{"id":178567,"date":"2024-10-26T06:58:28","date_gmt":"2024-10-26T11:58:28","guid":{"rendered":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/?p=178567"},"modified":"2024-10-26T06:58:28","modified_gmt":"2024-10-26T11:58:28","slug":"santos-luciano-y-marciano-confesores-y-martires-por-la-fe-de-cristo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/content\/santos-luciano-y-marciano-confesores-y-martires-por-la-fe-de-cristo\/","title":{"rendered":"Santos Luciano y Marciano, confesores y m\u00e1rtires por la fe de Cristo"},"content":{"rendered":"

Las historias que se tejen con su memoria son doradas. Pero hay certeza de que fueron m\u00e1rtires.<\/i><\/p>\n

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Redacci\u00f3n (26\/10\/2024, <\/b><\/span>Gaudium Press<\/b><\/span><\/a><\/u>)<\/b><\/span> Cuentan las actas legendarias que los Santos de hoy, San Luciano y San Marciano, nacieron en el S.III en Nicomedia, que era la capital de la provincia romana de Bitinia, en el noroeste de Asia Menor.<\/span><\/p>\n

A estos dos santos, como era com\u00fan en su tiempo, les hab\u00edan ense\u00f1ado artes adivinatorias, magia, superstici\u00f3n, y en eso caminaron mucho, superaron a quienes le hab\u00edan ense\u00f1ado, es decir, hab\u00edan quedado prisioneros de las garras del mal, y eran de sus m\u00e1s apreciados hijos.<\/span><\/p>\n

Pero hab\u00eda una virgen cristiana en Nicomedia, que brillaba en virtud, modestia y tambi\u00e9n belleza, que los dos quisieron cortejar.<\/span><\/p>\n

Sin embargo, esta joven hab\u00eda entregado su coraz\u00f3n enteramente a Cristo y solo a Cristo, y los dos magos no capturaron para nada su atenci\u00f3n. Pero deseando conseguir su fin, ellos usaron de artilugios y conjuros, invocaron a todos los dioses que se les ocurri\u00f3 \u2013que ya sabemos, eran demonios\u2013 sin conseguir nada de nada con la joven.<\/span><\/p>\n

Por lo que se dijeron: ese Cristo debe ser muy poderoso, pues nada de lo que nos funciona ha funcionado. Necedad ser\u00eda no convertirse a su fe.<\/span><\/p>\n

Entonces, quemaron sus obras de hechicer\u00eda, y todos los artefactos que usaban en sus malos trabajos. Se hicieron catec\u00famenos y finalmente se bautizaron. Y como ten\u00edan bienes, los entregaron a los pobres, para retirarse luego a un desierto, donde viv\u00edan en penitencia y oraci\u00f3n.<\/span><\/p>\n

Hasta el desierto, como con Cristo, fueron los demonios a tentarlos, pues no quer\u00edan perder a aquellos que antes eran sus fieles esclavos, pero su nuevo amo Jes\u00fas los fortalec\u00eda.<\/span><\/p>\n

Despu\u00e9s de un tiempo en el desierto, regresaron a la ciudad a anunciar a Jes\u00fas muerto y resucitado, y sacaron a muchos de la superstici\u00f3n y la idolatr\u00eda, algo que enfureci\u00f3 especialmente al demonio.<\/span><\/p>\n

Finalmente fueron denunciados ante Sabino, el gobernador de la ciudad, como instigadores de esa doctrina revolucionaria llamada cristianismo.<\/span><\/p>\n

Despu\u00e9s de intentar sin fruto que volvieran a quemar incienso a los demonios, Sabino orden\u00f3 quemarlos vivos, lo que ocurri\u00f3 el 26 de octubre de 251. Lo anterior, \u2018actas legendarias\u2019 son por tanto leyendas p\u00edas.<\/span><\/p>\n

Sin embargo, antiguos martirologios s\u00ed registran la memoria de Marciano y Luciano. Sus reliquias fueron trasladadas a Vich, en el S. XI.<\/span><\/p>\n

S\u00f3lo sabemos, pues, con certeza que ellos fueron m\u00e1rtires y confesores de la fe de Cristo.<\/span><\/p>\n

Con informaci\u00f3n de ReligionEnLibertad<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Las historias que se tejen con su memoria son doradas. Pero hay certeza de que fueron m\u00e1rtires. Redacci\u00f3n (26\/10\/2024, Gaudium Press) Cuentan las actas legendarias que los Santos de hoy, San Luciano y San Marciano, nacieron en el S.III en Nicomedia, que era la capital de la provincia romana de Bitinia, en el noroeste de… Ver art\u00edculo<\/a>","protected":false},"author":8,"featured_media":178568,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":[],"categories":[6],"tags":[8508,6351,4669],"acf":[],"featured_image_src":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-content\/uploads\/2024\/10\/Sin-titulo-18.jpg","newsletter_img":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-content\/uploads\/2024\/10\/Sin-titulo-18-aspect-ratio-570-300.jpg","newsletter_date":"20241026","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/178567"}],"collection":[{"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/8"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=178567"}],"version-history":[{"count":2,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/178567\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":178573,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/178567\/revisions\/178573"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/media\/178568"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=178567"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=178567"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=178567"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}