{"id":183687,"date":"2025-02-27T09:04:00","date_gmt":"2025-02-27T14:04:00","guid":{"rendered":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/?p=183687"},"modified":"2025-02-27T09:28:57","modified_gmt":"2025-02-27T14:28:57","slug":"san-gabriel-de-la-dolorosa-no-quiso-brillar-en-el-mundo-para-brillar-en-la-eternidad","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/content\/san-gabriel-de-la-dolorosa-no-quiso-brillar-en-el-mundo-para-brillar-en-la-eternidad\/","title":{"rendered":"San Gabriel de la Dolorosa, no quiso brillar en el mundo para brillar en la eternidad"},"content":{"rendered":"
Era un adolescente con todos los dones. Los ecos de los elogios del mundo llegaban constantes a sus o\u00eddos. Pero Dios lo quer\u00eda para s\u00ed.<\/i><\/p>\n
<\/p>\n
Redacci\u00f3n (27\/02\/2024, <\/b><\/span>Gaudium Press<\/b><\/span><\/a><\/u>)<\/b><\/span> Era el 22 de agosto de <\/span>1856, <\/span>octava de la Asunci\u00f3n de la Virgen<\/span>.<\/span><\/p>\n Un cuadro de la Madre de Dios, conocido como la <\/span>Madonna del Duomo<\/i><\/span> (Virgen de la Catedral) o la Sacra Icona<\/em> (Sagrada Imagen), <\/span>era <\/span>retirado de su relicario para ser llevado por las calles, en procesi\u00f3n. <\/span><\/p>\n Entre la multitud de fieles, <\/span>hab\u00eda<\/span> un joven de porte distinguido y jovial. <\/span>Cuando el chico ve la imagen, oye la voz en su interior<\/span>: \u201cFrancisco, \u00bfqu\u00e9 est\u00e1s haciendo en el mundo? T\u00fa no est\u00e1s hecho para el mundo. Sigue tu vocaci\u00f3n\u201d. <\/span>Eso lo decidi\u00f3. F<\/span>ue el estop\u00edn de una carrera que termin\u00f3 en el cielo, <\/span>de uno de los grandes santos del siglo XIX: San Gabriel de la Virgen Dolorosa, conocido como \u201cel santo de los j\u00f3venes, de los milagros y de la sonrisa\u201d.<\/span><\/p>\n Vivaz, amable y lleno de afecto<\/span><\/b><\/p>\n Naci\u00f3 el 1 de marzo de 1838 en As\u00eds y fue bautizado ese mismo d\u00eda con el nombre de Francisco, en honor al <\/span>fundador de los Franciscanos<\/span>; era el und\u00e9cimo hijo de una familia de trece hermanos.<\/span><\/p>\n Su padre, el abogado Sante Possenti, ejerc\u00eda en aquel tiempo el cargo de alcalde. La madre, Angese Frisciotti, noble, muri\u00f3 cuando el muchacho ten\u00eda tan s\u00f3lo cuatro a\u00f1os. <\/span>Su temperamento era ind\u00f3mito y tendiente a la ira; cuando era contrariado sus ojos oscuros brillaban, golpeaba el suelo con sus pies de forma en\u00e9rgica.<\/span><\/p>\n Ten\u00eda tres a\u00f1os de edad cuando su familia se mud\u00f3 a Spoleto, donde transcurrieron su infancia y adolescencia. <\/span>C<\/span>ar\u00e1cter vivaz, lleno de afecto, amable, de palabra f\u00e1cil y repleta de gracia, voz sonora y mirada penetrante, <\/span>su director espiritual dec\u00eda de \u00e9l: \u201c<\/span>Reun\u00eda tantos dotes que dif\u00edcilmente pod\u00edamos encontrarlos en una sola persona. Era verdaderamente bello de alma y de cuerpo\u201d.<\/span><\/p>\n Como la caza era su distracci\u00f3n favorita <\/span>de adolescencia<\/span>, recibi\u00f3 al a\u00f1o, como regalo de Navidad, una bonita escopeta\u2026 que no dejar\u00eda de ocasionarle sobresaltos y preocupaciones a su progenitor.<\/span><\/p>\n A los 13 a\u00f1os empez\u00f3 a ir al colegio de los jesuitas, donde destacaba sobre todos sus compa\u00f1eros. \u201cEra el preferido para declamar en las veladas acad\u00e9micas. [\u2026] Todos le quieren, todo le sonr\u00ede, todo resulta a medida de sus deseos\u2026 Su mayor gusto era lucirse en los saraos, veladas y teatros\u201d.