{"id":183856,"date":"2025-03-02T09:07:51","date_gmt":"2025-03-02T14:07:51","guid":{"rendered":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/?p=183856"},"modified":"2025-03-02T09:09:45","modified_gmt":"2025-03-02T14:09:45","slug":"liturgia-dominical-el-fruto-de-la-generosidad","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/es.gaudiumpress.org\/content\/liturgia-dominical-el-fruto-de-la-generosidad\/","title":{"rendered":"Liturgia dominical: El fruto de la generosidad"},"content":{"rendered":"
Podemos conocer la sinceridad de nuestra entrega a Dios por los frutos que nacen en nuestro coraz\u00f3n. <\/em><\/p>\n Foto: Tamara Malaniy\/ Unsplash<\/p><\/div>\n Redacci\u00f3n (<\/strong>02\/03\/2025 08:56<\/strong>, <\/strong>Gaudium Press<\/strong><\/a>)<\/strong> Al tomar la figura de los frutos que nacen de \u00e1rboles buenos y malos, Nuestro Se\u00f1or compone una imagen espl\u00e9ndida para ilustrar un principio que hoy puede parecernos evidente. Sin embargo, antes de \u00c9l nadie hab\u00eda tenido la sabidur\u00eda de afirmarlo:<\/p>\n \u201cNo es buen \u00e1rbol el que da malos frutos, ni es \u00e1rbol malo el que da frutos buenos. Cada \u00e1rbol se reconoce por sus frutos. No se recogen higos de los espinos, ni uvas de los abrojos\u201d (Lc 6,43-44).<\/em><\/p>\n Buenos y malos frutos que nacen del coraz\u00f3n <\/strong><\/p>\n Queda claro, con este ejemplo, que no hay diferencia entre lo que uno es y lo que hace. El mismo Jes\u00fas dir\u00e1, m\u00e1s adelante, reprendiendo la maldad de los fariseos a la luz de su testimonio: \u00abSi no hago las obras de mi Padre, no me cre\u00e1is. Pero si las hago, aunque no me cre\u00e1is, creedme por las obras que hago\u00bb (Jn 10, 37-38). \u00bfCu\u00e1les fueron, por ejemplo, las obras de los fariseos? Una aplicaci\u00f3n de la Ley tan despiadada que dej\u00f3 a todos con la espalda encorvada de tanto sacrificio, y nadie fue capaz de cumplirla a la perfecci\u00f3n. \u00bfCu\u00e1les fueron las obras de Nuestro Se\u00f1or? Una nueva doctrina, confirmada por milagros, resurrecciones, expulsiones de demonios, etc. En otras palabras, las obras dieron a conocer qui\u00e9nes eran.<\/p>\n La ausencia de higos en los espinos o de uvas en las plantas espinosas muestra que lo que sale de un \u00e1rbol es algo definidamente bueno o malo, pues nunca puede haber fruto alguno que contenga veneno y sirva de alimento al mismo tiempo. Podemos aplicar esta verdad a las intenciones del coraz\u00f3n, porque aunque son impenetrables para terceros, tarde o temprano se manifiestan a trav\u00e9s de nuestras acciones.<\/p>\n Nadie puede pretender ser virtuoso cuando peca interiormente, porque su falsedad pronto quedar\u00e1 al descubierto: \u201cel hombre act\u00faa seg\u00fan lo que es en realidad; aunque utilice alg\u00fan artificio disimulado, sus acciones y palabras son el reflejo exacto de lo que es en lo m\u00e1s profundo de s\u00ed mismo.\u201d [1] Por eso, nunca debemos intentar conciliar las buenas pr\u00e1cticas con las reprobables, tratando de establecer un puente entre Dios y el diablo. As\u00ed como no nos alimentamos de espinas, tampoco podemos asimilar la mala doctrina, ni permitir que el esp\u00edritu del mundo entre en nuestras obras apost\u00f3licas, como pretenden algunos.