Hern\u00e1n Cort\u00e9s, cr\u00f3nica de un imposible<\/em>, de Jos\u00e9 Luis Olaizola. Concluido este, nos fuimos a De Madariaga, que cl\u00e1sico siempre es cl\u00e1sico y por algo.<\/p>\nDespu\u00e9s de terminar esta lectura, fue claro para m\u00ed que Cort\u00e9s ten\u00eda una gran estrella, una elevada vocaci\u00f3n dada por Dios para una obra de porte gigantesco. Pero tambi\u00e9n me fue cierta la riqu\u00edsima cantera llamada Espa\u00f1a, que en hijosdalgo de Extremadura encontraba madera para construir gigantes.<\/p>\n
Vamos a Cort\u00e9s.<\/p>\n
Escapando de un bachillerato fallido en Salamanca, y de la verg\u00fcenza de haber desperdiciado los ahorros de su padre en juergas y sensualidades, Hern\u00e1n parte con \u00e1nimo aventurero y penitente a las Indias desde Sanl\u00facar de Barrameda y arriba a Santo Domingo en 1504, a la que a\u00fan entonces era La Espa\u00f1ola. Ten\u00eda solo 19 a\u00f1os.<\/p>\n
Impresiona ver como Dios escribe recto en renglones torcidos, que si Cort\u00e9s no hubiera \u2018huido\u2019 medio avergonzado de su Espa\u00f1a natal, y si de sus duelos por asuntos de faldas no hubiera aprendido a la perfecci\u00f3n el arte de la espada, muy probablemente la cristianizaci\u00f3n de M\u00e9xico hubiese demorado hasta siglos, o tal vez los ingleses hubiesen llegado antes con todas las terribles consecuencias para los indios que son de suponerse, viendo lo que hicieron en sus colonias.<\/p>\n
Un d\u00eda, acabado de trasplantar a Santo Domingo, tuvo un sue\u00f1o al que le dio la atenci\u00f3n sencilla de Calder\u00f3n de la Barca, la de que los \u201csue\u00f1os, sue\u00f1os son\u201d: \u201cAdurmi\u00e9ndose una tarde \u2014cuenta Cervantes de Salazar\u2014 so\u00f1\u00f3 que s\u00fabitamente, desnudo de la antigua pobreza, se v\u00eda cubrir de ricos pa\u00f1os y servir de muchas gentes extra\u00f1as llam\u00e1ndole con t\u00edtulos de grande honra y alabanza\u201d. En todo caso en el fondo algo se pellizc\u00f3, tanto que dijo a \u201cciertos amigos suyos, con un contento nuevo y no visto, que hab\u00eda de comer con trompetas o morir ahorcado\u201d 1: no quer\u00eda creer en el sue\u00f1o, pero algo le dec\u00eda que el sue\u00f1o no estaba muy desencaminado. Sue\u00f1o prof\u00e9tico, probablemente de origen sobrenatural, que no dejar\u00eda de inspirarlo en medio de las dificultades.<\/p>\n
Tras su llegada a Am\u00e9rica es como si el \u00e1ngel de la laboriosidad lo hubiera pose\u00eddo. Junto a su labor de escribano de pueblo, nombrado por el gobernador Oviedo, sum\u00f3 la de hacendado, primero en La Espa\u00f1ola, despu\u00e9s en Cuba, hasta hacerse lo que hoy se dir\u00eda un hombre bastante acomodado. La r\u00e1pida transformaci\u00f3n del despilfarrador y parrandero en agricultor hacendoso y exitoso, lo fue elevando a los ojos de muchos y, como dice De Madariaga, hizo que se fuese descubriendo a s\u00ed mismo.<\/p>\n
Particip\u00f3 del entorno y las amistades de Diego Vel\u00e1zquez, la autoridad en Cuba delegada del Almirante Don Diego Col\u00f3n, el Virrey hijo del Descubridor. Algunos aseguran que ayud\u00f3 a Vel\u00e1zquez en la conquista de Cuba aunque otros lo niegan. Lo cierto es que lleg\u00f3 a ocupar el cargo de secretario de Vel\u00e1zquez y Tesorero del Rey en esta bella isla que hoy es una terrible y hambrienta prisi\u00f3n. Con el tiempo y los ires y venires<\/em> de la monta\u00f1a rusa de los afectos humanos, la relaci\u00f3n con Vel\u00e1zquez pas\u00f3 del calor al tibio, luego al hielo, finalmente a la franca enemistad, matizada de reconciliaciones, al calor de las disputas pol\u00edticas y condimentada a veces por la sal de las comidillas de las mujeres, que parece que en este punto a\u00fan no hab\u00eda escarmentado lo necesario. Entre tanto, su fortuna personal no hab\u00eda dejado de crecer.