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La Iglesia en China sigue perseguida: Obispo completa 40 años de su vida en prisión

Hebei (Jueves, 18-10-2012, Gaudium Press) Mientras los Obispos de todo el mundo se encuentran reunidos en Roma para reflexionar sobre el camino de la Iglesia en la Nueva Evangelización, los católicos en China ofrecen el sacrificio de verse aislados por las duras políticas del Gobierno, que pretende controlar a la Iglesia y separarla de la Santa Sede. Un sentido mensaje de Mons. Lucas Li Jingfeng, Obispo de Fengxiang, fue leído ante la Asamblea del Sínodo por su Secretario, Mons. Nikola Eterovic. Su ausencia es una de varias demostraciones de que la Iglesia en China sigue siendo perseguida.

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La fidelidad de los católicos chinos a pesar de las pruebas fue destacada por el Obispo de Fengxiang.

«Estoy muy entristecido de que no puedan escuchar una voz de la Iglesia china», aseguró el prelado chino en su breve mensaje escrito en latín. «Quiero decir que nuestra Iglesia en China, en particular los laicos, ha conservado siempre la piedad, la fidelidad, la sinceridad y la devoción de los primeros cristianos, a pesar de haber soportado cincuenta años de persecuciones». Mons. Li Jingfeng, de 90 años de edad, habló desde la experiencia: él mismo padeció 20 años de prisión por causa de su fe hasta su liberación en 1979.

Dos Obispos detenidos en la actualidad

Las penas de prisión y aislamiento para Obispos y sacerdotes en China no son un asunto del pasado. El mensaje al Sínodo coincidió con los primeros 100 días de detención de Mons. Thaddeus Ma Daqin, Obispo Auxiliar de Shanghai, en el Seminario de Sheshan (donde no puede ejercer su ministerio ni identificarse como Obispo) y los 15 años de cautiverio, en un lugar desconocido, de Mons. James Su Zhimin, Obispo de Baoding. Este último prelado completó, con esta detención, casi 40 años en prisión por su fidelidad a la fe, casi la mitad de su vida.

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Mons. Su Zhimin, Obispo de Baoding, detenido, por segunda vez, desde 1996.

El único contacto que se ha tenido con Mons. Su Zhimin tuvo lugar en noviembre de 2003, cuando fue hospitalizado en Baoding, bajo custodia de la policía. Sus familiares pudieron tener entonces una corta y única visita, tras la cual no han tenido noticia laguna de su ubicación. El obispo nunca fue juzgado ni condenado por delito alguno.

En su primera detención, el prelado fue enviado durante 26 años a prisión y a campos de trabajos forzados. Se le consideró «contrarrevolucionario» por no aceptar tomar parte en la llamada Asociación Católica, una forma de control oficialista sobre las autoridades eclesiásticas creada para separar a la Iglesia china de la Santa Sede.

Ya en libertad, y ejerciendo su ministerio de forma clandestina, Mons Su Zhimin dirigió una carta abierta en favor de los derechos humanos y la libertad religiosa. Por este motivo fue detenido arbitrariamente el 08 de octubre de 1996.

«Que nuestra fe como cristianos chinos consuele al Papa»

Emitido desde una Iglesia que sufre, el sentido mensaje de Mons. Jingfeng al Sínodo de los Obispos, viene también cargado de esperanza. «Oro intensamente y de forma constante a Dios Todopoderoso que nuestra piedad, fidelidad, sinceridad y devoción pueda superar la tibieza, infidelidad y secularismo que se han desarrollado en el exterior como resultado de la apertura y libertad desenfrenadas».

Como contribución de los Obispos de China al tema de la Nueva Evangelización y la Transmisión de la Fe, el Obispo de Fengxiang propuso su experiencia: «Ustedes pueden examinar por qué nuestra fe en China ha podido permanecer indefectible».

«En las Iglesias fuera de China, la tibieza, infidelidad y secularismo de los fieles ha infectado al clero», afirmó el prelado. «En la Iglesia China, los laicos son más santos que el clero». Mons. Jingfeng evitó hablar de la sumisión de una parte de la Iglesia a las autoridades y las difíciles situaciones generadas por las ordenaciones de obispos ilegítimos: «No hablaré de política, porque es pasajera». En su lugar, destacó la fidelidad del laicado que busca mantenerse en plena comunión con la Iglesia: «Creo que nuestra fe como cristianos chinos puede consolar al Papa», comentó.

Con información de Asia News.

 

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