<\/span><\/p>\n El baile tambi\u00e9n constitu\u00eda un gran motivo de atracci\u00f3n para \u00e9l. Bailaba con tal habilidad que se hizo conocido con el apodo de <\/span>il ballerino<\/i><\/span>, y como tal animaba los salones m\u00e1s cotizados de la ciudad.<\/span><\/p>\n Un cilicio bajo las elegantes ropas<\/span><\/b><\/p>\n Sin embargo, el joven Francisco profesaba en su interior una fe pura y sincera. \u201cNo se acercaba nunca a los Sacramentos sin mostrar los sentimientos de fe y de religioso respeto de los cuales estaba lleno\u201d, declar\u00f3 uno de sus m\u00e1s \u00edntimos amigos de esa \u00e9poca. \u201c\u00a1Cu\u00e1ntas veces no le he visto con las manos juntas, los ojos h\u00famedos por las l\u00e1grimas y como sumido en profundos pensamientos!\u201d. Sobre todo, nadie pod\u00eda imaginarse que aquel joven aplaudido y aprobado por todos llevaba, bajo sus elegantes y lujosas ropas, un rudo cilicio de cuero claveteado con agudas puntas de hierro. En el vaiv\u00e9n superficial de los acontecimientos, el anhelo de seguir alg\u00fan d\u00eda el camino de la vida religiosa comenzaba a despuntar en su alma. Le faltaban a\u00fan algunos lances decisivos para dar el \u00faltimo adi\u00f3s al mundo.<\/span><\/p>\n Ardua renuncia, hecha con alegr\u00eda<\/span><\/b><\/p>\n Despu\u00e9s de morir <\/span>su madre, su hermana mayor, Mar\u00eda Luisa, fue para \u00e9l uno de sus principales apoyos. Era muy hermosa y encontr\u00e1ndose ella en la flor de la vida irrumpi\u00f3 en Spoleto una asoladora epidemia de c\u00f3lera, de la que fue la primera v\u00edctima\u2026 La muerte de la joven, ocurrida en el a\u00f1o 1855, caus\u00f3 en Francisco el impacto de un rayo.<\/span><\/p>\n De eso se sirvi\u00f3 la Providencia para abrirle los ojos sobre su vocaci\u00f3n. Poco despu\u00e9s de su fallecimiento, le expuso a su padre la resoluci\u00f3n de ingresar en un convento.<\/span><\/p>\n Sin embargo, \u00e9ste recus\u00f3 su autorizaci\u00f3n, temiendo que tal deseo fuera el fruto ef\u00edmero de un momento de dolor. Recelo, en apariencia, confirmado con el transcurrir del tiempo, pues las atracciones del mundo empezaron a ahogar de nuevo aquel anhelo interior\u2026 \u201c\u00bfPod\u00eda yo -escrib\u00eda a uno de sus amigos- disfrutar de m\u00e1s placeres y diversiones? \u00bfY qu\u00e9 queda ahora de ello? Nada m\u00e1s que penas, temores y turbaciones\u201d.<\/span><\/p>\n En esta situaci\u00f3n fue cuando vino a darse el crucial encuentro con la <\/span>Sacra Icona<\/i><\/span>, gracias a la cual el obstinado joven decidi\u00f3 abrazar para siempre la vida religiosa.<\/span><\/p>\n Pocos d\u00edas despu\u00e9s de este episodio, el 5 de septiembre, la m\u00e1s selecta sociedad de Spoleto se reun\u00eda en el sal\u00f3n de actos del Liceo de los jesuitas para asistir a la distribuci\u00f3n de los premios de fin de curso. Como presidente de la Academia Literaria, Francisco ocupaba en el sal\u00f3n un lugar destacado.<\/span><\/p>\n Cuando lleg\u00f3 la hora de subir al escenario, los presentes prorrumpieron en exclamaciones de entusiasmo al ver a un adolescente de dieciocho a\u00f1os presentarse con tanta elegancia y distinci\u00f3n. \u201cAquel timbre de voz, aquella sonoridad, aquella vocalizaci\u00f3n y, sobre todo, aquella gracia de expresi\u00f3n y de gesto, electrizaba y sacud\u00eda los corazones m\u00e1s ap\u00e1ticos\u201d. Concluido el discurso, todos deseaban felicitarle, aclamarle, saludarle, y \u00e9l respond\u00eda con su habitual sonrisa.