<\/p>\nTres expediciones se\u00f1aladas con el fracaso hab\u00edan precedido a Cort\u00e9s en la conquista de \u201cYucat\u00e1n\u201d, de la que no se sab\u00eda si era isla o continente, pues el mundo a\u00fan se estaba descubriendo: la de Hern\u00e1ndez de C\u00f3rdoba, la de Grijalba, que lleg\u00f3 a recorrer buena parte del sur de lo que hoy es el golfo de M\u00e9xico, y la de Olid. Pero Dios hab\u00eda reservado esa gloria al bachiller fracasado de Salamanca, que en cierto momento fue encargado por el gobernador Vel\u00e1zquez a preparar todo para auxiliar a Grijalba, de quien no se sab\u00edan noticias. Entre tanto y a cierta altura, el propio Vel\u00e1zquez empez\u00f3 a considerar en el empe\u00f1o que Cort\u00e9s pon\u00eda en la preparaci\u00f3n un motivo de desconfianza, de que su subordinado no le ser\u00eda enteramente d\u00f3cil. Sin embargo, cuando quiso detener la expedici\u00f3n \u2014que Cort\u00e9s sabedor de las intenciones de su jefe hab\u00eda mandado zarpar de improviso\u2014 ya era tarde, tarde, muy noche para \u00e9l, y hab\u00eda comenzado a despuntar el alba del nuevo M\u00e9xico, de la Nueva Espa\u00f1a.<\/p>\n
Despu\u00e9s de sortear otras dificultades en Cuba, puestas tambi\u00e9n por el gobernador, y tras o\u00edr misa, sali\u00f3 Cort\u00e9s el 10 de febrero de 1519 hacia la isla de Cozumel en la punta de Yucat\u00e1n, como Capit\u00e1n General de una flotilla de \u201conce nav\u00edos, quinientos ochenta soldados y capitanes, cien marineros contando pilotos y maestres, diecis\u00e9is caballos, diez ca\u00f1ones de bronce, cuatro falconetes [ndr. pieza de artiller\u00eda larga y de poco calibre] y trece arcabuces\u201d, n\u00facleo con el que enfrentar\u00eda ej\u00e9rcitos de cientos de miles de ind\u00edgenas. Llevaba tambi\u00e9n la savia bendita, dos sacerdotes, uno de ellos muy docto que hab\u00eda sido superior de los mercedarios en Cuba y que hab\u00eda dejado la tranquilidad de su convento para lanzarse en la aventura de la conquista de las almas.<\/p>\n
Hab\u00edan pasado entonces 15 a\u00f1os desde su llegada al Nuevo Mundo. Su autoridad, m\u00e1s que fincada en delegaci\u00f3n superior, ya radicaba en su gran naturaleza, pues \u201cera con mucho el hombre de m\u00e1s val\u00eda de toda la armada, tanto en armas como en letras, porque sobresal\u00eda por su inteligencia como por su voluntad, y, a la ra\u00edz de ambos, por la claridad y fuerza de su prop\u00f3sito\u201d, seg\u00fan dice Salvador de Madariaga, quien pasa a reproducir la semblanza f\u00edsico-moral que hizo de \u00e9l ese gran soldado-cronista que fue Bernal D\u00edaz del Castillo (Espa\u00f1a, que de soldados engendraba historiadores\u2026):<\/p>\n
