{"id":178817,"date":"2024-11-01T10:36:34","date_gmt":"2024-11-01T15:36:34","guid":{"rendered":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/?p=178817"},"modified":"2024-11-01T11:09:26","modified_gmt":"2024-11-01T16:09:26","slug":"que-todos-sean-uno","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/content\/que-todos-sean-uno\/","title":{"rendered":"\u201cQue todos sean uno\u201d"},"content":{"rendered":"
\u201c\u2026hay quienes promueven celebraciones comunes mientras ven con ojos cr\u00edticos la devoci\u00f3n privada\u2026\u201d <\/em><\/p>\n <\/p>\n Redacci\u00f3n (<\/strong>01\/11\/2024 10:28<\/strong>, <\/strong>Gaudium Press<\/strong><\/a>)<\/strong> Para llegar a una r\u00e1pida conclusi\u00f3n en un art\u00edculo que tiene que ser corto, suele ser \u00fatil un pre\u00e1mbulo algo amplio. Vamos a ello.<\/p>\n Cuando se trata de optar entre algo antiguo y algo nuevo, hay una tendencia latente en las personas a posicionarse a priori<\/em> por una cosa o por otra, sin mayor reflexi\u00f3n. En un primer golpe de vista, unos aprecian lo antiguo como algo que ya dio pruebas de val\u00eda o, entonces, lo descartan como cosa superada. Otros se inclinan a lo nuevo por lo que conlleva de aire fresco, o lo rechazan por pusilanimidad o por cualquier otra raz\u00f3n. Pero una reflexi\u00f3n prudente no puede contentarse con la primera corazonada. Por otro lado, hay slogans que etiquetan capciosamente las situaciones, condicionando la opci\u00f3n. Por ejemplo: \u201clo viejo pas\u00f3 de moda\u201d o \u201clo nuevo es moderno\u201d; imprecisiones\u2026<\/p>\n Va tomando vigencia en ciertos ambientes de nuestra Iglesia una idea que contrapone la devoci\u00f3n individual a la celebraci\u00f3n comunitaria. La devoci\u00f3n individual \u2013 \u201cindividualista\u201d llegan a decir algunos para hacer la noci\u00f3n m\u00e1s antip\u00e1tica \u2013 ser\u00eda anticuada y hasta da\u00f1osa. En cambio, la celebraci\u00f3n comunitaria corresponder\u00eda la forma ideal del culto debido a Dios, en la que hay que apostar y promover, muy por encima de la oraci\u00f3n personal. Esta noci\u00f3n enunciada as\u00ed, es discutible, ya que la devoci\u00f3n individual y la celebraci\u00f3n comunitaria son ambas excelentes y, adem\u00e1s, se complementan. En la vida cristiana van de manos dadas, cada una tiene su lugar y su momento.<\/p>\n Convengamos en que otrora hubo excesos \u201cindividualistas\u201d, pero tambi\u00e9n en que la idea \u201ccomunitaria\u201d sufre actualmente una hipertrofia en desmedro de una leg\u00edtima religiosidad personal. En todo caso, es una injusticia equiparar la dimensi\u00f3n individual con ego\u00edsmo, narcisismo, subjetivismo, etc.<\/p>\n An\u00e1loga cr\u00edtica injusta est\u00e1 subyacente cuando los \u201cprofetas\u201d del comunitarismo, llam\u00e9moslos as\u00ed, oponen la oraci\u00f3n oficial de la Iglesia a la oraci\u00f3n privada. La Misa o la Liturgia de las Horas son actos lit\u00fargicos oficiales, y, a ese t\u00edtulo, superiores al rezo silencioso ante el Sagrario o a la recitaci\u00f3n del Rosario. Pero una cosa no quita la otra \u00bfPor qu\u00e9 establecer una antinomia entre lo oficial y lo privado? Es necesario, pues, deshacer estos equ\u00edvocos.<\/p>\n Un rico tesoro acumulado que no puede ser despreciado<\/strong><\/p>\n Reflexionando sobre el culto eucar\u00edstico, nuestro tema de siempre, se ve que \u00e9ste floreci\u00f3 en d\u00edas pasados \u2013 tanto en el marco lit\u00fargico como en el privado, en individuos y en grupos \u2013, en m\u00faltiples expresiones, muchas de las cuales tienen siempre vigencia: Citemos las principales: Misas dominicales, procesiones de Corpus, Cuarenta Horas, Cofrad\u00edas y Hermandades eucar\u00edsticas, Congresos Eucar\u00edsticos diocesanos, nacionales e internacionales, bendiciones con el Sant\u00edsimo, Horas Santas, Jueves Eucar\u00edsticos, adoraci\u00f3n reparadora, adoraci\u00f3n nocturna, diaria o perpetua, comuni\u00f3n de los enfermos, el Vi\u00e1tico llevado a los moribundos, la pr\u00e1ctica de la comuni\u00f3n espiritual, etc. \u00a1Cu\u00e1ntos tesoros!