<\/span><\/p>\n La decisi\u00f3n, no obstante, ya estaba tomada. Al d\u00eda siguiente, partir\u00eda para un cambio de vida definitivo. Con tan s\u00f3lo 18 a\u00f1os cambi\u00f3 un brillante porvenir por una vida de renuncia y recogimiento. Es verdad que daba un paso arduo, pero con el coraz\u00f3n inundado de alegr\u00eda.<\/span><\/p>\n Pasionista para siempre<\/span><\/b><\/p>\n A la ma\u00f1ana siguiente, Francisco sali\u00f3 contento de Spoleto camino a Loreto, donde se volvi\u00f3 habitual en el c\u00e9lebre santuario <\/span>de la Casa de la Virgen<\/span>.<\/span><\/p>\n De all\u00ed se dirigi\u00f3 a Morrovalle para comenzar el noviciado pasionista. <\/span><\/p>\n El cambio de nombre a Gabriel de la Virgen Dolorosa marc\u00f3 la muerte de la vida pasada y el inicio de la caminata en las v\u00edas de la perfecci\u00f3n.<\/span><\/p>\n N<\/span>o pensemos que la adaptaci\u00f3n a la austera vida religiosa fue f\u00e1cil para aquel joven de vida acomodada. Acostumbrado a la buena comida, \u201clos toscos alimentos del pobre convento pasionista le causaban una repugnancia invencible. A pesar de las protestas de su naturaleza insist\u00eda en comer, hasta que los superiores, compadecidos, le permitieron temporalmente alg\u00fan alivio\u201d. Lo mismo pasaba con otros aspectos de observancia de la disciplina, pero \u00e9l hac\u00eda hincapi\u00e9 en cumplir eximiamente los horarios y obligaciones del noviciado, por mucho esfuerzo que eso le supusiera, dada su delicada complexi\u00f3n.<\/span><\/p>\n Amor a la Pasi\u00f3n de Cristo y a Mar\u00eda Sant\u00edsima<\/span><\/b><\/p>\n A esta devoci\u00f3n caracter\u00edstica de la congregaci\u00f3n en la que hab\u00eda ingresado, no obstante, se un\u00eda un amor \u201centusiasta, ingenioso, encendido a la Sant\u00edsima Virgen\u201d. Su famoso <\/span>Credo di Maria<\/i><\/span> nos revela el encanto de esta alma apasionada por la Madre de Dios: \u201cCreo, \u00a1oh Mar\u00eda!, [\u2026] que sois la Madre de todos los hombres. [\u2026] Creo que no hay otro nombre, fuera del de Jes\u00fas, tan rebosante de gracia, esperanza y suavidad para los que lo invocan. [\u2026] Creo que los que se apoyan en Vos no caer\u00e1n en pecado, y que los que os honran, alcanzar\u00e1n la vida eterna. [\u2026] Creo que vuestra belleza ahuyentaba todo movimiento de impureza e inspiraba pensamientos castos\u201d.<\/span><\/p>\n Corta existencia, marcada por actos heroicos<\/span><\/b><\/p>\n Su corta existencia estuvo marcada de actos admirables, pues todo <\/span>buscaba practicarlo<\/span> con esp\u00edritu de entera elevaci\u00f3n y sublimidad: \u201cNuestra perfecci\u00f3n no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer bien lo ordinario\u201d, acostumbra a decir.<\/span><\/p>\n Despu\u00e9s de un a\u00f1o y medio de noviciado, en febrero de 1858 Gabriel inici\u00f3 sus estudios para el sacerdocio, pasando a residir finalmente en el convento de Isola del Gran Sasso, donde vendr\u00eda a fallecer.<\/span><\/p>\n El 25 de mayo de 1861, recibi\u00f3 las \u00f3rdenes menores en la catedral de Penne. Sin embargo, por los misteriosos designios de la Providencia, no llegar\u00eda a hacerse presb\u00edtero.