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\u201cFue de buena estatura e cuerpo e bien proporcionado e membrudo e la color de la cara tiraba algo a cenicienta y no muy alegre e si tuviera el rostro m\u00e1s largo mejor le pareciera, y era en los ojos en el mirar algo amoroso e por otra parte graves, las barbas ten\u00eda algo prietas e pocas e ralas e el cabello, que en aquel tiempo se usaba, de la misma manera que las barbas, e ten\u00eda el pecho alto la espalda de buena manera, e era cence\u00f1o [delgado] e de poca barriga y algo estevado [piernas arqueadas] y las piernas e muslos bien sentados, e era buen jinete e diestro de todas armas ans\u00ed a pie como a caballo e sab\u00eda muy bien menearlas e sobre todo coraz\u00f3n y \u00e1nimo que es lo que hace el caso. (\u2026) En todo lo que mostraba ans\u00ed en su presencia como en pl\u00e1ticas e conversaci\u00f3n e en comer y en el vestir, en todo daba se\u00f1ales de gran se\u00f1or. Los vestidos que se pon\u00eda eran seg\u00fan el tipo e usanza e no se le daba nada de traer muchas sedas e damascos ni rasos, sino llanamente e muy pulido, ni tampoco tra\u00eda cadenas de oro grandes, salvo una cadenita de oro de prima hechura e un joyel con la imagen de Nuestra Se\u00f1ora la Virgen Santa Mar\u00eda con su hijo precioso en los brazos e con un letrero en lat\u00edn en lo que era de Nuestra Se\u00f1ora y de la otra parte del joyel a se\u00f1or San Juan Bautista con otro letrero, e tambi\u00e9n tra\u00eda en el dedo un anillo muy rico con un diamante y en la gorra, que entonces se usaba de terciopelo, tra\u00eda una medalla e no me acuerdo el rostro, y en la medalla tra\u00eda figurada la letra d\u00e9l. (\u2026) Serv\u00edase ricamente como gran se\u00f1or con dos maestresalas y mayordomos e muchos pajes e todo el servicio de su casa muy cumplido e grandes vajillas de plata e de oro. Com\u00eda bien y beb\u00eda una buena taza de vino aguado que cabr\u00eda un cuartillo, e tambi\u00e9n cenaba, y no era nada regalado ni se le daba nada por comer manjares delicados ni costosos, salvo cuando ve\u00eda que hab\u00eda necesidad que se gastase o los hubiese menester dar. Era de muy afable condici\u00f3n con todos sus capitanes e compa\u00f1eros, especialmente con los que pasamos con \u00e9l de la isla de Cuba la primera vez, y era latino e o\u00ed decir que era bachiller en leyes, y cuando hablaba con letrados o hombres latinos respond\u00eda a lo que dec\u00edan en lat\u00edn. Era algo poeta; hac\u00eda coplas en metros e en prosas. Y en lo que platicaba lo dec\u00eda muy apacible y con muy buena ret\u00f3rica; e rezaba por las ma\u00f1anas en unas Horas e o\u00eda misa con devoci\u00f3n. Ten\u00eda por su muy abogada a la Virgen Mar\u00eda Nuestra Se\u00f1ora, la cual todo fiel cristiano la debemos tener por nuestra intercesora e abogada, e tambi\u00e9n ten\u00eda a Se\u00f1or San Pedro e Santiago e a Se\u00f1or San Juan Bautista, y era limosnero. Cuando juraba dec\u00eda en mi conciencia<\/em>, y cuando se enojaba con alg\u00fan soldado de los nuestros sus amigos le dec\u00eda oh mal pese a vos. <\/em>E cuando estaba muy enojado, se le hinchaba una vena de la garganta e otra de la frente. E aun algunas veces, de muy enojado, arrojaba un lamento al cielo; e no dec\u00eda palabra fea ni injuriosa a ning\u00fan capit\u00e1n ni soldado; e era muy sufrido, porque soldado hubo muy desconsiderado que le dec\u00edan palabras descomedidas e no les respond\u00eda cosa soberbia ni mala y aunque hab\u00eda materia para ello lo m\u00e1s que les dec\u00eda call\u00e1 o id id con Dios y de aqu\u00ed adelante ten m\u00e1s miramiento en lo que dij\u00e9redes porque os costar\u00e1 caro por ello. <\/em>E era muy porfiado en especial en las cosas de la guerra. (\u2026) E comenzamos [a] hacer la fortaleza y el primero que cav\u00f3 e sac\u00f3 tierra en los cimientos fue Cort\u00e9s. E siempre en las batallas le vi que entraba en ellas juntamente con nosotros. (\u2026) No quiero decir de otras muchas proezas e valent\u00edas que vi que hizo nuestro marqu\u00e9s don Hernando Cort\u00e9s porque son tantos e de tal manera que no acabar\u00eda tan presto de los relatar\u201d.