lunes, 30 de diciembre de 2024
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Papa muestra que esperanza no es optimismo

Ciudad del Vaticano (Miércoles, 30-10-2013, Gaudium Press) Ayer, el Papa hizo una pregunta que interesa a todos:

«¿Qué es la esperanza para un cristiano? No es fácil comprender lo que sea realmente la esperanza – dijo el Santo Padre buscando responder su propia pregunta- pero podemos, desde luego, saber aquello que no es: ¡Seguramente no es optimismo!»

La esperanza no es optimismo, no es aquella capacidad de mirar las cosas con buen ánimo y andar enfrente. ¡No! Aquello es optimismo, no es esperanza. Y fue así que el Papa Francisco buscó definir lo que, según él, es la esperanza. Y sus palabras surgieron durante la Homilía de la Santa Misa que celebró este martes 29 en la Casa Santa Marta.

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Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press

El Santo Padre dijo más:
«No es fácil percibir bien lo que es la esperanza. Se dice que es la más humilde de las tres virtudes, porque se esconde en la vida. La fe se ve, se siente, se sabe lo que es. La caridad se hace y se sabe lo que es. ¿Pero qué es la esperanza? Para acercarnos un poco, podemos decir, en primer lugar, que la esperanza es un riesgo, es una virtud arriesgada, es una virtud, como dice S. Pablo ‘de una ardiente expectativa en dirección a la revelación del Hijo de Dios’. No es una ilusión».

La esperanza, entonces, no es optimismo, sino una «ardiente expectativa» en dirección a la revelación del Hijo de Dios: este fue el mensaje principal del Papa Francisco. La esperanza es más que optimismo, más que buen ánimo…

«Los primeros cristianos – recordó el Santo Padre – consideraban la esperanza como una áncora en el margen de Além (Más allá)». Y nuestra vida es, precisamente, caminar en dirección a esta áncora – subrayó el Papa Francisco:

«Me viene a la mente la pregunta: ¿dónde estamos nosotros anclados, cada uno de nosotros? ¿Estamos ancorados precisamente al margen de aquel océano tan distante o estamos anclados en un lago artificial que nosotros construimos con nuestras reglas, nuestros comportamientos, nuestros horarios, nuestros clericalismos, nuestras actitudes eclesiásticas y no eclesiales? ¿Estamos anclados allí? ¿Todo cómodo, todo seguro? Aquello no es la esperanza». (JSG)

De la Redacción, con informaciones de la Radio Vaticana.

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