<\/p>\n Al respecto, san Agust\u00edn ense\u00f1a: \u201cLa doctrina de Cristo, creciendo y desarroll\u00e1ndose, se mezcl\u00f3 con buenos \u00e1rboles y malas zarzas. Los buenos predican y los malos predican. Observa de d\u00f3nde viene el fruto, de d\u00f3nde se origina lo que te nutre y lo que te aflige; Ambas cosas est\u00e1n mezcladas a la vista, pero la ra\u00edz las separa.\u201d [2] Este criterio infalible nos indicar\u00e1 siempre la verdad, porque, como concluye Don Chautard: \u201cDios debe [\u2026] quitar al ap\u00f3stol, lleno de arrogancia, sus mejores bendiciones para reservarlas para la rama que reconoce humildemente que s\u00f3lo puede sacar su savia del Tronco divino.\u201d [3]<\/p>\n El fruto de la generosidad <\/strong><\/p>\n Por otra parte, sabemos que la entrada en el Reino de los Cielos se concede a los buenos seg\u00fan los frutos presentados. A trav\u00e9s de ellos se conocer\u00e1 la sinceridad de nuestra entrega a Dios. Ya que \u00c9l toma la iniciativa de amarnos por su propia voluntad, arranc\u00e1ndonos del polvo y elev\u00e1ndonos a la m\u00e1s alta cima sobrenatural, la vida de la gracia, \u00bfc\u00f3mo le pagaremos? Este es el domingo de la liturgia de la generosidad, de nuestra respuesta a Dios por todo lo que nos da.<\/p>\n Teniendo presente que estos frutos se refieren tambi\u00e9n al modo como conducimos al pr\u00f3jimo por los caminos de la salvaci\u00f3n, pidamos la intercesi\u00f3n insuperable de Mar\u00eda Sant\u00edsima, para que obtengamos de Ella la gracia de transformarnos en disc\u00edpulos que restituyan todo lo que hemos recibido de Dios y, m\u00e1s a\u00fan, en hijos cuya vida pueda compararse al cristal colocado en la custodia: un mero instrumento que no impide a los fieles contemplar a Jes\u00fas-Hostia, sino que, por el contrario, se revela de mejor calidad cuanto m\u00e1s transparente es.<\/p>\n Seamos aut\u00e9nticos seguidores de Nuestro Se\u00f1or y devotos hijos de la Iglesia que se esfuerzan por difundir por el mundo la luz recibida de lo Alto, y as\u00ed de nuestro interior surgir\u00e1n toda clase de buenos frutos, porque \u00abcuando los hombres se deciden a cooperar con la gracia de Dios, se obran las maravillas de la Historia\u00bb.[4]<\/p>\n Extra\u00eddo, con adaptaciones, de: CL\u00c1 DIAS, Jo\u00e3o Scognamiglio. O in\u00e9dito sobre os Evangelhos: coment\u00e1rios aos Evangelhos dominicais<\/em>. Citt\u00e0 del Vaticano-S\u00e3o Paulo: LEV-Instituto Lumen Sapienti\u00e6, 2012, v. 6, p. 116-117, 121<\/p>\n ___<\/p>\n [1] MONLOUBOU, Louis. Leer y predicar el Evangelio. Santander: Sal Terr\u00e6, 1982, p. 162.<\/p>\n [2] AGUST\u00cdN DE HIPONA. Sermo CCCXL\/A, n. 10. In: Obras. Madrid: BAC, 1985, v. XXVI, p. 37.<\/p>\n [3] CHAUTARD, Jean-Baptiste. A alma de todo o apostolado. S\u00e3o Paulo: FTD, 1962, p. 35.<\/p>\n [4] CORR\u00caA DE OLIVEIRA, Plinio. Revolu\u00e7\u00e3o e Contra-Revolu\u00e7\u00e3o. 5.ed. S\u00e3o Paulo: Retornarei, 2002, p.132.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Podemos conocer la sinceridad de nuestra entrega a Dios por los frutos que nacen en nuestro coraz\u00f3n. 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