<\/p>\n Hoy, al soplo de esa susodicha man\u00eda comunitaria mal concebida, hay quienes promueven celebraciones comunes mientras ven con ojos cr\u00edticos la devoci\u00f3n privada, como si el deseo de lograr la propia santificaci\u00f3n y de alcanzar el cielo fuese algo ego\u00edsta o mezquino. Lo cierto es que la p\u00e9rdida progresiva de la religiosidad individual (no estamos hablando de misantrop\u00eda ni de una emoci\u00f3n sentimental pasajera) concurri\u00f3 para debilitar el vigor de la plegaria com\u00fan, tanto en los templos como en las familias \u00bfQui\u00e9n no ve eso?<\/p>\n En nuestros d\u00edas, los cat\u00f3licos acuden demasiado poco a las Misas de precepto. Para corregir ese mal, se subraya la importancia de reunirse \u201cen asamblea\u201d, pero no siempre se explica el valor intr\u00ednseco de la Misa \u2013 sacrificio incruento, presencia real, alimento sanador \u2013 que vale infinitamente m\u00e1s que el hecho de confraternizar juntos. Algo claudica en tal empe\u00f1o\u2026<\/p>\n Digamos una perogrullada en la que estaremos todos de acuerdo: una comunidad se compone de individuos. La Iglesia es integrada por miembros varios que forman un solo cuerpo, pero que no se ahogan en un magma impersonal \u00a1Pueblo y masa son cosas muy diferentes! Para que haya orden y armon\u00eda en un cuerpo, se necesitan componentes desiguales y solidarios.<\/p>\n Estas consideraciones \u2013bastante elementales, por cierto\u2013, quieren oponer una barrera a un prurito enfermizo que existe por ah\u00ed de reducir la instituci\u00f3n eclesial a una especie de comunidad democr\u00e1tica, donde se contesta su car\u00e1cter jer\u00e1rquico y se sofoca la riqueza de los carismas de los fieles. Quien escribe estas l\u00edneas conoci\u00f3 un escenario de esta \u00edndole como misionero en un Vicariato Apost\u00f3lico de la Amazon\u00eda; ver para creer\u2026<\/p>\n La Constituci\u00f3n Lumen Gentium<\/em> del Concilio Vaticano II recoge una ense\u00f1anza multisecular: en la Iglesia, unos ense\u00f1an, santifican y gobiernan (cabe esto inmediatamente a los cl\u00e9rigos), mientras otros son ense\u00f1ados, santificados y gobernados. Esta distinci\u00f3n b\u00e1sica no tiene nada de arbitrario o de atentatorio contra la dignidad de nadie. Pero, lastimosamente, muchos no piensan as\u00ed; son las \u201cetiquetas\u201d que conducen al error de que habl\u00e1bamos al inicio. S\u00ed, en la Iglesia hay muchas moradas llamadas a convivir cordialmente. Y la Eucarist\u00eda nos da precisamente esa pauta al ser \u201csacramento de piedad, se\u00f1al de unidad y v\u00ednculo de caridad\u201d, en el decir de San Agust\u00edn.<\/p>\n Cuid\u00e9monos de las ri\u00f1as est\u00e9riles profesando la verdadera fe con integridad, es decir, sin que falte o sobre nada; ni agregados ni recortes. Dejemos de lado el dilema \u201cindividuo-comunidad\u201d armonizando ambas realidades y busquemos el ideal de unidad se\u00f1alado por Nuestro Se\u00f1or en el Cen\u00e1culo en su oraci\u00f3n al Padre: \u201cQue todos sean uno, como t\u00fa, Padre, est\u00e1s en m\u00ed, e yo em ti. Que ellos est\u00e9n en nosotros, a fin de que el mundo crea que t\u00fa me enviaste.\u201d (Jo 17,21).<\/p>\n El tejido social de cualquier colectividad, sea espiritual o civil, est\u00e1 en orden cuando cada uno asume sus responsabilidades y son respetados los derechos de todos, especialmente un derecho esencial: la libertad de conocer, amar y servir a Dios y a los hermanos, y de gozar de una eternidad feliz.<\/p>\n Por el P. Rafael Ibarguren, EP<\/em><\/p>\n (Publicado originalmente en www.opera-eucharistica.org)<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"\u201c\u2026hay quienes promueven celebraciones comunes mientras ven con ojos cr\u00edticos la devoci\u00f3n privada\u2026\u201d Redacci\u00f3n (01\/11\/2024 10:28, Gaudium Press) Para llegar a una r\u00e1pida conclusi\u00f3n en un art\u00edculo que tiene que ser corto, suele ser \u00fatil un pre\u00e1mbulo algo amplio. Vamos a ello. 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