{"id":179903,"date":"2024-11-29T16:57:18","date_gmt":"2024-11-29T21:57:18","guid":{"rendered":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/?p=179903"},"modified":"2024-11-29T16:57:18","modified_gmt":"2024-11-29T21:57:18","slug":"y-el-verbo-se-hizo-pan","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/content\/y-el-verbo-se-hizo-pan\/","title":{"rendered":"Y el Verbo se hizo \u201cpan\u201d"},"content":{"rendered":"
El nacimiento de Jes\u00fas en la gruta de Bel\u00e9n se insiere en una secuencia que tiene su origen y su fin en la eternidad\u2026 <\/em><\/p>\n <\/p>\n Redacci\u00f3n (<\/strong>29\/11\/2024 16:51<\/strong>, <\/strong>Gaudium Press<\/strong><\/a>)<\/strong> Antes que nada, una aclaraci\u00f3n sobre el t\u00edtulo. La palabra pan est\u00e1 entre comillas porque la realidad teol\u00f3gica es que en la Eucarist\u00eda el Verbo no se hace pan, sino que, precisamente, sucede lo contrario: es el pan que se transubstancia en el Verbo\u2026 aunque manteniendo la figura de pan. Es a ese t\u00edtulo que decimos que \u201cel Verbo se hizo pan\u201d. Esta explicaci\u00f3n se impone pues no quisi\u00e9ramos jam\u00e1s inducir a un error que vulnerar\u00eda medularmente lo que es la Eucarist\u00eda.<\/p>\n ***<\/p>\n El nacimiento de Jes\u00fas en la gruta de Bel\u00e9n se insiere en una secuencia que tiene su origen y su fin en la eternidad\u2026 \u00a1que no tiene ni origen ni fin! En el tiempo, situamos a la Navidad entre la Encarnaci\u00f3n de Jes\u00fas por obra del Esp\u00edritu Santo en las pur\u00edsimas entra\u00f1as de Mar\u00eda, la Virgen de Nazareth, y lo que es su posterior vida, pasi\u00f3n, muerte, resurrecci\u00f3n y ascensi\u00f3n al cielo.<\/p>\n Quiz\u00e1s una de las aproximaciones m\u00e1s inspiradas de lo que se llama el Misterio Pascual sea el Pr\u00f3logo del Evangelio de San Juan (Jn, 1, 1-18). Pero\u2026 \u00bfqu\u00e9 es propiamente el Misterio Pascual? En sentido estricto, son los tres acontecimientos redentores: muerte y resurrecci\u00f3n de Cristo, y env\u00edo del Par\u00e1clito. En un sentido amplio, el t\u00e9rmino \u201cMisterio Pascual\u201d apunta al misterio salv\u00edfico como un todo.<\/p>\n El inicio del cuarto Evangelio da una s\u00edntesis simple y esplendorosa de la obra salvadora. Adentr\u00e9monos en la riqueza de este texto sagrado, ser\u00e1 una meditaci\u00f3n propia a los tiempos de Adviento y Navidad, en este conturbado mes de diciembre, tan insensible al sentido de estas festividades:<\/p>\n 1 En el principio exist\u00eda el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. 2 \u00c9l estaba en el principio junto a Dios.3 Por medio de \u00e9l se hizo todo, y sin \u00e9l no se hizo nada de cuanto se ha hecho. 4 En \u00e9l estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibi\u00f3.<\/p>\n 6 Surgi\u00f3 un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: 7 este ven\u00eda como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de \u00e9l. 8 No era \u00e9l la luz, sino el que daba testimonio de la luz. 9 El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. 10 En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de \u00e9l, y el mundo no lo conoci\u00f3. 11 Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. 12 Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. 13 Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de var\u00f3n, sino que han nacido de Dios.<\/p>\n 14 Y el Verbo se hizo carne y habit\u00f3 entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unig\u00e9nito del Padre, lleno de gracia y de verdad. 15 Juan da testimonio de \u00e9l y grita diciendo: \u00abEste es de quien dije: El que viene detr\u00e1s de m\u00ed se ha puesto delante de m\u00ed, porque exist\u00eda antes que yo\u00bb. 16 Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. 