<\/p>\nPor su parte tras su investigaci\u00f3n, Salvador de Madariaga agrega otros trazos relevantes a su perfil moral: \u201cSuya era la responsabilidad; suyos ten\u00edan que ser los medios para hacerle frente. No era s\u00f3lo un hombre, un soldado, un Capit\u00e1n: era un Estado. Esta visi\u00f3n pol\u00edtica es el don supremo que desde el principio coloca a Cort\u00e9s en una categor\u00eda aparte, no s\u00f3lo por encima de todos sus compa\u00f1eros en la conquista de Nueva Espa\u00f1a, sino de todos los conquistadores. Tanto en su estrategia como en su t\u00e1ctica, Cort\u00e9s es constante, met\u00f3dico, cuidadoso, fiel a su fin, consciente del lugar ad\u00f3nde va y del camino por donde va. Y desde luego, como suele suceder con los hombres de acci\u00f3n, se informa con avidez, pero informa con avaricia; de modo que s\u00f3lo llegan a comprenderse sus planes cuando al irse desarrollando revelan todo su rec\u00f3ndito sentido\u201d.<\/p>\n
La armada de Cort\u00e9s fondea en Tabasco. All\u00ed tomaron primer contacto con los indios del Continente, que \u201cse batieron como buenos guerreros\u201d, seg\u00fan cuenta Bernal D\u00edaz del Castillo. Despu\u00e9s de duro enfrentamiento Cort\u00e9s realiza all\u00ed y por vez primera, las t\u00e1cticas de negociaci\u00f3n que tanto \u00e9xito le rendir\u00edan en la conquista de M\u00e9xico. Los caciques de Tabasco seducidos se sumaron a su causa.<\/p>\n
Fondean luego en San Juan de Ul\u00faa, hasta donde el emperador Moctezuma \u2014que por muchos augurios de sus brujos y dioses conoc\u00eda que vendr\u00edan los \u2018dioses\u2019 de Oriente y hasta tal vez el mismo Quetzalcoatl\u2014 mand\u00f3 una embajada que lo sigui\u00f3 acompa\u00f1ando-vigilando. Sigue Cort\u00e9s, funda Veracruz que ser\u00eda en poco tiempo el importante puerto que a\u00fan sigue siendo y donde tendr\u00eda que enfrentar la primera rebeli\u00f3n de sus hombres de las varias con las que tuvo que lidiar en la carrera de su vida.<\/p>\n
Un d\u00eda un centinela, el propio Bernal D\u00edaz del Castillo, ve llegar a cinco indios ataviados de forma diferente a los de Moctezuma: eran los emisarios del Cacique Gordo, jefe de los de Cempoal, que le fue siempre fiel y de gran ayuda en toda la conquista. Los emisarios le explicaron a Cort\u00e9s \u2014v\u00eda Do\u00f1a Marina, la famosa Malinche\u2014 de qu\u00e9 manera terrible eran sojuzgados por los aztecas, noticia que ya entonces Cort\u00e9s midi\u00f3 en toda su dimensi\u00f3n, al percibir las ventajas que podr\u00eda sacar de las divisiones de los indios de ese territorio. Adem\u00e1s, la embajada de los de Cempoal ciertamente fue tomada como un mensaje de Dios, de que s\u00ed deb\u00eda irse adentrando en la tierra magn\u00edfica pero misteriosa, que tanto le atra\u00eda pero que tantos temores suscitaba en muchos de los suyos que prefer\u00edan ya regresar a Cuba, ante la imponencia con que les era descrito el imperio azteca. Llegan a Cempoal y quedan tan impresionados que la llamaron Sevilla.<\/p>\n
