Manila (Sábado, 08-09-2012, Gaudium Press) La Iglesia en todo el mundo prepara el más importante encuentro juvenil de la Iglesia Católica: la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se llevará a cabo en Río de Janeiro, Brasil, en 2013. La Comisión Episcopal sobre Juventud de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas (CBCP) hizo un llamado que puede aumentar notablemente la participación en el evento: que cada parroquia envíe al menos un joven a la Jornada.
La Jornada Mundial de la Juventud es una experiencia que podría ser alentada desde cada parroquia, propone la Iglesia en Filipinas. |
«Hago un llamado a las parroquias para ser fuertes en hacer algo por esta causa», expresó el Secretario Ejecutivo de la Comisión, P. Conegundo Garganta. «Si cada parroquia es capaz de enviar al menos un joven para participar en la JMJ, mejor». Según el sacerdote, las actividades parroquiales para recaudar fondos podrían ayudar a muchos jóvenes feligreses a alcanzar los requisitos financieros del viaje.
En la pasada Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en España, la Comisión sobre Juventud de la CBCP envió una delegación de 400 miembros, además de 1500 jóvenes que hacían parte de otros grupos y delegaciones. La gran distancia desde Manila hasta Río de Janeiro, casi del otro lado del mundo, impone un costo considerable a los peregrinos en esta oportunidad.
«Como la dificultad de los jóvenes radica principalmente en el aspecto económico, está en los adultos ayudarles a recoger fondos», comentó el P. Garganta. «Sean ustedes los promotores de la JMJ entre la juventud y traduzcan el deseo de enviar delegados en actividades de recaudación», exhortó.
El informativo de la CBCP recordó actividades parroquiales que con este fin se realizaron para ediciones anteriores del encuentro. Entre ellas destacó el «lavado de autos por una causa», ventas de alimentos y bebidas en los terrenos de las parroquias, y ventas de garaje. Para el P. Garganta, estos esfuerzos motivan a las comunidades a fomentar la vocación misionera de sus jóvenes.
El sacerdote recordó además los grandes beneficios espirituales de la peregrinación. «La JMJ tiene lugar en un período crítico de la vida del joven. Unirse a la Jornada es ayudar a esa persona a tomar una decisión firme en la vocación de vida que está considerendo», describió. «La experiencia que la JMJ genera va a ayudar a esa joven persona a discernir lo que Dios quiere que sea su vida».
Finalmente, el Secretario expuso que los delegados pueden compartir a la parroquia las experiencias y su aprendizaje, beneficiando a quienes no pudieron asistir. Para esto, el P. Garganta recordó que es fundamental seleccionar bien a los delegados, para dar prioridad a «aquellos que están verdaderamente abiertos a conocer lo que Dios quiere que ellos hagan por al fe».
Con información de CBCP News.
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