Nueva York (Jueves, 02-08-2012, Gaudium Press) El Arzobispo de Nueva York y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Cardenal Timothy Dolan, lamentó la implementación parcial del mandato antinatalista que impone a los empleadores la inclusión de productos contrarios a la moral católica en la cobertura de salud obligatoria para los empleados. La controvertida medida es aplicada a los empleadores no religiosos desde el pasado 01 de agosto.
Cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York y Presidente de la USCCB. |
Con un artículo dedicado al tema en su blog «El Evangelio en la Era Digital», el Card. Dolan expuso las graves consecuencias de la norma, la insuficiencia de las excepciones establecidas por la administración y el oscuro panorama para las instituciones religiosas una vez se termine el año de prórroga que les fue concedido. «Mis hermanos Obispos y yo pensamos que este mandato está errado y mal dirigido, y hemos tratado de trabajar con la administración para corregirlo», expresó el prelado.
«Lo siento, no es suficientemente católico»
Sobre las excepciones al mandato, el Cardenal advirtió que dejan por fuera a la mayoría de las agencias católicas: caridades, hospitales, universidades, entre muchas otras. Las entidades religiosas deben, para calificar como tales, dedicarse exclusivamente a evangelizar, contratar personas de la misma religión y deben servir a miembros del propio credo. «El gobierno federal está permitiéndole graciosamente a su parroquia considerarse católica», afirmó con ironía Mons. Dolan. «Pero no mucho más que eso podría clasificar».
«Considere: ¿Un hospital católico fundado y sostenido por monjas, que trata de cumplir el mandato de nuestro Salvador de cuidar a los enfermos?», pregunta el Cardenal. «Lo siento, no es suficientemente católico». Como el hospital no pregunta la religión del enfermo antes de atenderlo, y se ocupa primordialmente de su curación, no puede tener derecho a objetar la norma, señaló el prelado.
«¡No hay libertad religiosa aquí!», afirma el Cardenal Dolan, ante cada uno de los ejemplos de organizaciones excluidas, entre las cuales menciona las agencias de beneficencia y las instituciones educativas, que cumplen funciones íntimamente ligadas al testimonio de la fe cristiana. «No es suficientemente católico», afirma el prelado, al final de cada ejemplo.
Por este motivo, explicó el Cardenal, «la Arquidiócesis de Nueva York se ha unido a docenas de otros en una demanda contra la administración y el HHS (Departamento de Salud y Servicios Humanos), argumentando que el mandato es inconstitucional». El plazo de un año para la aplicación de la norma, concedido a las instituciones religiosas, explicó, es prueba de que el gobierno sabe que la norma crea un perjuicio a estas organizaciones.
Las opciones para la Iglesia
Para cuando el año de prórroga termine, la Iglesia enfrenta opciones difíciles. Una de las opciones es, advierte el Card. Dolan, «no ofrecer seguro de salud a los empleados, y pagar una multa de $2.000 dólares por emepleado». Aunque es una posibilidad, el Arzobispo expresó que difícilmente parece ser una forma justa y correcta de tratar a los trabajadores.
«Otra opción es continuar ofreciendo seguro de salud, pero, honrando nuestra consciencia, no incluir los servicios objetables», explicó el prelado. Esta opción también genera una multa para las instituciones, correspondiente a cien dólares diarios por empleado. «Es una sanción alta del gobierno para intentar convencer a las agencias religiosas de darle la espalda a sus consciencia». El Cardenal señaló que esos recursos dejarían de llegar a los necesitados y que muchos servicios de la Iglesia no sobrevivirían una sanción de ese tipo.
La tercera opción que la situación deja a la Iglesia es la única que no es considerada por Mons. Dolan: rendirse y aceptar el asfixiante mandato. «No quiero tomar ese camino. Acabamos de terminar una Quincena por la Libertad, y los santos que veneramos – Santo Tomás Moro, San John Fisher, San Juan Bautista, San Pedro y San Pablo – no querrían que tomáramos ese camino, tampoco».
El prelado declaró entonces que la Iglesia seguirá adelante en la defensa de sus derechos. «El esfuerzo por proteger la libertad religiosa y de conciencia va a continuar. Al final esto no es sobre los Obispos, no es sobre los anticonceptivos. Es sobre los ideales sobre los cuales fue fundada nuestra nación». El Arzobispo recordó que el mandato antinatalista contradice la esencia misma de la libertad, firmemente arraigada en la fundación de los Estados Unidos. «Los fundadores lo entendieron bien. El mandato de la HHS lo entiende mal. Estamos luchando para corregir ese error, de manera que aseguremos que la libertad religiosa continúe para las generaciones que vendrán después de nosotros», concluyó el Cardenal Dolan.
Gaudium Press / Miguel Farías.
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