Comienza Cort\u00e9s su ascensi\u00f3n a Tenochtitlan, nada f\u00e1cil, como un Calvario, como una Pasi\u00f3n; pero a medida que sus victorias tanto diplom\u00e1ticas como militares \u2014peque\u00f1as hasta entonces\u2014 se suced\u00edan, las tribus sojuzgadas por los aztecas se le iban uniendo. En ese empe\u00f1o, y para exorcizar en los suyos cualquier esperanza de un regreso a Cuba sin conquista, estableciendo de esa manera la alternativa de victoria o muerte, usa de astucia para que se entendiese que era un deseo de la mayor\u00eda destruir sus naves salvo una que mand\u00f3 a Espa\u00f1a, con noticias de lo realizado, tambi\u00e9n con la intenci\u00f3n de librarse completamente de la autoridad del gobernador de Cuba, que segu\u00eda empe\u00f1ado en arrebatarle la conquista de Yucat\u00e1n.<\/p>\n
Llega a los de Tlaxcala, que aunque enemigos de los aztecas le oponen resistencia y debe vencer un gran ej\u00e9rcito con bastante sufrimiento y ardua valent\u00eda, cualidades que junto a sus diplom\u00e1ticas hicieron que los tlaxcaltecas se le enfeudasen. Pero tuvo entonces que volver a vencer sobre su ej\u00e9rcito, temeroso, que con gran esfuerzo hab\u00eda vencido a estos y albergaba razonables temores hacia ese pueblo mucho m\u00e1s poderoso, que esclavizaba y martirizaba a todos, los aztecas. Consigue Cort\u00e9s con su verbo y esp\u00edritu animarlos, y continuar, y recoger como aliada rumbo a M\u00e9xico a la muy valiosa a la sangre guerrera tlaxcalteca, que en ese momento se compuso de un ej\u00e9rcito de unos 100.000 hombres seg\u00fan estimaba Cort\u00e9s.<\/p>\n
Despu\u00e9s de pasar por Cholula, Cort\u00e9s llega a las puertas de Ciudad de M\u00e9xico, imperio al que no quer\u00eda hacer de enemigo. Despu\u00e9s de muchos intentos diplom\u00e1ticos, sacrificiales y de brujer\u00eda de Moctezuma, para que los espa\u00f1oles y sus aliados no llegaran hasta sus muros, finalmente el encuentro de los representantes de dos mundos ocurre el 8 de noviembre de 1519. Moctezuma no hab\u00eda empleado la fuerza para repelerlo, movido por los augurios, y acoge ben\u00e9volamente a los espa\u00f1oles, pero temiendo que el \u00e1nimo de este emperador se diese la vuelta, Cort\u00e9s lo encarcela en jaula de oro, usando como justificativa que ej\u00e9rcitos aliados del Moctezuma hab\u00edan atacado a los espa\u00f1oles en Veracruz. Moctezuma, movido por su libertad cercenada y por sus augurios, reconoce la soberan\u00eda del Emperador espa\u00f1ol.<\/p>\n
Una ma\u00f1ana, \u201cpor pasatiempo\u201d, Cort\u00e9s va de visita al Gran Teocalli, el principal templo pagano del imperio azteca, donde \u201cve los \u00eddolos y las trazas repugnantes del culto y sacrificio\u201d que all\u00ed se ejerc\u00eda, de sacrificios humanos y corazones extra\u00eddos a\u00fan palpitantes, ofrecidos especialmente al sanguinario dios Huichilobos. Sin pensar mucho en las consecuencias de lo que iba a hacer, la indignaci\u00f3n lo toma por entero, \u201cecha mano de una barra de hierro y, sin esperar siquiera a que hayan llegado los treinta o cuarenta espa\u00f1oles que ha mandado llamar, se abalanza sobre los \u00eddolos y los destroza, d\u00e1ndoles primero en lo alto de los ojos en presencia de los sacerdotes [mexicanos] espantados\u201d.<\/p>\n