17 Porque la ley se dio por medio de Mois\u00e9s, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo. 18 A Dios nadie lo ha visto jam\u00e1s: Dios unig\u00e9nito, que est\u00e1 en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer. Fin de citaci\u00f3n.<\/p>\n \u201cY el Verbo se hizo carne y habit\u00f3 entre nosotros\u201d. Esta frase es la cumbre del Pr\u00f3logo del Evangelio de San Juan y de la misma fe cristiana. As\u00ed, nada es m\u00e1s apropiado que en las fechas navide\u00f1as adoremos al Ni\u00f1o que viene a salvarnos, al Emanuel, al Dios con nosotros.<\/p>\n \u201cDios con nosotros\u201d es una locuci\u00f3n que nos conduce, imperceptible y casi necesariamente, a la Eucarist\u00eda, presencia real y permanente de ese Dios que no solo estuvo entre nosotros los 33 a\u00f1os de su vida mortal, m\u00e1s que se qued\u00f3 en el Sacramento del Altar, velando su divinidad y su humanidad. Pero la fe substituye con ventaja a los sentidos, a todo lo que no vemos ni palpamos.<\/p>\n La Eucarist\u00eda abarca todos los tiempos<\/strong><\/p>\n Consideremos que la Eucarist\u00eda, imaginada desde siempre por un eterno y sapiencial designio divino, abarca todos los tiempos.<\/p>\n En el Antiguo Testamento, la vemos como prefigura en diversos signos entre los cuales se destaca el Cordero Pascual.<\/p>\n En el Nuevo Testamento, la advertimos en tres ocasiones distintas: 1) Cuando Jes\u00fas la anuncia en la sinagoga de Cafarna\u00fam, es el relato recogido en el cap\u00edtulo sexto del Evangelio de San Juan; 2) cuando es instituida en el Cen\u00e1culo, la v\u00edspera de la Pasi\u00f3n, al comer la Pascua; y 3) cuando es celebrada por los primeros cristianos despu\u00e9s de la Resurrecci\u00f3n, seg\u00fan se narra en los Hechos de los Ap\u00f3stoles. Y en los veinte siglos que llevamos de cristianismo, el culto eucar\u00edstico es una realidad permanente y necesaria, puesto que la Iglesia vive de la Eucarist\u00eda.<\/p>\n En relaci\u00f3n al Sant\u00edsimo podr\u00edamos adaptar la f\u00f3rmula de San Juan \u201cEl Verbo se hizo carne y habit\u00f3 entre nosotros\u201d, diciendo otra cosa tambi\u00e9n v\u00e1lida: \u201cEl Verbo se hizo pan para habitar dentro de nosotros\u201d para alimentarnos y divinizarnos.<\/p>\n Contemplando el misterio navide\u00f1o, imaginemos la gruta de Bel\u00e9n como un sagrario, el pesebre como un altar, y los brazos de Mar\u00eda como un ostensorio donde adoran al Ni\u00f1o los \u00e1ngeles, los pastores y los magos.<\/p>\n Concluyamos con algo que puede parecer un exabrupto; es un desahogo o, m\u00e1s bien, una profesi\u00f3n de fe: La crisis omn\u00edmoda y creciente que atraviesa la humanidad no se arregla con meras negociaciones diplom\u00e1ticas, mucho menos con guerras interminables. Tampoco por el ingenio de alg\u00fan profeta salvador que aparezca prometiendo paz, salud y bienestar \u00a1que los hay\u2026 y los habr\u00e1! Sin descuidar otras iniciativas necesarias y oportunas, la crisis se resuelve sobre todo de rodillas ante el Sant\u00edsimo Sacramento. Y si los gobernantes no lo hacen \u2013 no parece que lo har\u00e1n\u2026 — bien pueden hacerlo los gobernados, los cat\u00f3licos, \u00a1los adoradores!<\/p>\n Por el P. Rafael Ibarguren EP.<\/em><\/p>\n (Publicado originalmente en www.opera-eucharisti.org)<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"El nacimiento de Jes\u00fas en la gruta de Bel\u00e9n se insiere en una secuencia que tiene su origen y su fin en la eternidad\u2026 Redacci\u00f3n (29\/11\/2024 16:51, Gaudium Press) Antes que nada, una aclaraci\u00f3n sobre el t\u00edtulo. 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