Manila (Lunes, 29-07-2013, Gaudium Press) Unos cinco mil jóvenes provenientes de diferentes diócesis de Filipinas se dieron cita en la Universidad de Manila para la celebración local en unión con la Jornada Mundial de la Juventud llevada a cabo en Río de Janeiro. De esta forma los asistentes pudieron experimentar un ambiente similar al de los peregrinos en Brasil y unirse en oración a los jóvenes de todo el mundo congregados con el Santo Padre. El Cardenal Luis Antonio Tagle, Arzobispo de Manila, presidió el encuentro.
Los jóvenes cargan la Cruz Peregrina de Cubao en la apertura de la Jornada. |
Con signos similares a los empeados en Brasil, los jóvenes filipinos portaron las banderas de diferentes países, cargaron la Cruz Peregrina Diocesana de Cubao y tomaron parte en una caminata de oración en honora la Santísima Virgen, dentro de la cual rezaron el Santo Rosario. La oración fue el tema central de la predicación a los asistentes.
Aprender a orar
«Si aprendemos a orar de la forma como Cristo nos enseñó, nuestros corazones buscarán lo que Cristo está buscando», explicó el Cardenal Tagle a los miles de jóvenes. «La oración es una relación con Dios que cambia los deseos del corazón humano», expresó, en la homilía de la clausura de la Jornada. Al igual que se acostumbra en el evento mundial, la Eucaristía se celebró en un lugar diferente, esta vez en el Instituto Técnico Don Bosco en Makati.
El purpurado recordó la importancia de basar la vida familiar en la fe, y alentó a los jóvenes a prepararse para transmitirla a las nuevas generaciones. «Mientras todavía están jóvenes, generen el hábito de acercarse a Cristo», exhortó el Cardenal. «Hagan de esto un hábito para que llegado el tiempo en que ustedes tengan sus propias familias, también las lleven al Señor».
«Lleven a sus futuras familias más cerca de Cristo. Lleven sus miedos y sus preocupaciones al Señor», alentó el Card. Tagle. «La fe nos hace dirigirnos a Dios porque Él es amoroso, porque es verdaderamente un Padre. Ese es nuestro regalo para la próxima generación».
En su predicación, el Arzobispo explicó que las oraciones no son simplemente fórmulas que se memorizan, sino que son palabras que enseñan a los fieles las cosas a las que los corazones deberían aspirar. «Eso es la oración. Jesús nos enseñó a orar. Jesús le enseñó a nuestros corazones qué desear». Éste es el sentido del Padrenuestro, comentó, cuya composición fue relatada en el Evangelio del día.
Emplear la juventud para acercarse a Cristo
El Cardenal Tagle insistió en que la juventud es un estado temporal que debe ser aprovechado, y para esto comentó su experiencia personal como servidor de Cristo. «Quienes somos ahora es una gran parte de quienes fuimos antes. Gracias a nuestros días de juventud que estuvieron centrados en Cristo. Gracias a ese estado de nuestras vidas cuando desamos a Jesús, deseamos a Dios y deseamos servir a otros».
El Arzobispo motivó a los jóvenes a dedicar el celoy el vigor de la juventud para cimentarse en Dios y hacer las buenas obras que son más fáciles en ese estado. En medio de todas las cosas que pasan rápidamente, «una sola cosa permanece segura: Dios está siempre con su pueblo y nunca lo abandona. El Señor siempre está presente con nosotros. Sólo tenemos que acercarnos a Él», enseñó.
Con información de CBCP News.
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