\u201cTapia y sin duda tambi\u00e9n sus compa\u00f1eros presentes, le vieron entonces \u2018saltar sobrenatural\u2019, elevarse en el espacio tan alto como los \u00eddolos gigantescos que iba a desafiar y a destruir. Era en efecto sobrenatural y se elevaba m\u00e1s alto que s\u00ed mismo. (\u2026) As\u00ed ahora alzado hacia Dios por su fe, se elevaba sobrenatural. La marcha, que hab\u00eda comenzado unas semanas antes en las marismas de Veracruz, hacia lo alto, elev\u00e1ndose paso a paso, lucha a lucha, victoria a victoria, por los escalones gigantescos de la cordillera hasta la altiplanicie de la capital misteriosa y rec\u00f3ndita, ten\u00eda que terminar en la m\u00e1s alta de las ascensiones hasta aquella c\u00faspide del Teocalli m\u00e1s empinado donde Cort\u00e9s dio un golpe de barra hist\u00f3rico entre los ojos del feroz Uitchilipochtli. Aquel fue el momento culminante de la conquista, la hora en que el anhelo del hombre por alcanzar lo m\u00e1s alto triunfa sobre su querencia a contentarse con disfrutar de lo ya conseguido; la hora en que la ambici\u00f3n y el esfuerzo vencen al \u00e9xito, en que la fe vence a la raz\u00f3n\u201d, expresa bellamente De Madariaga. Destruidos los \u00eddolos, hizo colocar all\u00ed dos altares, uno con una imagen de la Virgen, y otro con una de San Crist\u00f3bal, que no hab\u00eda otra, pero que Dios quer\u00eda ah\u00ed, sabr\u00e1 \u00c9l por qu\u00e9.<\/p>\n
Muchos mexicanos, hartos con la debilidad de Moctezuma hacia los invasores, aprovecharon la indignaci\u00f3n fermentada y ahora acrecida por la destrucci\u00f3n de sus \u00eddolos, y empezaron a organizar la rebeli\u00f3n, decidiendo morir o matar a los de Cort\u00e9s. Tuvo por esos d\u00edas que salir Cort\u00e9s a enfrentar en Veracruz una expedici\u00f3n enviada por el gobernador de Cuba contra \u00e9l, liderada por P\u00e1nfilo de Narv\u00e1ez, victoria que alcanz\u00f3 m\u00e1s que todo con astucia, consiguiendo que los soldados de De Narv\u00e1ez pasasen a sus huestes. Hab\u00eda dejado en M\u00e9xico una guarnici\u00f3n, al mando de un valiente capit\u00e1n no muy diestro en diplomacia y al parecer \u00e1vido en oro que aceler\u00f3 la revoluci\u00f3n contra Espa\u00f1a.<\/p>\n
Los mexicanos hab\u00edan escogido otro jefe, Cuitlahuac, por lo que Moctezuma poco a poco pas\u00f3 a figura decorativa. Cuitlahuac empieza el asedio a las fuerzas de Cort\u00e9s, marcando su rebeli\u00f3n asestando un flechazo y golpes de lanzas y piedras a Moctezuma, que hab\u00eda intentado parlamentar para mediar, pero que tres d\u00edas despu\u00e9s de la saeta de Cuitlahuac \u201cfue bajando hasta la muerte\u201d, falleciendo con el sentido dolor de los espa\u00f1oles.<\/p>\n
Siendo las fuerzas mexicanas muy superiores, Cort\u00e9s \u2014que ya hab\u00eda unido sus huestes con las del capit\u00e1n Alvarado\u2014 debe huir por el camino m\u00e1s corto, el de Tacuba, donde las fuerzas espa\u00f1olas estuvieron a punto de perecer en lo que la historia conoce como la Noche Triste, la gran derrota de los espa\u00f1oles en M\u00e9xico. Regresa a Tlaxcala, temeroso de que estos indios se hubiesen volteado de partido, pero son recibidos con suma cordialidad y all\u00ed comienza a rehacer sus fuerzas. Se puede decir que la conquista de M\u00e9xico es tanto de Cort\u00e9s como de Tlaxcala. En Tlaxcala sin embargo, hubo de vencer<\/em> nuevamente a su ej\u00e9rcito, y volver a ganarse el prestigio entre estos indios, en batallas contra vecinos enemigos, aliados de los mexicas.<\/p>\n<\/p>\n
Los mexicas cre\u00edan que los espa\u00f1oles hab\u00edan huido de su capital para siempre y se dedicaron a atacar a los que los hab\u00edan auxiliado. Esto tambi\u00e9n ayud\u00f3 a Cort\u00e9s a preparar los \u00e1nimos de todos los enemigos de los mexicas para la re-conquista de Tenochtitlan, empresa que fue por dem\u00e1s ardua, donde se pele\u00f3 palmo a palmo, casa por casa y desde las terrazas, pero de alguna manera facilitada tambi\u00e9n porque ya se conoc\u00eda la estructura de Tenochtitlan, y por los bergantines que Cort\u00e9s hizo fabricar y trasladar en partes por numerosas leguas hasta la laguna mexicana que era en ese entonces la capital de M\u00e9xico. Al final, la decisi\u00f3n, el planeamiento y la persistencia triunfaron sobre la bravura de los mexicas.<\/p>\n
