sábado, 20 de abril de 2024
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La Maravilloterapia

Bogotá (Viernes, 18-10-2013, Gaudium Press) «Maravillo-terapia» es sin duda un término que hará carrera, porque expresa una muy importante realidad, aquella de la restauración humana fruto de la contemplación de las maravillas.

Primero digamos con la Real Academia que maravilla es un suceso o cosa fuera de lo común que suscita la admiración. La maravillo-terapia es pues, siguiendo la doctrina de Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP, la medicina de lo maravilloso. 1 Mons. Clá define a su vez la maravilla como «lo mejor de la realidad».

Reproduce Mons. João Clá la constatación de las modernas psicofisiología y psicofarmacología, de que todo estado psíquico-temperamental tiene un correlato fisiológico: «Si alguien, en medio de una caminata por el campo, se depara con un toro furioso, una serie de reacciones se producen en cadena en su organismo: la glándula suprarrenal inyecta inmediatamente adrenalina en la sangre, el corazón se acelera, los bronquios se dilatan y la respiración también se acelera. Y las piernas se tornan más fuertes… La sensación de miedo provoca reacciones fisiológicas en el cuerpo en un estado correspondiente al del alma».

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Notre Dame de París -Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press

En este sentido, también «existe el estado físico provocado por lo maravilloso, que produce enorme bienestar, da disposición para el esfuerzo y para la entrega al bien. La salud es beneficiada, pues una serie de ‘desregulaciones’ orgánicas se ponen en orden: se adquiere buena disposición, aumenta el apetito, se duerme bien; se atraviesan mejor los estados de aflicción, de angustia».

Es claro que no es la sola aparición de lo maravilloso, sino la existencia de un alma sedienta y contemplativa de este maravilloso la que se beneficia de la maravillo-terapia. Esto lo decimos porque hay lamentablemente muchas personas que se hacen cada vez más insensibles a lo sublime. Y por el contrario hay otras que son capaces de descubrir lo maravilloso incluso en lo ‘simple’, en lo ‘cotidiano’, como por ejemplo un chorro de agua, un sencillo pajarillo. Entonces lo primero es tener esa claridad en el espíritu, de que hay que ser un cazador perceptivo de las maravillas para beneficiarnos de este efectivo ‘tratamiento’.

Tratamiento que puede ser realizado en la admiración de «bosques, campiñas, montañas, [con] las variaciones del cielo diurno y nocturno, las auroras y los ocasos. Y el mar, majestuoso, dominante»; en fin, con la creación entera. O también con «las obras humanas, las ‘nietas de Dios’, según la expresión de Dante», sean ellas las catedrales, o los bellos castillos, o los vitrales, o con toda aquella obra verdaderamente bella que atraiga nuestra atención.

Es el camino que señala Juan Pablo II en Fides et Ratio cuando llega a decir que «razonando sobre la naturaleza, se puede llegar hasta el Creador: ‘de la grandeza y hermosura de las criaturas, se llega, por analogía, a contemplar a su Autor’ (Sb 13, 5). Se reconoce así un primer paso de la Revelación divina, constituido por el maravilloso ‘libro de la naturaleza’, con cuya lectura, mediante los instrumentos propios de la razón humana, se puede llegar al conocimiento del Creador». 2

Es que la maravillo-terapia no es otra cosa sino una forma específica de irnos acercando a Dios, fuente de toda felicidad, principio de toda verdadera curación o restauración, Perfección de todas las perfecciones, Maravilla de todas las maravillas.

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Foto: Gaudium Press

«El mar, majestuoso, dominante…», dice Mons. João Clá. ¡Cómo el mar es maravilloso! Por ejemplo el mar de Cartagena de Indias de la foto adjunta, que no tiene la exuberancia variopinta de muchos ocasos, pero donde está presente la majestad, la serenidad, la calidez, el agrado suave y tierno de Dios.

Mas es el mar, y son las montañas, las praderas, todo el Universo sublime, a la espera de servir de instrumento de la admiración que cura, de la contemplación de la maravilla que sana, a la espera del encuentro con la Gran Maravilla, Ella ya demasiadamente grande.

Por Saúl Castiblanco

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1. Clá Dias, Joao. A Fidelidade ao Primeiro Olhar – Um périplo, da apreensão do Ser até a contemplação do Absoluto. Todas las citas son tomadas de este documento, salvo especificación en contrario.

2. Juan Pablo II. CARTA ENCÍCLICA FIDES ET RATIO – A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LAS RELACIONES ENTRE FE Y RAZÓN. n. 19

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