{"id":181404,"date":"2025-01-10T12:42:09","date_gmt":"2025-01-10T17:42:09","guid":{"rendered":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/?p=181404"},"modified":"2025-01-10T12:42:09","modified_gmt":"2025-01-10T17:42:09","slug":"la-solucion-a-la-crisis-viene-de-lo-alto","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/content\/la-solucion-a-la-crisis-viene-de-lo-alto\/","title":{"rendered":"La soluci\u00f3n a la crisis viene de lo alto"},"content":{"rendered":"
Existe una profunda crisis mundial. El ansia loca de \u00e9xito trae m\u00e1s frustraci\u00f3n que felicidad. \u00bfD\u00f3nde encontrar una soluci\u00f3n?<\/em><\/p>\n <\/p>\n Redacci\u00f3n (<\/strong>10\/01\/2025 12:35<\/strong>, <\/strong>Gaudium Press<\/strong><\/a>)<\/strong> Es imposible cerrar los ojos a la creciente crisis que asola el mundo.<\/strong> En todas partes nos enfrentamos a crisis econ\u00f3micas, sociales, pol\u00edticas, militares\u2026 No obstante, como demuestra el Prof. Plinio Corr\u00eaa de Oliveira<\/strong> en su obra Revoluci\u00f3n y Contra-Revoluci\u00f3n<\/em>, la mayor de todas las crisis contempor\u00e1neas es la del hombre.<\/strong><\/p>\n Al contrario de lo que pueda parecer, el problema no es reciente<\/strong>. M\u00e1s bien, existe desde la primigenia transgresi\u00f3n de Ad\u00e1n y Eva<\/strong>. Bajo la pretensi\u00f3n de ser \u00abcomo dioses\u00bb (G\u00e9n 3, 5), se desviaron del Creador al o\u00edr a la serpiente y probar el fruto prohibido, la ra\u00edz del pecado original y, en consecuencia, de todos los pecados.<\/p>\n A partir de entonces, la humanidad ha atravesado diversas crisis<\/strong>, como narran las Escrituras. Entre ellas, mencionemos \u00fanicamente el fracaso de la torre de Babel, que dispers\u00f3 a sus habitantes y confundi\u00f3 el lenguaje de los hombres. Ese edificio simbolizaba la soberbia humana de querer alcanzar el cielo sin el auxilio divino.<\/p>\n El advenimiento del Mes\u00edas deb\u00eda ser la soluci\u00f3n a todas las crisis. Sin embargo, el Redentor no vendr\u00eda a satisfacer los anhelos nacionalistas de los fariseos<\/strong>, es decir, a hacer de ellos \u00abdioses\u00bb y a erguirlos como una \u00abtorre\u00bb sobre los gentiles. Por el contrario, el Ungido se encarnar\u00eda ante todo para rescatar a la humanidad de aquel abismo original<\/strong>. De hecho, se vaciar\u00eda de s\u00ed mismo para ser \u00abtraspasado por nuestras rebeliones\u00bb (Is 53, 5) y sanar as\u00ed nuestras enfermedades.<\/p>\n Su precios\u00edsima sangre habr\u00eda bastado para la Redenci\u00f3n, pero el Salvador quiso la colaboraci\u00f3n humana<\/strong>, conforme lo anunci\u00f3 San Pablo: \u00abCompleto en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia\u00bb (Col\u00a01, 24). Ahora bien, ese \u00abcompletar\u00bb se da sobre todo mediante actos de vida interior: la expiaci\u00f3n, la meditaci\u00f3n y<\/strong>, en particular, la oraci\u00f3n<\/strong>, esto es, la elevaci\u00f3n<\/em> del alma a Dios.<\/p>\n En este sentido, si Ad\u00e1n y Eva hubieran recurrido a Dios durante la tentaci\u00f3n, no habr\u00edan pecado. Lo mismo podr\u00eda decirse<\/strong> de los constructores de la imp\u00eda Babel, de los fariseos y del propio Judas<\/strong>, llamado a ser una columna de la primitiva Iglesia.<\/p>\n Con el paso de los siglos, las diversas revoluciones agravaron la cat\u00e1strofe original debido al progresivo distanciamiento del Creador<\/strong>. Se sucedieron movimientos de creciente secularismo, laicismo, anticlericalismo, ate\u00edsmo, etc., que evocaban la soluci\u00f3n de toda crisis en el propio hombre o en las actividades meramente terrenas.<\/p>\n Como nos ense\u00f1an los ejemplos del pasado, la soluci\u00f3n a la crisis hodierna no est\u00e1 en buscar \u00abfrutos\u00bb en los placeres<\/strong>, como propugnan los hedonistas. Tampoco<\/strong>, en cambiar el lenguaje, a la manera bab\u00e9lica, con el objetivo de contentar a todos y lograr as\u00ed una paz aparente. Mucho menos, en confiar en una \u00abbolsa de valores\u00bb<\/strong>, como pretend\u00eda Judas cuando traicion\u00f3 al Salvador \u2014y a su propia vocaci\u00f3n\u2014 por treinta monedas.<\/p>\n A\u00fan hoy, el demonio sigue<\/strong> reinvent\u00e1ndose, prometiendo falsas soluciones<\/strong> o m\u00e9todos f\u00e1ciles para superar la crisis de la humanidad \u2014por ejemplo, a trav\u00e9s de una supuesta \u00abautoayuda\u00bb. En realidad, los mortales necesitan la ayuda<\/strong> que viene de lo alto<\/em>, es decir, del Alt\u00edsimo<\/strong>. S\u00f3lo as\u00ed podr\u00e1n superar la crisis de esa imagen de Dios que es el hombre<\/strong>. En suma, \u00fanicamente habr\u00e1 soluci\u00f3n cuando elevemos nuestras oraciones al Se\u00f1or<\/strong> y \u00c9l incline su \u00abcielo\u00bb y descienda sobre nosotros (cf. Sal 143, 5).\u00a0<\/strong><\/p>\n (Editorial, Rev. Heraldos del Evangelio n. 277, enero 2025).<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Existe una profunda crisis mundial. El ansia loca de \u00e9xito trae m\u00e1s frustraci\u00f3n que felicidad. \u00bfD\u00f3nde encontrar una soluci\u00f3n? Redacci\u00f3n (10\/01\/2025 12:35, Gaudium Press) Es imposible cerrar los ojos a la creciente crisis que asola el mundo. 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