Triunfante, se revelan en toda su amplitud los dotes de estadista de Cort\u00e9s, que comienza a organizar la funci\u00f3n p\u00fablica a la manera de Espa\u00f1a. Pero ni siquiera ello sacia su \u00edmpetu, y un d\u00eda decidi\u00f3 descubrir el mar del Sur y llegar hasta las aguas que Balboa ya hab\u00eda divisado en Panam\u00e1, en latitudes m\u00e1s ecuatoriales. Un d\u00eda llega hasta escribirle al emperador para que apoyase una expedici\u00f3n a las Molucas, las verdaderas Indias\u2026 el mundo era peque\u00f1o para el \u00e1nimo de Cort\u00e9s.<\/p>\n
Pero ya la cristiandad hab\u00eda comenzado la decadencia iniciada con el humanismo, y regresado a Espa\u00f1a, aunque se le conceden honores y rentas haciendo realidad completa lo que un d\u00eda incr\u00e9dulo so\u00f1\u00f3, no fue considerada su persona sino de segundo plano en la Corte. H\u00e9roes de ese porte tal vez demasiado ya asustaban, incomodaban, a otros hombres que ya comenzaban a hacer de los placeres de esta vida el fin esp\u00fareo de su existencia terrenal.<\/p>\n
Entre tanto, y despu\u00e9s de cinco siglos de su gesta, y a\u00fan con sus sombras, resta privilegiada en la retina y en la mente la gran figura de Hern\u00e1n Cort\u00e9s, en la que por donde se profundice, se termina constatando que la realidad bien supera el mito\u2026<\/p>\n
Por Sa\u00fal Castiblanco<\/em><\/p>\n___<\/p>\n
1) Todas las citas de esta nota son tomadas de: De Madariaga, Salvador. Hern\u00e1n Cort\u00e9s. 2da Ed. Espasa-Calpe S.A. Madrid. 1977.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Cort\u00e9s, el de la quema de sus naves, el de la destrucci\u00f3n de los \u00eddolos, el creador de un nuevo imperio. Redacci\u00f3n (30\/10\/2024 14:01, Gaudium Press) Azuzado por el anacr\u00f3nico pedido de disculpas y desplante a Espa\u00f1a, hechos por la nueva jefe de Estado mexicana con ocasi\u00f3n de su ascensi\u00f3n al poder, y tras ver… Ver art\u00edculo<\/a>","protected":false},"author":8,"featured_media":178717,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":[],"categories":[5],"tags":[10084,9971,155],"acf":[],"featured_image_src":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-content\/uploads\/2024\/10\/5-2.jpg","newsletter_img":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-content\/uploads\/2024\/10\/5-2-aspect-ratio-570-300.jpg","newsletter_date":"20241030","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/178712"}],"collection":[{"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/8"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=178712"}],"version-history":[{"count":5,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/178712\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":178731,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/178712\/revisions\/178731"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/media\/178717"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=178712"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=178712"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=178712"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}