Sevilla (Lunes, 11-04-2019, Gaudium Press) El Arzobispo de Sevilla, Mons. Juan José Asenjo, en su más reciente Carta Pastoral, que publicó para la primera semana de Cuaresma, ha hecho una invitación para que se recupere la práctica piadosa del Viacrucis. De acuerdo con el prelado ésta oración puede ayudar mucho en el camino de la conversión.
«Una práctica piadosa, de gran riqueza espiritual, que puede ayudarnos mucho en nuestro camino de conversión en esta Cuaresma es el ejercicio de Viacrucis, bendecido secularmente por la Iglesia y primado con numerosas indulgencias», señala el Arzobispo.
Recuerda que esta práctica hizo mucho bien a generaciones de cristianos, sobre todo en la Edad Antigua y en la alta Edad Media, cuando peregrinaban a los santos lugares de Palestina y recorrían con piedad y compunción de corazón los escenarios de la Pasión de Jesús.
Santísimo Cristo del Buen Fin, Semana Santa en Sevilla / Foto: Gustavo Kralj. |
Sobre la historia del Viacrucis en España, Mons. Asenjo, explica: «Aunque parece que el primero en erigir un Viacrucis en España fue el Beato dominico Álvaro de Córdoba en el convento de Scala Coeli, en la Sierra cordobesa, a la vuelta de una peregrinación a Tierra Santa, a Sevilla le cabe el honor de haber popularizado esta devoción que pertenece a la entraña más profunda de la religiosidad sevillana. En efecto desde aquí fue llevada a la América recién descubierta y aquí arraigó como en ningún otro lugar a partir del año 1521, cuando don Fadrique Enríquez de Ribera, primer marqués de Tarifa y Adelantado mayor de Andalucía, inicia el Viacrucis a la Cruz del Campo, que según los historiadores locales, es el punto de partida de la Semana Santa sevillana, tal y como hoy la conocemos».
Por esta razón, el prelado hace una invitación para que se recupere esta devoción y se practique con fervor: «La contemplación de las distintas escenas del camino de Jesús hacia el Calvario, revividas con la lectura de los textos bíblicos correspondientes y la apoyatura de la cálida reflexión de un buen autor ascético, nos ayudará a penetrarnos, como nos pide san Pablo, de los mismos sentimientos de Cristo, el cual siendo de condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, tomó la condición de esclavo, abajándose hasta la muerte y una muerte de cruz».
Mons. Asenjo, asimismo, dice que la contemplación del amor de Jesús por todos en su camino a la cruz, «debe llevarnos a renovar y fortalecer nuestra fraternidad, a amar y servir a nuestros hermanos, especialmente a los más pobres y necesitados, con los que él se identifica».
Indulgencia Plenaria con la práctica del Viacrucis
De acuerdo con el Decreto ‘Enchiridion Indulgentiarum’ de la Penitenciaría Apostólica sobre las indulgencias, el fiel cristiano que practique la piedad del Viacrucis podrá obtener la Indulgencia Plenaria, que es otorgada si se realiza ante las estaciones del Viacrucis legítimamente erigidas; esto es en catorce cruces que representan las estaciones de Jerusalén y meditando catorce lecturas piadosas en torno a la Pasión y Muerte de Nuestro Señor, a las que se les añade algunas oraciones vocales.
Asimismo, se requiere de pasar de una estación a otra, pero los que están legítimamente impedidos, pueden ganar la misma indulgencia, si por un tiempo -un cuarto de hora- se dedican a la piadosa lectura y meditación de la Pasión y Muerte del Señor Jesucristo.
Como explica el Decreto, con la práctica piadosa del Viacrucis, «se actualiza el recuerdo de los sufrimientos que soportó el divino Redentor en el camino desde el pretorio de Pilato, donde fue condenado a muerte, hasta el monte de la Calavera o Calvario, donde murió en la cruz por nuestra salvación».
Con información de la Archidiócesis de Sevilla.
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