Madrid (Viernes, 17-05-2013, Gaudium Press) En casi todos los países donde a gran escala se difunde la contracepción, ésta es presentada como un medio de frenar el embarazo «no deseado», particularmente el de adolescentes. Entretanto, la realidad muestra que no hay ninguna relación entre una y otro, y más bien, se vislumbra que el efecto es el contrario.
En estadísticas del Ministerio de Sanidad español, se afirma que 43% de las 118.359 mujeres que en ese país procuraron el aborto había utilizado un método anticonceptivo. Un 32% definitivamente no había usado métodos contraceptivos, y del porcentaje restante «no consta» que los hayan utilizado.
Para la Fundación Española de Contracepción, el alto índice de abortos en madres usando métodos contraceptivos es supuestamente debido a un «mal uso» de ellos, sobre todo el profiláctico, e invoca por ello una mayor «educación sexual».
En sentido contrario, Gador Joya, portavoz de Derecho a Vivir, considera que la educación sexual «es un tema que hay que dejar en manos de las familias» y que ni el Estado ni ninguna otra institución debe interferir en ella.
Joya aseguró que «jamás nos hemos encontrado en una situación en la que haya más acceso a la información» como la actual, y entretanto, «cada vez hay más abortos», se venden más píldoras poscoitales, hay más consumo de anticonceptivos y más enfermedades de transmisión sexual.
La Portavoz insistió también en que la actual ley del aborto «debe ser derogada sin ninguna duda» y recordó que el Gobierno se comprometió a proteger la vida humana.
Con información de Religión en Lilbertad
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