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Bogotá (Viernes, 23-11-2012, Gaudium Press) A raíz de un reportaje concedido a un diario de amplia circulación en Colombia, Mons. Rubén Salazar, Arzobispo de Bogotá y Primado de la Conferencia Episcopal colombiana, expidió ayer un comunicado en el cuál fija su posición -según el magisterio de la Iglesia- en temas como la penalización del aborto, el respeto al embrión como persona humana y la total ilicitud de la eutanasia y el suicidio asistido.
El comunicado fue emitido desde Roma, donde Mons. Salazar se prepara para el consistorio en el cuál será creado cardenal mañana.
A continuación el texto del comunicado:
Conferencia Episcopal de Colombia
COMUNICADO DEL SEÑOR CARDENAL RUBÉN SALAZAR GÓMEZ
Con motivo de mi nombramiento como miembro del Colegio Cardenalicio, que a bien tuvo hacerme el Santo Padre Benedicto XVI, he concedido algunas entrevistas a diversos medios de comunicación en las que, además de tratar de conocer más detalles de lo que significa este nombramiento para mí y para la Iglesia en Colombia, me han preguntado la opinión sobre algunos temas que en estos momentos centran la atención del país.
En este contexto tuve la oportunidad de conceder una entrevista a la periodista María Isabel Rueda para el periódico El Tiempo, en la cual algunas de mis afirmaciones pudieron suscitar serias inquietudes. Por eso juzgo necesario hacer las siguientes aclaraciones y precisiones para corregir cualquier ambigüedad a las que hayan dado lugar:
1. El aborto es un crimen abominable (cf. Constitución Gaudium et Spes n. 51), por lo tanto, su despenalización no es aceptable en ningún caso, tampoco es posible considerarlo o declararlo un derecho. Una vez más como lo he hecho en otras ocasiones expreso claramente mi rechazo a la sentencia de la Corte Constitucional que despenalizó el aborto en algunos casos.
2. El embrión humano tiene vida propia desde el mismo momento de su concepción y es un ser totalmente distinto de la mujer, por tanto «ha de ser respetado -como persona- desde el primer instante de su existencia» (Juan Pablo II, Instrucción sobre el don de la vida I,1) y tratado con todo el respeto debido en todo el proceso de su desarrollo.
3. En ningún momento, ni por ninguna causa el ser humano puede disponer de su vida ni de la vida de los demás, de ahí que el suicidio, el llamado «suicidio asistido» y la eutanasia sean moralmente inaceptables (cf. Encíclica Evangelium vitae 66). Ratifico nuevamente mi rechazo a cualquier ley del Estado que pretenda legalizar estas prácticas.
Aprovecho esta ocasión para invitar a todos los colombianos, desde mis convicciones profundas, a promover una auténtica cultura de la vida humana, en la que ésta se defienda y respete desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.
Imploro la bendición del Señor sobre todos ustedes,
Cardenal RUBÉN SALAZAR GÓMEZ
Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia
Presidente de la Conferencia Episcopal
Roma, 22 de noviembre de 2012
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