\u00f3n a la vida consagrada\u201d. Este sentimiento le acompa\u00f1\u00f3 durante toda su juventud, incluso cuando tuvo que trabajar como empleada dom\u00e9stica, para ayudar al sustento de su numerosa y humilde familia. Fue s\u00f3lo a los 18 a\u00f1os cuando pidi\u00f3 insistentemente la autorizaci\u00f3n de sus padres para entrar en un convento. A pesar de los deseos ardientes de la muchacha, le negaron rotundamente su pedido.<\/span><\/p>\n

Elena procur\u00f3 entonces sofocar la voz de la vocaci\u00f3n, que la persegu\u00eda sin cesar, entreg\u00e1ndose a lo que ella llamaba \u201cvanidades de la vida\u201d. Sin embargo, el Se\u00f1or le hab\u00eda reservado una gran misi\u00f3n y, a pesar de todos los obst\u00e1culos, la voluntad de Jes\u00fas vencer\u00eda.<\/span><\/p>\n

La invitaci\u00f3n decisiva<\/span><\/b><\/p>\n

En cierta ocasi\u00f3n se encontraba con una de sus hermanas en una fiesta, en la ciudad de Lodz, e intentaba divertirse como las otras chicas de su edad sin conseguirlo, ya que sent\u00eda su alma pesada e infeliz. De repente, cuando estaba bailando, vio que a su lado estaba Nuestro Se\u00f1or Jesucristo cubierto de llagas y que le dec\u00eda: \u201c\u00bfHasta cu\u00e1ndo me har\u00e1s sufrir, hasta cu\u00e1ndo me enga\u00f1ar\u00e1s?\u201d.<\/span><\/p>\n

Sali\u00f3 del baile con mucho disimulo y muy conmovida. Se dirigi\u00f3 a una iglesia cercana y llorando cay\u00f3 de rodillas ante el Sant\u00edsimo Sacramento, pidi\u00e9ndole con ardor que le diese un rumbo a su vida. Y oy\u00f3 esta respuesta: \u201cVe inmediatamente a Varsovia, all\u00ed entrar\u00e1s en un convento\u201d. Se levant\u00f3 y parti\u00f3 sin demora hacia la capital. S\u00f3lo llevaba lo puesto, pero pose\u00eda el mayor de los tesoros: una confianza completa y el abandono en las manos de la Providencia.<\/span><\/p>\n

Comienzo de la vida religiosa<\/span><\/b><\/p>\n

Dios pone a prueba a quien ama. Por eso, en Varsovia la rechazaron en varios monasterios. Pero no desisti\u00f3 y al final fue aceptada \u2014el 1 de agosto de 1925\u2014 en la Congregaci\u00f3n de las Hermanas de Nuestra Se\u00f1ora de la Misericordia, que se dedicaba a la rehabilitaci\u00f3n de mujeres de mala vida y a la educaci\u00f3n de j\u00f3venes en situaci\u00f3n de riesgo. Durante el postulanta<\/span>d<\/span>o tuvo tremendas dudas al respecto de su vocaci\u00f3n. Por fin venci\u00f3 todas las pruebas y recibi\u00f3 el h\u00e1bito de novicia el 30 de abril de 1926 con el nombre de Hermana Mar\u00eda Faustina del Sant\u00edsimo Sacramento.<\/span><\/p>\n

En vez de papas\u2026 \u00a1rosas!<\/span><\/b><\/p>\n

Un incidente que le ocurri\u00f3 durante ese periodo demuestra c\u00f3mo la joven novicia se apoyaba por entero en Dios, hasta en las cosas aparentemente insignificantes. Hab\u00eda sido designada por su superiora a trabajar en la cocina, pero ten\u00eda enorme dificultad en manejarse con ollas tan grandes. Le costaba mucho escurrir el agua de las papas sin que se le cayesen bastantes. Intimidada por su debilidad, Sor Faustina intentaba esquivar esta funci\u00f3n, pero lo \u00fanico que consegu\u00eda era escandalizar a las otras religiosas.<\/span><\/p>\n