<\/span><\/p>\n Al final de ese mismo a\u00f1o enferm\u00f3 de tuberculosis. <\/span>L<\/span>a fatal dolencia le sirvi\u00f3 para escalar con m\u00e1s rapidez los pin\u00e1culos de la santidad. Dios dispuso que fuese siendo consumido por la enfermedad poco a poco, para aumentarle los m\u00e9ritos y dar a los dem\u00e1s la oportunidad de edificarse con su ejemplo.<\/span><\/p>\n En el lecho de muerte le quedaba a\u00fan por enfrentar el peor drama de su vida: los \u00faltimos asaltos del demonio y la terrible probaci\u00f3n de la \u201cnoche oscura del alma\u201d. No obstante, tambi\u00e9n de esta \u00faltima prueba sali\u00f3 vencedor. El sacerdote que le asist\u00eda en la hora suprema le oy\u00f3 repetir tres veces, en cortos intervalos de tiempo, esta frase de San Bernardo, por la que reconoc\u00eda ante Dios su propia flaqueza: \u201cVulnera tua, merita mea. \u00a1Mis m\u00e9ritos son tus llagas, oh Se\u00f1or!\u201d.<\/span><\/p>\n La ma\u00f1ana del 27 de febrero de 1862, con el coraz\u00f3n desbordante de alegr\u00eda, las manos cruzadas sobre el pecho, apretando el crucifijo y la imagen de la Virgen Dolorosa, Gabriel sonri\u00f3 por \u00faltima vez, extasiado, al contemplar con los ojos del alma a Aquella a quien hab\u00eda servido en la Tierra con tanta dulzura. El \u201csanto de la sonrisa\u201d ten\u00eda tan s\u00f3lo 24 a\u00f1os de edad.<\/span><\/p>\n (Basado en art\u00edculo de <\/span>la Hna. Luc\u00eda Ordo\u00f1ez Cebolla, EP<\/span>)<\/span><\/p>\n _________<\/span><\/p>\n B<\/span>ibliograf\u00eda<\/span><\/p>\n SALVOLDI, Valentino. San Gabriele dell\u2019Addolorata. Gorle: Velar, 2007, p. 22.<\/span><\/p>\n ARTICOLI COLLEGATI. La vita. En: Sito web di Santuario San Gabriele dell\u2019Addolorata, op. cit.<\/span><\/p>\n SAN GABRIEL DE LA VIRGEN DOLOROSA. Carta a su padre, 15\/11\/1857, apud FUENTE, CP, Valent\u00edn. San Gabriel de la Dolorosa. Madrid: El Pasionario, 1973, p. 31.<\/span><\/p>\n BERNARD, CP, R. P. Vie du Bienheureux Gabriel de l\u2019Addolorata. 4\u00aa ed. Par\u00eds: Mignard, 1913, p. 32.<\/span><\/p>\n ARDERIU, Jos\u00e9. Modelos de santidad. San Gabriel de la Dolorosa. 4\u00aa ed. Barcelona: Balmes, 1960, v. II, pp. 114-115.<\/span><\/p>\n ECHEVERR\u00cdA, Lamberto de. San Gabriel de la Dolorosa. En: ECHEVERR\u00cdA, Lamberto de, LLORCA, Bernardino, REPETTO BETES, Jos\u00e9 Luis. (Org.). A\u00f1o Cristiano. Madrid: BAC, 2003, v. II, p. 575.<\/span><\/p>\n ARTICOLI COLLEGATI, La vita, op. cit.<\/span><\/p>\n SAN JUAN DE LA CRUZ. Noche. 1, 8. En: Obras completas. Madrid: Espiritualidad, 1957, p. 524.<\/span><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Era un adolescente con todos los dones. Los ecos de los elogios del mundo llegaban constantes a sus o\u00eddos. Pero Dios lo quer\u00eda para s\u00ed. Redacci\u00f3n (27\/02\/2024, Gaudium Press) Era el 22 de agosto de 1856, octava de la Asunci\u00f3n de la Virgen. 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D<\/span>urante su vida de religioso, sobresal\u00eda en \u00e9l, sin duda, un arraigado amor a la Pasi\u00f3n del Se\u00f1or. Sent\u00eda <\/span>mucha<\/span> veneraci\u00f3n por los sufrimientos de Jes\u00fas, <\/span>amaba contemplar el crucifijo \u201clo <\/span>apretaba cari\u00f1osamente; cuando dorm\u00eda, lo colocaba sobre su pecho; cuando estudiaba, lo pon\u00eda junto al libro, y de vez en cuando lo miraba y lo besaba con tanto afecto y fervor, que el metal de que estaba hecha la imagen se fue gastando hasta quedar borradas todas las facciones\u201d.<\/span><\/p>\n