Entonces la novicia, sin temor alguno, le pidi\u00f3 ayuda a Jes\u00fas, que le respondi\u00f3 con una clara voz interior que desde ese d\u00eda en adelante encontrar\u00eda fuerzas para ejecutar la tarea sin esfuerzo. Esa misma noche Sor Faustina consigui\u00f3 vaciar f\u00e1cilmente el agua de la olla. Pero cu\u00e1l no fue su sorpresa que al destaparla vio \u2014en vez de patatas\u2014 rosas rojas indescriptiblemente hermosas. <\/span>Entonces <\/span>oy\u00f3 del Se\u00f1or estas palabras: \u201cT\u00fa pesado trabajo lo transformo en ramilletes de las flores m\u00e1s bellas y su perfume sube hasta mi trono\u201d.<\/span><\/p>\n

La santa as\u00ed se expresar\u00eda m\u00e1s tarde: \u201cOh Jes\u00fas, me das a conocer y entender en qu\u00e9 consiste la grandeza del alma: no en grandes acciones, sino en un gran amor. Es el amor que tiene el valor y \u00e9l confiere la grandeza a nuestras acciones; aunque nuestras acciones sean peque\u00f1as y comunes de por s\u00ed, a consecuencia del amor se har\u00e1n grandes y poderosas delante de Dios\u201d . Ese amor a Dios era la luz que la guiaba siempre, tanto en los peque\u00f1os como en los grandes encargos.<\/span><\/p>\n

Misi\u00f3n de \u201cap\u00f3stol\u201d de la Divina Misericordia<\/span><\/b><\/p>\n

El 1 de mayo de 1933, Sor Faustina hizo los votos perpetuos. Su misi\u00f3n de \u201cap\u00f3stol\u201d de la Divina Misericordia ya se hab\u00eda hecho expl\u00edcita por las continuas revelaciones y mensajes de Jes\u00fas: \u201cEn el Antiguo Testamento enviaba a los profetas con truenos a mi pueblo. Hoy te env\u00edo a ti a toda la humanidad con mi misericordia. No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla a mi Coraz\u00f3n misericordioso\u201d.<\/span><\/p>\n

Con todo el empe\u00f1o de su alma, la fervorosa religiosa se entreg\u00f3 a esa importante misi\u00f3n, a pesar de que sent\u00eda en s\u00ed mucha incertidumbre e incapacidad. \u201cSecretaria de mi m\u00e1s profundo misterio\u201d, era el t\u00edtulo que Jes\u00fas le hab\u00eda dado a su \u201cap\u00f3stol\u201d de la Misericordia Divina.<\/span><\/p>\n

Las p\u00e1ginas de su Diario est\u00e1n repletas de recuerdos de visiones y conversaciones \u00edntimas con Jes\u00fas y con la Virgen, de comunicaciones con los \u00e1ngeles, santos y almas del Purgatorio, adem\u00e1s incluso de una visita a \u00e9ste lugar y tambi\u00e9n otra al Infierno. El Diario, sencillo y a la vez de sorprendente profundidad teol\u00f3gica, es un tesoro de ense\u00f1anzas sobre la Divina Misericordia.<\/span><\/p>\n

Dar a conocer los deseos del Salvador<\/span><\/b><\/p>\n

Muchas de las revelaciones tratan espec\u00edficamente acerca de la devoci\u00f3n a la Misericordia Divina, especialmente dadas para los d\u00edas en que vivimos: \u201cLa humanidad no conseguir\u00e1 la paz hasta que no se dirija con confianza a mi misericordia\u201d.<\/span><\/p>\n

Jes\u00fas manifiesta en ellas un enorme deseo de que las almas se vuelvan hacia \u00c9l, con humildad, reconociendo sus culpas, para poder hacer valer su misericordia: \u201cPara que cada alma exalte mi bondad, deseo la confianza de mis criaturas; invita a las almas a una gran confianza en mi misericordia insondable. Que no tema acercarse a m\u00ed el alma d\u00e9bil, pecadora y aunque tuviera m\u00e1s pecados que granos de arena hay en la tierra, todo se hundir\u00e1 en el abismo de mi misericordia\u201d.<\/span><\/p>\n

Esta gran misi\u00f3n le acarre\u00f3 a la santa innumerables sufrimientos, pues no siempre fue comprendida por los que la rodeaban. Hasta que en 1933 el Se\u00f1or le concedi\u00f3 un confesor sabio y prudente, el P. Miguel Sopocko, que le aconsej\u00f3 y ayud\u00f3 durante muchos a\u00f1os, gui\u00e1ndola en sus dudas y dificultades.<\/span><\/p>\n

\"view<\/p>\n

Jes\u00fas ordena que se pinte un cuadro<\/span><\/b><\/p>\n

El 22 de febrero de 1931 recibi\u00f3 Santa Faustina una de las m\u00e1s impresionantes revelaciones de su Divino Maestro. Lo vio vestido de blanco, con la mano derecha levantada en actitud de bendecir; de su pecho sal\u00edan dos rayos, uno blanco y otro rojo. Oy\u00f3 tambi\u00e9n que la divina voz le ordenaba que mandase pintar un cuadro seg\u00fan el modelo que estaba viendo y con la inscripci\u00f3n: \u201cJes\u00fas, en Ti conf\u00edo\u201d. Y a\u00f1adi\u00f3 Jes\u00fas: \u201cPrometo que el alma que venere esta imagen no perecer\u00e1. Yo mismo la defender\u00e9 como mi gloria\u201d.<\/span><\/p>\n

En una revelaci\u00f3n posterior explic\u00f3 el significado de los dos rayos: \u201cEl rayo p\u00e1lido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas\u201d.<\/span><\/p>\n

El Se\u00f1or le pidi\u00f3 que el cuadro fuese bendecido solemnemente el domingo siguiente a la Pascua, que \u00c9l instituy\u00f3 como la Fiesta de la Misericordia: \u201cEl primer domingo despu\u00e9s de Pascua ha de ser la Fiesta de la Misericordia. Ese d\u00eda los sacerdotes han de hablar a las almas sobre mi misericordia infinita\u201d.<\/span><\/p>\n

\"santa<\/p>\n

Devociones para pedir la Divina Misericordia<\/span><\/b><\/p>\n

En otra visi\u00f3n le fue revelada una oraci\u00f3n para aplacar la justa ira de Dios contra el mundo: el \u201cRosario <\/span>(Coronilla) <\/span>de la Misericordia\u201d. Nuestro Se\u00f1or mismo le ense\u00f1\u00f3 a rezarlo de la siguiente manera:<\/span><\/p>\n

\u201cPrimero rezar\u00e1s una vez el Padrenuestro, el Avemar\u00eda y el Credo. Despu\u00e9s, en las cuentas correspondientes al Padrenuestro, dir\u00e1s las siguientes palabras: Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amad\u00edsimo Hijo, Nuestro Se\u00f1or Jesucristo, como propiciaci\u00f3n de nuestros pecados y los del mundo entero; en las cuentas del Avemar\u00eda, dir\u00e1s las siguientes palabras: Por su dolorosa Pasi\u00f3n, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Para terminar, dir\u00e1s tres veces estas palabras: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero\u201d.<\/span><\/p>\n

Tambi\u00e9n instituy\u00f3 \u00c9l la \u201cHora de la Misericordia\u201d, a las tres de la tarde, para que todos venerasen su Pasi\u00f3n. Ese momento del d\u00eda es la \u201chora de la gran misericordia para el mundo entero\u201d, en la que \u201cla misericordia triunf\u00f3 sobre la justicia\u201d. A\u00fan le revel\u00f3 a la santa que no niega nada a quien pide en nombre de su Pasi\u00f3n, en esa hora, especialmente por los pobres pecadores.<\/span><\/p>\n

\u201cNo vives para ti, sino para las almas\u201d<\/span><\/b><\/p>\n

A pesar de todos los dones extraordinarios que hab\u00eda recibido, incluso los estigmas ocultos, la profec\u00eda, el discernimiento de los esp\u00edritus, los esponsales m\u00edsticos, Santa Faustina ten\u00eda presente que la santidad consiste en cumplir la voluntad de Dios, aunque esto la llevase a ofrecerse como v\u00edctima. Por eso escribir\u00eda: \u201cS\u00e9 que un granito de trigo para transformarse en alimento debe ser destruido y triturado entre las piedras de molienda; as\u00ed yo, para que sea \u00fatil a la Iglesia y a las almas, tengo que ser aniquilada, aunque por fuera nadie se d\u00e9 cuenta de mi sacrificio\u201d.<\/span><\/p>\n

Las revelaciones y dones extraordinarios la convirtieron en objeto de sospechas. Pero su inalterable buen humor y su bondad para con todos, sin excepci\u00f3n, pero especialmente con una de las hermanas que la trataba particularmente mal, eran tan heroicos que motiv\u00f3 a una de ellas a exclamar: \u201cSor Faustina es est\u00fapida o santa, porque, a decir verdad, una persona normal no soportar\u00eda que alguien le llevara siempre la contraria\u201d.<\/span><\/p>\n

Su caridad se extend\u00eda tambi\u00e9n hacia las numerosas j\u00f3venes de la casa, a las que dispensaba paciente e inagotable dedicaci\u00f3n. Viv\u00eda con profundidad el sentido de estas palabras del Se\u00f1or: \u201cHija M\u00eda, no vives para ti, sino para las almas\u201d.<\/span><\/p>\n

Gracias que sobrepasan a nuestros pedidos<\/span><\/b><\/p>\n

Despu\u00e9s de haber estado ingresada en varios hospitales para tratarse su dolorosa enfermedad, Sor Faustina regres\u00f3 al convento, donde entreg\u00f3 a Dios su heroica alma el 5 de octubre de 1938, con tan s\u00f3lo 33 a\u00f1os de edad.<\/span><\/p>\n

Fue canonizada por Juan Pablo II, el 30 de abril de 2000, Domingo de Pascua, e ilumina nuestro siglo con su misi\u00f3n y vida, <\/span>que se puede resumir en lo que Cristo <\/span>mismo le dijera a Santa Faustina: \u201cMe deleitan las almas que recurren a mi misericordia. A estas almas les concedo gracias por encima de lo que piden. No puedo castigar a\u00fan al pecador m\u00e1s grande si \u00e9l suplica mi compasi\u00f3n, sino que lo justifico en mi insondable e impenetrable misericordia\u201d.<\/span><\/p>\n

_<\/span>__<\/span><\/p>\n

1 Todas las citas entre comillas, salvo se indique lo contrario, han sido extra\u00eddas de KOWALSKA, Mar\u00eda Faustina. DIARIO \u2013 La Divina Misericordia en mi alma . Editorial de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepci\u00f3n de la Sant\u00edsima Virgen Mar\u00eda. 4\u00aa Edici\u00f3n. Stockbridge, Massachussets, 2001.<\/span><\/p>\n

2 Rito de Canonizaci\u00f3n de Mar\u00eda Faustina Kowalska, Homil\u00eda del Santo Padre Juan Pablo II, 30\/04\/2000.<\/span><\/p>\n

(<\/span>Tomado con adaptaciones, del art\u00edculo de la <\/span>Hermana M\u00f3nica Erin MacDonald, EP, Revista <\/span>Arautos do Evangelho<\/i><\/span>, Oct\/2009, n. 94)<\/span><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Hablemos de la misi\u00f3n de Santa Faustina como vocera de la misericordia de Dios para nuestros d\u00edas. Redacci\u00f3n (05\/10\/2024, Gaudium Press) En una situaci\u00f3n de aflicciones e inquietudes como la que vive hoy el mundo, una voz se yergue como un faro: \u201cDile a la humanidad doliente que se abrace a mi Coraz\u00f3n misericordioso y… Ver art\u00edculo<\/a>","protected":false},"author":8,"featured_media":177748,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":[],"categories":[6],"tags":[341,697,511],"acf":[],"featured_image_src":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-content\/uploads\/2024\/10\/4.webp","newsletter_img":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-content\/uploads\/2024\/10\/4-aspect-ratio-570-300.webp","newsletter_date":"20241005","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/177747"}],"collection":[{"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/8"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=177747"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/177747\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":177752,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/177747\/revisions\/177752"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/media\/177748"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=177747"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=177747"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=177747"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}